Ciudadanos, el partido que no teme a los pactos

    • La formación de Albert Rivera se consolida en los sondeos. Sus encuestas internas lo sitúan como cuarta fuerza.
    • Su papel "bisagra" puede ser clave. En el partido no descartan ningún pacto, aunque marcan líneas rojas.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en foto de archivo.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en foto de archivo.

El CIS que ayer confirmaba el alza de Podemos-se sitúa como segunda fuerza política en estimación de voto, ante un PP que estabiliza sus posibilidades y un PSOE desangrado-es también el mismo que define las perspectivas electorales de Ciudadanos. El partido de Albert Rivera, que afrontará en las generales su salto nacional tras siete años fraguándose en Cataluña, mide también su eclosión en este barómetro. Con un 3'1% de estimación de voto, la formación se sitúa como sexta fuerza política, en liza con las otras dos formaciones, IU (5'2%) y UPyD (4'6%), que luchan por liderar la segunda línea de un tablero hoy marcado por tres fuerzas dominantes.

Ciudadanos consolida con sus registros la senda que ya marcó en el CIS anterior, cuando, con el 2'1% de estimación de voto dobló el resultado de la encuesta precedente. Sus posibilidades las encauzaron, hace unas semanas, dos sondeos de prensa. El de GAD 3, para ABC, lo situó como cuarta fuerza política, con el 6'3% de los votos y once escaños. El de Metroscopia, para El País, lo revelaba también por encima de IU y UpyD, con el 8% de sufragios. En el mismo, Rivera se colocaba como dirigente mejor valorado, lejos de Pablo Iglesias, que anotaba su primer suspenso.

Pese a los buenos resultados, en el partido, desconfían de la "cocina" del CIS. Sus encuestas internas se acercan más a lo proyectado por las antes mencionadas, de forma que, como cuarta fuerza consolidada, jugarían en una horquilla de entre el 6 y el 6'5% de sufragios en las generales.

De cara a las autonómicas, la formación tendría hoy su mayor fortaleza electoral en Madrid- donde en las pasadas elecciones europeas recabó el 4'8% de los votos-y Valencia, con semejantes resultados, en buena parte por el trasvase de votos de UpyD. En Cataluña se posicionarían como tercera fuerza, por detrás de CiU y ERC, la primera no nacionalista.

Para Andalucía, en cambio, el escenario es más complejo. Con un sistema de partidos tradicionales arraigado, juegan con incertidumbre. "Jugamos con un claro voto cautivo", señalan a este periódico fuentes del partido, "con un PP que prácticamente no se conoce, una IU a la que muchos ven oportunista, y un PSOE que posiblemente no saque tan buen resultado". Y también con un Podemos de resultado incierto en la región.Marcan las diferencias con Podemos

Como el partido de Iglesias, Ciudadanos se ha visto también fortalecido con el descontento. Pero, al contrario que éste, la formación de Rivera lleva años fraguándose en política. Fundada en 2006, ha anotado desde entonces resultados discretos pero ascendentes. En 2006, año de su irrupción en el Parlament, logró colocar a tres diputados en la Cámara. Hoy, tiene nueve. Desde las pasadas elecciones de mayo, cuenta además con dos representantes en Bruselas.

Al igual que Iglesias, Rivera aspira también a conquistar el voto defraudado del bipartidismo. Lo hace con una diferencia de salida. "Ciudadanos es partidario de las reformas, pero sin tirar el edificio entero", subrayan con insistencia desde el partido. La formación vertebra su "asalto" a la política nacional en torno a su propuesta de Movimiento Ciudadano, una plataforma impulsada en 2013 por varios miembros del partido como forma de difundir sus bases programáticas y también de testar sus posibilidades electorales.

El documento, que hoy cuenta con 70.000 adhesiones, apuesta, entre otros por la extensión de primarias y listas abiertas, la división efectiva de poderes, la reforma de la administración pública y la lucha contra la corrupción. En el centro de sus grandes reformas se sitúa un Pacto Nacional por la Educación, extensible más allá de cada legislatura. A simple vista, idénticos planteamientos a Podemos. Sin embargo, Rivera ha insistido en marcar diferencias.

"Otros propondrán cosas que suenan muy bien, pero que no se pueden cumplir. Para no dar ruedas de prensa e incumplir promesas, ya están los de siempre", aseguró recientemente, en un mitin para arropar a su candidata a la Generalitat valenciana, Carolina Punset. Y una de sus discrepancias más marcadas está en la visión del régimen político instaurado por la Transición.

Mientras desde Podemos se clama por la ruptura del "candado del 78", desde Ciudadanos se ha insistido en respetar el sistema establecido tras la aprobación constitucional. "No podemos decir que hoy estemos peor que hace 40 o 50 años en términos democráticos", advirtió Rivera también entonces. Según Metroscopia, Podemos es, de hecho, la formación que más rechazo genera entre los electores de Ciudadanos. El 65% reconoce que nunca lo votaría.

"A Podemos el año se le va a hacer largo", comentan desde el partido. A nivel interno, consideran que la formación de Iglesias puede acusar su "crecimiento desestructurado", con riesgo de intrusismos. "Han tratado de controlar a sus líderes, pero es imposible evitar que otros se aprovechen de la marca".El riesgo a ser boicoteado desde dentro es una de las grandes obsesiones de Iglesias, de ahí que no haya ocultado que la decisión de no presentarse a las municipales responde precisamente a eso.

Evitar estos comicios respondería también a una calculada estrategia para evitar el desgaste. Podemos, confían, puede ser una fuerza testimonial que comience a desinflarse "en el momento en que el contexto cambie o toquen gobierno" y empiecen a poner en práctica sus ideas de gobierno."Podemos es la transición de la democracia al modelo bolivariano y Ciudadanos es la transición de la democracia a más democracia", comenta uno de sus asesores, convencido de que los vínculos de sus dirigentes, "especialmente Juan Carlos Monedero" con el gobierno venezolano, pueden traducirse en un coste electoral. Otro de sus problemas urgentes es la excesiva sobreexposición mediática de sus líderes, sin haber trabajado un contenido "más allá del eslogan".Temor en Génova

En sus cálculos de posible "trasvase" de votos desde otros partidos a Podemos observan cómo en los últimos tiempos se han incrementado los procedentes de Podemos. De hecho, dos de cada diez nuevos votantes de Ciudadanos llegarían de aquellos que en su momento se declararon simpatizantes del partido de Iglesias.

El impacto sigue siendo mayor, no obstante, para el PP, ya que cuatro de cada diez serían anteriores votantes populares descontentos con las políticas del Gobierno. Tres llegan de UPyD y, en último término, uno de cada diez sería un socialista desencantado. Hace tiempo que el partido de Rivera despierta recelos en Génova. Mientras el argumento de ataque a Podemos se vertebra en torno al "populismo" y a acentuar los vínculos del partido de Iglesias con Venezuela y otros países latinoamericanos, la estrategia contra Ciudadanos se torna más compleja.


En este partido consideran que situarlos como rival a batir sería "un error estratégico" de base. A día de hoy, Ciudadanos se perfila como "el único partido con el que podrían establecer alianzas". De hecho, la formación no descarta ningún pacto de entrada. Ni con el PP, ni con el PSOE, ni siquiera con Podemos. Aunque mantienen que su casilla de salida es "ir a por todas", su papel de partido bisagrase consolida.

El propio Rivera, que no oculta que su gran objetivo es "tener la llave del Gobierno", ha convertido la palabra pacto en centro de su vocabulario. "Para cambiar este país hay que sumar, como hicieron el PSOE y UCD en los 80. Pero corresponde al partido más votado iniciar una ronda de contactos con el resto", advirtió recientemente. Los acuerdos, en cambio, tienen "líneas rojas": una clara apuesta por las listas abiertas, primarias, despolitización de la Justicia, la lucha contra la corrupción y la garantía de una educación y sanidad públicas.

El barómetro del CIS, que perfila un escenario claramente dividido en dos bloques, anticipa también que los tres partidos que ahora se disputan liderar el arco parlamentario serán en cambio incapaces de gobernar en solitario. Pero el escenario postelectoral es una nebulosa en la que pocos se atreven todavía a dar pasos claros.

Asumiendo que la etapa de las mayorías absolutas llega a su término, los populares han dejado abierta la puerta a una gran coalición con el PSOE que a día de hoy, los socialistas rechazan. El partido de Pedro Sánchez, que en un principio negó un posible pacto con Podemos, parece no descartarlo ahora con la misma rotundidad.

De ahí que las fuerzas más minoritarias tengan ahora un papel clave. En esa estrategia, Ciudadanos huye de las etiquetas marcadas. "Somos liberales con sensibilidad social", define uno de sus asesores. Rivera defiende una fórmula de "tercera vía",así ha denominado a su propuesta, capaz de atraerse tanto a los partidarios de la izquierda como los de derecha. Pese a ello, la mayoría de sus votantes se declaran más próximos al centro-derecha, según Metroscopia.Un partido construido desde abajo

Pese a las diferencias, ambos partidos siguen ritmos similares. Como el de Iglesias, el partido de Rivera trabaja en la elaboración de un programa, dirigido por el secretario de Acción Política, Antonio Espinosa, y que respira de los principios que hasta ahora han defendido en Cataluña: un proyecto germinado en el liberalismo progresista y el socialismo democrático, que enfatiza un modelo de Estado autonómico con competencias pero sin privilegios y una férrea oposición a los nacionalismos- a los que señalan como culpables del enfrentamiento entre ciudadanos.

Ciudadanos afronta el salto a la política nacional desde abajo, y viendo en las municipales la oportunidad de tejer su estructura y arraigarse con fuerza en los territorios. Para ello, tienen ya con el respaldo de varias formaciones regionales y provinciales, como la Unión por Extremadura o el Partido Regional de Castilla y León, que de entrada les suponen unos 300 concejales afines. El objetivo de la dirección es contar con presencia en el medio millar de ayuntamientos donde presentarán candidaturas.El partido no ha presentado todavía a la mayoría de sus candidatos, algo que habrá de conocerse de forma inminente. En Madrid, la formación ha acusado la baja de César Cabo, portavoz en su día de los controladores aéreos, y que se perfilaba como una de sus grandes apuestas electorales.

La incógnita es si Rivera será el cabeza de lista para las generales, una opción sobre la que, afirma, se pronunciará tras el verano. La decisión viene enormemente condicionada por el adelanto electoral en Cataluña para el próximo 27 de septiembre y el estrecho margen con las generales, antes de final de año. Tendrá que decidir entonces si presentarse a las catalanas-será su cuarta candidatura-o afrontar el paso definitivo a la política nacional en el momento en que su partido tiene las opciones más serias para consolidarse como alternativa.

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