"Los más perjudicados"

Más de 36.000 jóvenes en la 'estacada' y trabajo sumergido: la otra cara del SMI

El Banco de España declaró en un informe que el impacto de la subida del 22% del Salario Mínimo tuvo un efecto negativo en microempresas, sector agrario y la empleabilidad de jóvenes y empleadas domésticas. 

Selectividad
Más de 36.000 jóvenes en la 'estacada' y trabajo sumergido: la otra cara del SMI. 
EFE

A pesar de la mejora en las condiciones laborales que auguraba la aprobación de la subida de casi 165 euros en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2019, el Banco de España estimó ayer que dicha medida había perjudicado el trámite de, al menos, 100.000 empleos. La 'panacea' de los 900 euros, en camino del horizonte europeo de los 1.100, sigue intentando aterrizarse en un contexto aún más difícil que el año de su aprobación, con una crisis económica resultante de una sanitaria y las arcas públicas endeudándose para que las 'costuras' del mercado laboral no acaben de resquebrajarse. Aún así, los datos concluyentes del informe del Banco de España responden sólo a 2019, pero arrojan luz sobre la situación pre-pandémica de los sectores más afectados por el SMI. 

Se trata de aquellas actividades económicas que incluían contratos inferiores a 1.050 euros, que en 2018 eran entre 1,2 y 1,4 millones y que cayeron en 2019 por debajo de los 800.000. El informe desgrana que tanto el sector agrario como el empleo doméstico y las microempresas se han visto enormemente perjudicadas por la subida del SMI. En concreto, el análisis de la institución económica que lidera Pablo Hernández de Cos, calcula que el 44% de los trabajadores menores de 24 años vieron afectadas sus expectativas de conseguir un contrato por la subida del SMI y que la tasa de creación de empleo en ese segmento cayó cuatro puntos con la decisión del Gobierno.

Si se toma el segmento de edad del cálculo total de perjudicados, la cifra de menores de 24 años queda redondeada en un total de 36.000 jóvenes que, o bien no consiguieron empleo o bien lo perdieron como consecuencia directa de la subida de ese 22%. Un dato que se suma al porcentaje de paro juvenil de 2019, un 30,5%, y que ponía a España a la cabeza del peor dato en paro juvenil en Europa, junto con Grecia. Con la pandemia, el dato nacional de desempleo juvenil se ha consolidado se ha consolidado como líder europeo, con un 40% en 2021, cinco puntos más que Grecia. Según fuentes de la patronal de empresas de trabajo temporal y agencias de empleo (Asempleo), los jóvenes han sido "los más perjudicados" por el SMI, sobre todo porque supone "una barrera más en la contratación de empresas con costes bajos".

Al final, explica la patronal, la carga extra que supone el SMI en la manutención de empleados menos cualificados compite con la necesidad de un buen rendimiento empresarial. Y por eso "quedan relegados al desempleo, se incentiva la economía sumergida o el trabajo temporal". Para más 'inri', el empleo temporal, una solución alternativa para muchos jóvenes en España, ha sido masivamente destruido por la crisis de la Covid-19. "El SMI se convierte en un escalón más para ese colectivo, con menos portal de entrada para esa primera experiencia laboral. Puede enquistarse y convertirse en estructural, algo delicado siendo la futura generación de este país", asegura Asempleo. En cuanto al marco laboral afectado por la subida del SMI y que afecta a los jóvenes, las microempresas (de hasta 10 empleados y un activo al cierre de ejercicio de 1 millón de euros) sus empleados más 'Junios' se vieron en gran parte perjudicados por al subida del SMI. 

Las microempresas en España, que aportan al empleo entre un 35% y 40% y al PIB entre el 65% y 70%, según fuentes de la Asociación Española Multisectorial de Microempresas (AEMME) acaban 'temblando' por una mejora salarial en sus empleados que les cuesta rentabilizar y merma su competitividad, en gran parte por estar conformadas por autónomos individuales y societarios. Como explica a La Información Víctor Delgado, presidente de la AEMME, "los autónomos societarios se toman como pequeña o mediana empresa, pero son autónomos que, por ejemplo, no se puede adaptar a la tarifa plana como el individual en la Seguridad Social". Es por eso que para una microempresa, la subida del 22% en la contratación supone "carga añadida, mayor coste salarial, aumenta la cuota y menos altas". La AEMME reconoce la mejora de las condiciones laborales pero pide también "incentivar políticas activas ya que puntualiza que "el 62% de las microempresas que nacen mueren al quinto año". 

Aunque el Real Decreto define claramente los requisitos de una microempresa- caracterizada por una media de 10 empleados, una facturación no superior a 2 millones y un activo al cierre del ejercicio de 1 millón de euros- la realidad económica, una vez aterrizada, no responde a esos parámetros óptimos. "La media es de 3 empleados y la facturación del importe neto anual no llega a 2 millones, si no se queda entre 300 y 350.000 euros", explica Delgado. Por lo que el SMI, aunque positiva a grandes rasgos, no es suficiente por la necesidad de unas políticas activas al otro lado del escenario económico. La realidad del pequeño y autónomo empresario. 

Por último, dos áreas más han sido las afectadas por el SMI, el sector agrario y el empleo doméstico.  En el caso de las empleadas domésticas, como explica Yojana Pavón presidenta de la Asociación Nacional de Agencias de Colocación (ANAC), la subida del Salario Mínimo ha precarizado las condiciones.  "Tras la puesta en vigor del SMI de 2019, una de cada tres familias dejó de contratar a empleadas domésticas". Una tendencia que empezó a favorecer, todavía más, el cobro en 'b' de dichas trabajadoras. La subida del SMI ha supuesto una carga para las familias, que han decidido rescindir el contrato o reducir las horas de trabajo de sus empleadas, lo que "ha incrementado la economía sumergida", puntualiza Pavón. A pesar de esto, tanto la UGT como expertos en derecho laboral consultados por La Información afirman que también se tiene que tener en cuenta los efectos positivos del SMI y la creación de empleo. Pero el informe no desestima la iniciativa, destapa 'fallas' en datos que derivan en reflejar que hay sectores que, simplemente, no pueden hacerse cargo de emplear con una subida del 22%. 

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