Golpetazo sobre la mesa de Juanma Moreno. Ningún sondeo lo estimó pero lo ha conseguido. El PP gobernará en Andalucía los próximos cuatro años con mayoría absoluta, sin necesidad de ningún tipo de pacto. Una victoria contundente, histórica para la formación en el feudo tradicional del PSOE, el principal granero de votos de la izquierda, que, de paso, asesta un duro golpe a sus rivales. Vox queda anulado y, aunque sube a tercera fuerza, no será decisivo esta legislatura. Y la izquierda, con el PSOE y el espacio de Yolanda Díaz, queda tocada en vísperas de un año electoral decisivo.
Moreno logra 58 escaños, un resultado que tiñe Andalucía de azul. El PP ha cosechado votos a izquierda y derecha. Ha logrado, por ejemplo, arrañar apoyos de un votante PSOE moderado, que ha preferido la gestión del candidato popular. Ha existido, por tanto, un claro trasvase de socialistas hacia la siglas azules, como ya advertían algunos sondeos, incluido el CIS. La apelación al voto útil le ha funcionado a Moreno. Almería (hasta El Ejido), Jaén, Sevilla, Granada, Málaga... Hasta Dos Hermanas. Prácticamente toda Andalucía es azul.
El PP sustenta su mayoría absoluta engullendo a Ciudadanos, que se quedará fuera de la Junta de Andalucía y con Marín abandonando sus responsabilidades orgánicas. Era el último gobierno que les quedaba a los de Inés Arrimadas. Los populares se hacen con todos sus votos y por eso doblan con creces los 26 escaños de 2018. Es el mejor resultado histórico del PP, por encima de lo 50 diputados de 2008. Entonces el Parlamento lo componían tres partidos. Eran los tiempos del bipartidismo.
Moreno también consigue, de carambola, anular el 'efecto Olona'. Vox no será decisivo esta legislatura en Andalucía y eso es un quebradero de cabeza menos para el PP en vísperas del año 2023 que será decisivo. Los de Santiago Abascal insistieron durante la campaña en que si sus votos fueran necesarios insistirían en entrar a formar parte del Gobierno andaluz. No va a hacer falta. Vox sube dos escaños y se queda con 14, insuficientes teniendo en cuenta las expectativas que se habían fijado.
Herida abierta en canal en la izquierda
La izquierda sale de Andalucía con una herida abierta en canal y difícil de taponar. Ni en la provincia de Sevilla, donde el PSOE había ganado todas las elecciones hasta la fecha, han podido retener el resultado. Los socialistas pierden un escaño, lo que supone un nuevo suelo. 30 diputados es el peor resultado de la historia del PSOE, muy lejos de los 61 de Manuel Chaves en 2004. Algunas voces ya apuntaban antes de cerrar el escrutinio que se han logrado "salvar los muebles", pero las expectativas también eran otras.
El PSOE pierde votos en el interior, en las grandes ciudades, no logra convencer a los jóvenes y sale del 19-J con un resultado incierto de cara a lo que viene en los próximos meses y que tendrá como broche final las generales a finales de 2023.
A la izquierda del PSOE, las sensaciones son malas. El primer examen en el que participa Yolanda Díaz, amadrinando a Por Andalucía y a Inma Nieto, acaba en fracaso. La coalición se queda con cinco parlamentarios, con un motor gripado a las puertas del proceso de escucha que va a lanzar la vicepresidenta segunda en apenas unos días. Adelante Andalucía, la formación de Teresa Rodríguez, logra dos escaños. Hubo un problema de marca y un buen número de votantes no supo diferenciar una y otra candidatura.
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