
El secretario general de Podemos y candidato de UP a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, ha recibido una carta en la que se le "amenaza de muerte" y que contenía cuatro balas de Cetme (un fusil de asalto que utilizaba en el pasado el Ejército español), según ha denunciado su partido. La misiva ha llegado a dependencias del Ministerio del Interior. También han recibido cartas con "graves amenazas de muerte" el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la directora de la Guardia Civil, María Gámez, según fuentes cercanas a la dirección de Unidas Podemos.
La denuncia de Marlaska, presentada en la Comisaría del Congreso a las 16.42 horas de este jueves y a la que ha tenido acceso la agencia Efe, indica que la carta dice textualmente: "Tienes diez días para dimitir. El tiempo de reírte de nosotros se terminó. Policía Nacional. Guardia Civil. El tiempo lo tienes en contra para los taponazos". Dicha denuncia añade que en el interior de la carta había dos cartuchos sin percutir del calibre 7,62 x 51.
Iglesias, que ya ha sido víctima de amenazas similares en el pasado, ha anunciado que presentará una querella por estos hechos. En junio del pasado año, el líder de Podemos denunció a través de Twitter un vídeo en el una persona utilizaban su imagen y la de otros miembros del Gobierno (el propio Marlaska, Pedro Sánchez, Pablo Echenique o Irene Montero) para realizar prácticas de tiro. El tirador fue posteriormente identificado como un exmilitar que residía en Málaga.
Ni siquiera las amenazas de muerte de estos pseudocomandos de la ultraderecha van a distraernos de nuestra tarea de reforzar la justicia social y una recuperación económica que no deje a nadie atrás. Frente a los ultras: justicia social, democracia, libertad, Gobierno✊ pic.twitter.com/lBjGdO2bvb
— Pablo Iglesias 🔻 (@PabloIglesias) June 18, 2020
Mientras, Gámez ha denunciado este jueves a las 16.30 horas los hechos en las dependencias oficiales de la Guardia Civil. Según consta en la denuncia, fue el miércoles y a través del responsable de la Secretaría de su despacho cuando la directora de la Guardia Civil tuvo conocimiento de un sobre anónimo que contenía en su interior una nota amenazante hacia su persona y un cartucho del calibre 7,62 milímetros.
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