Madrid rompió el mito de los enemigos irreconciliables árabes e israelíes

  • La Conferencia de paz de Madrid, de la que este 30 de octubre se cumplen veinte años, rompió el mito de que árabes e israelíes eran enemigos irreconciliables y demostró la importancia de un mediador fuerte -Estados Unidos-, que les empujó a reunirse cara a cara, para resolver su viejo conflicto.

Madrid, 28 oct.- La Conferencia de paz de Madrid, de la que este 30 de octubre se cumplen veinte años, rompió el mito de que árabes e israelíes eran enemigos irreconciliables y demostró la importancia de un mediador fuerte -Estados Unidos-, que les empujó a reunirse cara a cara, para resolver su viejo conflicto.

La reunión sobre Oriente Medio, de la que salió el principio "paz por territorios", se celebró bajo los auspicios de las administraciones de EEUU, entonces dirigida por George Bush, y de Rusia, por Mijail Gorbachov.

La delegación israelí, encabezada por el primer ministro, Isaac Shamir -único gobernante en litigio que acudió-, y la jordano-palestina (Israel exigió esa fórmula), Siria, el Líbano y Egipto abordaron un conflicto regional de más de 63 años.

La Conferencia fue un logro para España y para el anfitrión, el entonces presidente del gobierno Felipe González, pues rompió el mito arrastrado desde la creación del Estado judío, de que un representante israelí jamás podría sentarse a negociar junto a un palestino.

Israel llegó a Madrid con la convicción de que no existía un problema territorial en sus fronteras, sino sólo el no reconocimiento de su Estado por los árabes, para quienes esta premisa era inaceptable.

La postura hebrea partía del hecho de que los territorios ocupados tras la Guerra de los Seis Días, de junio en 1967, pertenecían a Israel y eran innegociables, y de que no era vital que los palestinos tuvieran su propio Estado.

Árabes e israelíes eran irreconciliables desde que el 29 de noviembre de 1947 la ONU aprobó el plan de partición de Palestina, que establecía la creación de un Estado judío y otro árabe.

Seis meses después de la "partición", el 14 de mayo de 1948, David Ben Gurión proclamó el Estado de Israel, que fue inmediatamente reconocido por Estados Unidos y la Unión Soviética, pero que generó la primera guerra árabe-israelí, al entrar en combate los ejércitos de Egipto, Siria y Jordania.

La creación de Israel, originó la "Nakba" o tragedia nacional palestina, que llevó al exilio a 750.000 del 1.300.000 árabes que vivían en la entonces Palestina bajo Protectorado Británico. Más de 400 poblados árabes fueron destruidos.

A la guerra árabe-israelí de 1948 seguirían las de 1956, 1967 y 1973. Pero fue de la de 1967, la que originó la "Naksa", la segunda gran derrota árabe, en la que Israel ocupó Gaza, Cisjordania, Jerusalén oriental, el Sinaí egipcio y los Altos del Golán sirios.

Israel se fue de la Conferencia de Madrid con la aceptación de negociar en base a las resoluciones 242 y 338 de la ONU, que establecen el principio de "paz por territorios".

Un año después comenzó secretamente en Oslo el diálogo directo entre las dos partes y el 13 de septiembre de 1993, el primer ministro de Israel, Isaac Rabin, y el líder de la OLP, Yaser Arafat, firmaron en Washington la Declaración de Principios de la autonomía para Gaza y Jericó. Y en 1995 la ampliación de la autonomía para Cisjordania.

El Ejército israelí se retiró de Gaza en 2005 mediante un plan de "Desconexión", pero mantiene desde 2007, un bloqueo a esa zona, donde gobierna el movimiento islamista Hamás.

El último capítulo lo escribió el actual presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas, que gobierna en Cisjordania, al solicitar el pasado 23 de septiembre el reconocimiento de un Estado palestino.

Otra tarea de los negociadores en Madrid fue la de sentar las bases para la reconciliación de Israel con el Líbano y Siria. Con Egipto ya había firmado la paz en 1979, tras los Acuerdos de Camp David de 1978), por los que le devolvió el Sinaí.

Israel había invadido el sur del Líbano en 1978 y 1982, la segunda vez para expulsar a las milicias de la OLP.

En 1985, el ejército hebreo se retiró de la mayoría del territorio, pero conservó una zona 1.100 kilómetros cuadrados, conocida como "franja de seguridad", hasta que el 2000 se replegó totalmente.

Siria, que acudió a la Conferencia con la exigencia de recuperar la meseta del Golán, acordó canal técnico de comunicación a través de Estados Unidos y Rusia.

Actualmente, un eventual acuerdo de paz para la devolución de Golán pasa por la garantía de una frontera segura para Israel y de que Damasco corte sus lazos con Teherán, y con las milicias Hizbulá (libanesa) y Hamás (palestina).

Pese a las reticencias del gobierno de Israel para acudir a la Conferencia de Madrid, Estados Unidos forzó su presencia al congelarle una ayuda de 10.000 millones de dólares para que continuara con su política de asentamientos.

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