Cumbre en París para hacer avanzar la paz en Ucrania

  • Los dirigentes francés, ruso, alemana y ucranio se reunieron el viernes en París en una cumbre destinada a hacer avanzar la paz en Ucrania, lo que conllevaría el levantamiento en los próximos meses de las sanciones contra Rusia.

Antes del comienzo de las discusiones, que se realizan con el conflicto sirio como telón de fondo, el presidente francés François Hollande recibió sucesivamente en el palacio presidencial del Elíseo al jefe de Estado ruso Vladimir Putin, a la canciller alemana Angela Merkel y al presidente ucraniano Petro Poroshenko. Saludó al primero con un apretón de manos y a los dos últimos con sendos abrazos.

"Garantizo que no vamos a pasar la noche aquí", le dijo Hollande a Poroshenko, aludiendo a la precedente cumbre cuatripartita sobre Ucrania, realizada en Minsk en febrero pasado, donde las negociaciones se prolongaron durante 17 horas.

Antes de empezar los trabajos formales, un café reunió a los cuatro estadistas y a sus consejeros en la terraza del Elíseo.

"El tiempo apremia. Hay que trabajar al máximo nivel, crear un clima, animar todo eso para intentar superar los obstáculos" para conseguir la aplicación concreta de los acuerdos Minsk-2 este mismo año, explicaron fuentes de la diplomacia francesa poco antes de la cumbre.

Los acuerdos Minsk-2, logrados el 12 de febrero por los mismos protagonistas en la capital bielorrusa tras una noche de duras negociaciones, buscan una solución al conflicto que opone a rebeldes prorrusos y ejército ucraniano y ha dejado más de 8.000 muertos en el este ucraniano desde abril de 2014.

El conflicto ucraniano ha aislado a Rusia, acusada de haber mandado soldados y armas para apoyar a los rebeldes de Donbass y por ello objeto de duras sanciones occidentales.

"Mucho se ha hecho (desde Minsk). Lo más importante, lo más espectacular y al mismo tiempo lo más frágil es el alto el fuego", globalmente respetado, se subrayó de fuente francesa.

"El último punto de los acuerdos de Minsk es la 'normalización' en Ucrania, es decir la retirada de las fuerzas estacionadas en ese país y la seguridad de la frontera ruso-ucraniana", de las que 400 km están ahora en manos de separatistas, añadió la misma fuente.

Esta normalización pasa también por unas elecciones locales que permitan reintegrar el Donbass separatista en el conjunto ucraniano, y por la concesión de mayor autonomía a esa región respetando la Constitución ucraniana.

Este proceso político, que se supone debe concluir este año, avanza con mucha dificultad. Los separatistas quieren organizar elecciones locales siguiendo sus propias reglas y el Parlamento sigue dividido en Kiev sobre la adopción de medidas de autonomía.

"Habrá que dar argumentos al presidente (ucraniano) Petro Poroshenko para convencer a su Parlamento de seguir adelante", se subrayó en París.

Los ucranianos reclaman la anulación de las elecciones programadas por los separatistas el 18 de octubre en Donetsk y el 1 de noviembre en Lugansk, así como la liberación de todos los prisioneros, incluyendo la piloto Nadia Savtshenko, protagonista de un juicio muy controvertido en Rusia.

Moscú podría esperar una reducción de las sanciones que pesan mucho en su economía, si se concretan los acuerdos de paz, una cuestión que se planteará en diciembre en Bruselas.

Este punto, que inquieta sobremanera a los ucranianos, fue abordado el jueves por teléfono por Hollande, Poroshenko y Merkel, indicó a la AFP un responsable ucraniano que requirió anonimato.

Kiev teme que Moscú utilice la crisis siria para desviar la atención de Ucrania y que los occidentales bajen la guardia en materia de sanciones si Rusia coopera en otros sectores.

"La posición de Francia es que las sanciones se deben suspender si Minsk se aplica. Es la misma lógica de Alemania y la Unión Europea", subraya un diplomático francés.

En Nueva York, también el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, rechazó toda intención de sacar provecho de la crisis siria. "Es una interpretación totalmente absurda de lo que pasa", dijo, citado por las agencias rusas.

El vicecanciller alemán, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, reiteró el viernes que es necesario tender la mano a los rusos y levantar progresivamente las sanciones, porque Occidente necesita a Rusia en otras crisis.

"Por supuesto, los acuerdos de Minsk deben ser aplicados plenamente, pero también hay que levantar las sanciones etapa por etapa". "Vamos a necesitar a Moscú, y no únicamente en Siria, sino también para solucionar muchos otros conflictos en el mundo". Y "también Rusia nos necesita a nosotros", dijo Gabriel, citado en el portal del semanario alemán Der Spiegel.

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