Los sermones musulmanes a través de tuberías reclutan presos británicos

Dos de los extremistas musulmanes más radicales de Reino Unido centran sus esfuerzos en reclutar presos en las cárceles y difundir propaganda desde las prisiones.La Fundación Quilliam, con sede en Londres, asegura en un informe que el clérigo musulmán Abu Qatada–conocido como el embajador de Osama bin Laden en Europa- logró introducir propaganda extremista en la cárcel con la ayuda de los visitantes, que luego difunden su mensaje en Internet.Quilliam se define como un grupo de pensamiento dedicado a erradicar el extremismo. Este grupo de reflexión fue fundado por Maajid Nawaz y Ed Husain, dos activistas del partido islamista Hizb ut-Tahrir que dejaron el grupo y renunciaron al radicalismo islámico.En el informe también figura el predicador radical Abu Hamza al-Masri -el clérigo cuya extradición solicita Estados Unidos- mantuvo sermones a través de las tuberías que unen las diferentes células. Asimismo, uno de los reclusos usó sus llamadas de teléfono para hablar con un canal de televisión islámico.El personal de las prisiones no está capacitado para controlar extremistasGran Bretaña mantiene a terroristas condenados en varias prisiones de alta seguridad, incluyendo la famosa prisión de Belmarsh en Londres. Un portavoz del Ministerio de Justicia declaró que el control de los prisioneros depende de cada caso.El autor del informe, James Brandon, informó de que el gobierno necesita crear un centro especializado de des-radicalización que logre programar de nuevo a los terroristas. Esta práctica gozó de éxito en Egipto y Yemen.Con este trabajo realizado por Quilliam, se pone de relieve el desconocimiento por parte del personal de las prisiones para tratar con islamistas radicales. Dicho informe se basa en el testimonio de presos y en la información difundida por los partidarios de la facción radical del Islam.En la actualidad existen 100 musulmanes presos en cárceles británicas por cargos relacionados con el terrorismo islamista, sin embargo, se desconoce el número de prisioneros que se han convertido al Islam durante su condena.