El Parlamento Vasco vive un nueva trifulca con EH Bildu como protagonista

Vitoria, 24 oct.- El pleno del Parlamento Vasco ha vivido hoy una nueva trifulca por las "acusaciones" y "calumnias" que, según ha denunciado EH Bildu, han vertido en contra de este grupo otras formaciones políticas durante el debate de un punto del orden del día en el que se pedía la excarcelación de Arnaldo Otegi.

En el transcurso de la intervención de cada grupo para fijar posición, el portavoz del PSE-EE, Rodolfo Ares, ha afirmado que no iba a permitir que "EH Bildu cambie una historia de horror y de complicidad suya con ETA" o que hagan creer "que en los años de plomo del terrorismo sólo pasaban por ahí".

El parlamentario de UPyD, Gorka Manerio, ha acusado por su parte a la bancada de EH Bildu de haber actuado como "servicio auxiliar de ETA" y ha censurado que sean "los defensores del tiro en la nuca y los que siguen sin condenar a ETA" los que pidan juicios justos y garantías.

Nerea Llanos (PP) también ha asegurado que no van a permitir que ahora se "pretenda sustituir el 'arrano beltza' (águila negra) y la serpiente (del anagrama de ETA) por la paloma de la paz".

Ante estas afirmaciones y cuando ya había concluido su turno, el parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga ha intentado pedir la palabra para protestar por lo que ha calificado de "delito de calumnias".

La presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejería (PNV), se ha negado a darle voz y le ha emplazado a ir a los tribunales si consideraba que se le había imputado algún delito.

También ha intentado tomar la palabra reiteradamente el compañero de bancada de Arzuaga, Unai Urruzuno, a quien Tejería ha amenazado con expulsar del pleno si no se callaba.

Además y según ha afirmado el parlamentario del PNV y secretario de la Mesa, Iñigo Iturrate, Urruzuno le ha llegado a llamar "payaso", algo que ha sido negado por este parlamentario ante la pregunta directa de la presidenta del Parlamento.

Este suceso se produce un día después de que se hiciera pública la decisión de Tejería de amonestar al miembro de EH Bildu Hasier Arraiz por llamar fascista al portavoz parlamentario del PP, Borja Sémper.

En este caso, Arraiz sí reconoció haber llamado "fascista" a Sémper desde su escaño cuando éste finalizaba su intervención en el pleno del pasado 3 de octubre.

Arraiz aseguró ante la presidenta que en "ningún caso quiso "ofender" a Sémper, contra el que dijo no tener "nada personal", añadió que quiso "formular una critica política" y reconoció que en su intervención "faltó al decoro de la Cámara".

Esa amonestación ha sido considerada escasa por el PP, que estimaba que debía haberse impuesto una suspensión temporal a Arraiz.