'Guerra' en Podemos: Rodríguez no renunciará a sus "líneas rojas" en la investidura en Andalucía

    • La candidata andaluza rechaza injerencias de la dirección y defiende como "irrenunciables" sus condiciones, enfriadas desde Madrid.
    • Entre ellas, la dimisión de los expresidentes Chaves y Griñán, imputados por el Supremo en los ERE.
La presidenta en funciones de la Junta, Susana Díaz, con la candidata de Podemos, Teresa Rodríguez, el jueves.
La presidenta en funciones de la Junta, Susana Díaz, con la candidata de Podemos, Teresa Rodríguez, el jueves.

La candidata de Podemos a la Junta de Andalucía, Teresa Rodríguez, no está dispuesta a permitir injerencias de Madrid en las negociaciones para la investidura de Susana Díaz, presidenta en funciones y ganadora de las elecciones autonómicas.

En el equipo de Rodríguez consideran que las 'líneas rojas' que el pasado jueves se pusieron sobre la mesa de San Telmo durante la reunión con Díaz son "irrenunciables". Entre ellas se encuentra una condición que se hace prácticamente inasumible por la socialista: la dimisión "inmediata" de los expresidentes José Antonio Griñán y Manuel Chaves, senador y diputado, respectivamente, e imputados por el Tribunal Supremo en el caso de los ERE.

La negociación ha abierto en las últimas horas una 'guerra' entre el "núcleo duro" de Podemos y su líder andaluza, después de que desde la dirección se rebajase notablemente el tono de las negociaciones para permitir la investidura. Desde Madrid se ha optado por borrar las líneas rojas para hablar de unas "propuestas" que colocan la dimisión de los expresidentes andaluces en un segundo plano. "El diálogo sigue abierto y en Podemos estamos dispuestos a entendernos con todo el mundo", ha subrayado hoy la secretaria de Coordinación Ejecutiva de la formación, Ángela Ballester.

La dirección ha definido tres puntos para esas negociaciones: instar a que la Junta retire sus cuentas de los bancos que hayan realizado desahucios sin ofrecer a los afectados ninguna alternativa habitacional, reducir de forma drástica los altos cargos públicos y promover un pacto que obligue a un partido a responder como responsable subsidiario en casos de corrupción de altos cargos. En cualquier caso, el "núcleo duro" descarta que sean imposiciones, y también que su posición se defina "con una propuesta o media", lo que deja la puerta abierta a una negociación flexible.

Una postura que contrasta con la más rotunda de Rodríguez quien, el pasado jueves, advirtió de que Díaz habría de dar una garantía "constatable y con fechas" a sus propuestas si quería asegurarse la investidura.

"Sise aceptan estas propuestas razonables se vota que sí y si no se aceptan, se vota que no", dijo entonces. Las "líneas rojas" de Rodríguez exigen además la readmisión de personal en educación, sanidad, igualdad y bienestar social despedido con las últimas políticas de recortes, y un listado de los asesores a cargo de la Junta de Andalucía con sus correspondientes sueldos.La dirección borra las "líneas rojas"

La dirección del partido había desautorizado hoy en cierta forma a su líder andaluza, empezando por matices lingüísticos. En lugar de "líneas rojas" o condiciones, en Madrid se habla de propuestas. "Eldiálogo sigue abierto y en Podemos estamos dispuestos a entendernos con todo el mundo", ha destacado la secretaria de Coodinación Ejecutiva, Ángela Ballester, tras la reunión de los lunes.

Ballester ha eludido responder con firmeza cuando se le ha preguntado si la dimisión de los expresidentes reclamada por Rodríguez condicionaría el acuerdo. "No son condiciones, son propuestas y estamos abiertos al diálogo", ha insistido, para afirmar después que la decisión corresponde a la presidenta en funciones.

"No nos posicionamos: ni sí, ni no ni abstención. Corresponde a Susana Díaz decir qué le parecen y si las acepta y quiere posicionarse del lado de la gente o si sigue estando del lado de los privilegiados. La pelota está en su tejado. Esperamos que se lo piense", ha dicho la coordinadora ejecutiva. Ballester ha negado, no obstante, que la dirección estatal estuviese tratando de condicionar a sus representantes andaluces, y ha aclarado que Rodríguez tendrá autonomía para decidir la posición de su grupo.

Este cambio de postura resulta llamativo, en un momento en que desde Podemos se insiste en moderar el discurso para tratar de ser vistos como una propuesta más sensata, en competencia directa con la propuesta de Ciudadanos. Ello podría conseguirse con un acercamiento al PSOE que permita la gobernabilidad en la comunidad y ganar peso en en futuro Parlamento, aunque ello suponga enfriar algunas de sus exigencias de base.

Los socialistas, entre tanto, han visto cómo cómo el apoyo de Podemos podría resultar clave para el inicio de legislatura.La investidura, un procedimiento que habitualmente constituye un mero trámite, se le ha vuelto adversa después de que IU expresase que no la apoyaría por razones de "coherencia" política después de que ésta rompiese el anterior pacto de Gobierno, Ciudadanos impusiese también entre sus requisitos la dimisión de los expresidentes y se mostrase inflexible en la negociación y el PP condicionase el apoyo a un acuerdo escrito por el cual los socialistas se comprometerían a que gobernase la lista más votada en las municipales, requisito al que el PSOE se opone.

A la presidenta andaluza le bastaría el respaldo de Podemos, con quince diputados, para superar la investidura en primera vuelta. En caso de que todos los partidos se opongan, tendrá que ir a una segunda, en la que debería lograr una mayoría simple, que podría conseguir si Podemos se abstiene.Desacuerdos Madrid-Sevilla

No es la primera vez que surgen desacuerdos entre la dirección del partido y la candidata andaluza. Rodríguez, hasta hace unas semanas compañera de Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo, expresó su apoyo explícito a la vía de Echenique en la Asamblea Ciudadana que les enfrentó por un modelo organizativo con importantes diferencias: Echenique era partidario de una formación más horizontal y con una portavocía coral, mientras que Iglesias-ganador en las votaciones- diseñó un partido vertical, con círculos vaciados de poder y más personalista.

Más tarde, cuando la eurodiputada anunció su intención de participar en las primarias para elegir al candidato del partido a la Junta, Iglesias trató de imponerle a uno de sus hombres de confianza, Sergio Pascual, a su vez secretario de organización del partido. En los últimos días, Pascual ya había instado a llegar a acuerdos de gobernabilidad y a permitir la investidura. El número dos, Íñigo Errejón, había adelantado también que podría haber acuerdos con el PSOE andaluz.

El apoyo a la investidura, al menos con la abstención, podría ser el avance de nuevos acuerdos. Los que pretende Díaz para gobernar en minoría, apoyándose, de forma puntual, en el resto de grupos del Parlamento andaluz. El nuevo cariz de la negociación toma importancia considerando que desde Podemos se reitera la necesidad de suavizar el discurso y evitar los sesgos más radicales. Un mensaje en el que en campaña se le ha insistido a Rodríguez, partidaria de una propuesta más abrupta.


Mostrar comentarios