Sánchez se disculpa con la Fiscalía tras asegurar que esta dependía del Gobierno

  • El presidente en funciones dice que "hay que ser humilde" y señala que cometió un error en sus palabras sobre el ministerio público y Puigdemont
Pedro Sánchez en un mitin del PSOE
Pedro Sánchez en un mitin del PSOE
EFE

Pedro Sánchez pide perdón a la Fiscalía. El presidente del Gobierno en funciones ha trasladado sus disculpas y ha admitido que se equivocó este miércoles, cuando dijo que el Ministerio Público dependía del poder Ejecutivo para poder impulsar la extradición de Carles Puigdemont a España. "Hay que ser humilde. No estuve nada preciso, son muchas horas de viajes, de campaña... Quiero recordar que este Gobierno siempre ha defendido la independencia de la Justicia", ha añadido Sánchez, que ha apuntado que su intención solo era "mostrar nuestro apoyo a la labor del poder judicial". 

La polémica sobre la Fiscalía comenzó el pasado lunes durante el debate electoral, cuando el jefe del Ejecutivo se comprometió a "traer a Puigdemont" de vuelta a España. Tras diversas críticas, Sánchez volvió a ser preguntado por dicha cuestión en una entrevista en RNE. Su respuesta fue la pregunta "¿De quién depende la Fiscalía?", lo que motivó una nueva oleada de reproches desde sectores judiciales y desde el propio organismo. Tras la polvadera, el propio Sánchez rectificó primero en un tuit y después el Ministerio Fiscal emitió un comunicado defendiendo su independencia.

"La Fiscalía tiene toda la independencia y tiene todo mi respaldo. Solo ofrezco nuestra disposición para ayudar a que nadie esté por encima de la ley, y que los líderes independentistas fugados respondan ante la justicia española", ha añadido Sánchez en una entrevista en La Sexta. Un encuentro en el que ha hablado sobre el probable éxito de Vox en las elecciones del 10 de noviembre o de las negociaciones para formar Gobierno. Una situación esta última para la que ha vuelto a cerrar la puerta a negociar en exclusiva con Unidas Podemos, abriendo el abanico a PP y Cs. A los que ha criticado en repetidas ocasiones por sus "pactos con la ultraderecha".

Pero el rechazo a los acuerdos de Pablo Casado y Albert Rivera con Santiago Abascal no supone que rechace la puerta a negociar ciertos acuerdos con ellos. En concreto, ha señalado que la negociación de los futuros Presupuestos Generales del Estado "tendrá que contar con todos", lo que incluye a PP y Ciudadanos, además de a la formación de Pablo Iglesias. Estas conversaciones sobre las cuentas públicas partirán de "políticas progresistas", aunque ha matizado que hay otros asuntos "que trascienden lo ideológico, como la crisis de convivencia en Cataluña". 

Críticas a Calviño y el papel de Vox

Si Sánchez logra gobernar después del 10-N, una de las encargadas de elaborar los PGE sería Nadia Calviño. Sánchez ha defendido a su elegida como vicepresidenta económica, asegurando que su "política económica es progresista y pretende reconstruir el Estado del Bienestar". Unas palabras que llegan después de las críticas internas por la elección de Calviño, a la que desde sectores del PSOE se acusa de tener una ideología "neoliberal", como publicó La Información. Tampoco ha sentado bien su futuro ascenso entre el resto de los ministerios que estarían afectados si tuviera ese poder, como los de Industria, Transición Ecológica, Hacienda o Trabajo.

La elección de la ministra de Economía en funciones tampoco ha gustado en Unidas Podemos. Pero esto no es lo único que separa a Sánchez de Iglesias, ya que el presidente en funciones no ha querido volver a dar el título de "socio prioritario" a la formación morada. Especialmente, según ha dicho, por su posición en Cataluña. "Su candidato allí es una persona que aconsejó a Puigdemont que se fugara", ha señalado en referencia a Jaume Asens. Además de recordar que "Iglesias no aceptará un gobierno en el que no esté", insistiendo en que no quiere compartir Consejo de Ministros con él.

Por este motivo, Sánchez ha pedido varias veces "que se concentre el voto en la única fuerza capaz de garantizar que haya gobierno, que es el PSOE". Para el jefe del Ejecutivo en funciones, apoyar al resto de partidos es "contribuir al bloqueo, ya que ninguno de sus líderes se ha mostrado dispuesto a desbloquear". "Mi compromiso es que voy a intentar llegar a un acuerdo con todas las fuerzas posibles, pero antes de que repitamos elecciones, pido que se deje gobernar a la lista más votada", ha señalado, insistiendo en su propuesta de que si no hay acuerdo de investidura el resto se abstenga para permitirle repetir en Moncloa.

El otro asunto electoral al que más tiempo ha dedicado Sánchez es al auge de Vox. El presidente ha admitido que existe el "riesgo" de que la formación de Abascal acabe siendo tercera fuerza, debido a que "los pactos de PP y Cs con la ultraderecha la han beneficiado". Además, ha asegurado que el origen del partido responde a "un invento de José María Aznar para desestabilizar a Mariano Rajoy", citando que entre sus fundadores estuvieron Alejo Vidal-Quadras o José Antonio Ortega Lara. "Ahora se benefician electoralmente de todo estos pactos. Además, PP y Ciudadanos le han hecho el trabajo sucio en Cataluña", ha dicho Sánchez.

Sobre la situación de la economía, y tras la rebaja de la previsión de crecimiento de Economía por parte de Bruselas al 1,9%, el presidente ha insistido en que están atentos a la situación. Para contrarrestar este dato, ha señalado que "el empleo crece a mayor ritmo que la economía española", aunque ha admitido que el paro creció en el pasado mes de octubre. "El dinamismo sigue siendo potente en términos relativos, no queremos caer en complacencia ni falsos catastrofismos", ha apuntado.

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