Ofensiva sobre Marlaska

De los Cobos creía que el informe 8-M estaba parado porque no era urgente

Tras comprobar que el documento había llegado ya al juzgado, la directora general llamó al coronel para pedirle explicaciones y comunicarle su cese.

Marlaska purga a Pérez de los Cobos tras aportar un informe "demoledor" de la gestión del 8-M
De los Cobos creía que el informe 8-M estaba parado porque no era urgente.
EFE

El coronel cesado de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid, Diego Pérez de los Cobos, se ha convertido en el protagonista de la última avalancha de críticas contra el Ministerio del Interior y su titular, Fernando Grande-Marlaska, por una investigación sobre cuyo desarrollo siempre dijo que no sabía nada. Los detalles sobre la actuación del alto mando del Instituto armado se han convertido en fundamentales tras conocerse que una nota de su directora reconoce que se destituyó al coronel por su falta de colaboración a la hora de informar sobre las investigaciones de la Policía Judicial, “con fines de conocimiento”.

Fuentes policiales cercanas al proceso aseguran que la falta de confianza en la que se justifica el cese de Pérez de los Cobos se produjo porque, en una primera petición de información, el guardia civil al mando en la capital aseguró que esa investigación a la que se aludía no se consideraba en su comandancia un tema urgente, por lo que advirtió al Ministerio que él creía que estaba parado por el momento. El problema se produjo cuando, prácticamente tras esa consulta, la Abogacía del Estado informó a Interior de que el susodicho informe sobre la gestión del Ejecutivo ante las protestas del 8-M ya estaba en manos del juzgado, con la coletilla de que tenía argumentos demoledores sobre la actuación del delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, que es el imputado del caso.

Desde el ámbito policial aseguran que esa sucesión de los hechos fue la gota que colmó el vaso de Interior, que nunca había visto con buenos ojos al coronel Pérez de los Cobos, que fue el mando que el anterior ministro del PP en el cargo, José Ignacio Zoido, utilizó para dirigir la gestión de la crisis del 1-O en Cataluña, como director del gabinete de coordinación del Ministerio. La siguiente llamada que recibió de la directora de la Guardia Civil, ya en domingo, fue para pedirle explicaciones por su falta de colaboración y, de facto, comunicarle su cese por haber perdido la confianza de sus superiores en el Ministerio.

La teoría de las filtraciones

Los altos mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil están habituados a recibir este tipo de presiones cuando hay unidades de investigación trabajando para casos polémicos que se dilucidan en los tribunales, pero siempre se preserva y se aísla su trabajo, sobre el que toda la potestad la tiene el juez que se lo ha encargado. “Hay muchas formas de salvar esas cuestiones y evitar que la política o los intereses particulares influyan en el trabajo de las divisiones de investigación, sin tener que llegar a donde se ha llegado con este caso”, asegura un alto mando policial.

En el seno de la Guardia Civil y las asociaciones que engloban el Cuerpo la cuestión es la pérdida de credibilidad que tiene el ministro después de haber dado la semana pasada una versión para justificar los hechos -la remodelación de la cúpula directiva- que ahora ha quedado desvirtuada por la nota de la directora general. Es más, la existencia de esa nota con la justificación del cese se conoce desde hace una semana, si bien era un documento confidencial al que no se daba tanta importancia.

Este mismo martes, en la sesión del control del Senado, Marlaska se ha defendido de las acusaciones del PP con lo que, según suele ocurrir en estos casos, suele ser la mayor razón por la que se producen este tipo de ceses de altos cargos: la excusa de la filtración de documentos. Marlaska ha advertido que lo más grave es que el informe se filtra a los medios nada más llegar al juzgado. 

Con todas las actuaciones del ministro bajo sospecha después de tanto cambio de versiones, desde Interior se sigue defendiendo la oportunidad de hacer una recomposición de los mandos de la Guardia Civil, que ha coincidido con el cese de Pérez de los Cobos, la dimisión adelantada del director adjunto operativo Laurentino Ceña (que estaba prevista para este martes) y el cese del teniente general Francisco Santafé, que también se estaba negociando hace meses. Tras la nota de la directora general, desde el Ministerio se asegura que cualquier petición de información que se hizo a Pérez de los Cobos o a cualquier otro alto mando, se hace siempre a nivel de “conocimiento”, es decir, para saber que las pesquisas existen y se están realizando, pero no para conocer su contenido e influir en su redacción, que es de lo que toda la oposición acusa ahora a Marlaska y pide su dimisión. 

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