Estremera, la cárcel con más agresiones donde vivirán Junqueras y su Govern

  • Fuentes penitenciarias confirman que se mostraron algo altivos, sobre todo Forn, quien "trató a los funcionarios con cierta superioridad".
Prisión de Estremera
Prisión de Estremera

El Centro Penitenciario de Madrid VII, situado en Estremera, acoge desde anoche a Oriol Junqueras, y los exconsellers Jordi Turul (Presidencia), Raül Romeva (Asuntos Internacionales), Josep Rull (Territorio), Joaquim Forn (Interior) y Carles Mundó (Justicia). Situada a 67 kilómetros de Madrid, está considerada la cárcel más peligrosa de España: no en vano ha registrado en los últimos seis años el mayor número de agresiones a funcionarios: 124, según los datos oficiales del Ministerio del Interior.

Una vez entra alguien en prisión, los funcionarios proceden a identificarle y registrarlo en el libro de ingresos del centro, tras lo que le toman sus huellas dactilares y le sacan dos fotografías. En este caso, se ha tenido especial cuidado en que estas imágenes no trasciendan a los medios de comunicación, hecho en el que ha insistido vehementemente el director de la prisión. Acabado este trámite, el personal somete al preso a un cacheo personal y a un control de sus pertenencias. Se les entregan varios kits que van a ser necesarios para su vida en prisión. Uno compuesto por un juego de sábanas y una manta; otro compuesto por una bolsa con artículos de higiene personal.

Se mostraron altivos

Fuentes penitenciarias confirman que los depuestos miembros del Govern pasaron este trámite con normalidad, aunque se mostraron algo altivos, especialmente, Joaquim Forn, que estuvo "irritable" y "trató a los funcionarios con cierta superioridad", aunque no se produjo ningún incidente grave, señalan. "Es normal, dadas las circunstancias. Entrar en prisión es muy duro y este ha sido un caso muy mediático por delitos que no estamos acostumbrados a ver", comentan.

Tras pasar la primera noche, Junqueras y el resto de exconsellers serán destinados a un módulo del centro, probablemente en 3, destinado a preventivos. Allí, tendrán una celda de once metros cuadrados, con una mesa, un armario, un baño y dos literas. Además, pueden adquirir de su bolsillo una televisión para ver por las noches ya que ninguno de los reos preventivos tiene la obligación de apagar la luz una vez que tiene que encerrarse en la celda: a partir de las 20.30 horas.

Una vez se integren en el módulo correspondiente, deberán vestir con el uniforme del penal: unas zapatillas de deporte y un chándal, como el resto de los reclusos. Durante el día tendrán que hacer labores de mantenimiento, como barrer o limpiar. Podrán hacer deporte, pasear por el patio o integrarse en diversas actividades lúdicas con otros reclusos.

Este espacio, por otro lado, es el más tranquilo de la cárcel, no así el resto del penal. La mayoría de sus futuros compañeros están esperando a ser juzgados por delitos relacionados con el narcotráfico o con la corrupción, como Luis Pineda, presidente de Ausbanc. No obstante, también hay acusados por robo con violencia, y Patrick Nogueira Gouveia, el presunto asesino de una familia con dos niños pequeños en Pioz (Guadalajara). Asimismo, hasta que fue condenado habitaba en ese módulo Sergio Morate, el asesino de las chicas de Cuenca.

Podrá recibir visitas 'vis a vis'

Al ser prisión preventiva comunicada, podrán ejercer su derecho a recibir visitas y solicitar un vis a vis familiar, de convivencia o íntimo. Para ello, deberán pedirlo personalmente y autorizarlo la Junta de Tratamiento. Los presos tienen permitidas cinco llamadas de cinco minutos a la semana. Sólo pueden llamar a diez números de teléfono previamente entregados a los funcionarios de la prisión. Además, tendrán un máximo de 100 euros para gastar en el economato de la cárcel con una tarjeta monedero que le deben recargar familiares y amigos.

Su día comenzará a las 8 de la mañana, con el recuento de presos. Después, el médico les visitará en su celda y les entregará la medicación que deban tomar, en caso de que fuera necesario. Tras ello, los presos de confianza le llevarán el desayuno, en platos y cubiertos de plástico que deberán entregar después.

Tras el desayuno, la mañana es libre, y se dedica a las actividades que cada preso ha escogido. En torno a la una del medio día llega el almuerzo. Los presos deben volver a sus habitaciones después de comer, a excepción de aquellos que tienen asignadas labores de limpieza. La tarde fuera de la celda comienza sobre las cuatro y media y es también libre. Después, la cena y, de nuevo, las celdas, que se cierran hasta el día siguiente.

La cárcel tiene 1.214 celdas en 16 módulos que pueden acoger hasta a 1.500 internos. Costó 100 millones de euros y ocupa 91.761 metros cuadrados.

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