Negociaciones y encuestas

    • Pedro Sánchez está poniendo toda la carne en el asador mientras Rajoy ha eludido su responsabilidad.
    • A nadie deberá extrañar que la vicepresidencia de Pablo, si llega a consumarse, se convertirá en un instrumento mortífero para asaltar la Presidencia y conquistar el Cielo.
Pablo Iglesias traslada a Pedro Sánchez que no negociará hasta que el PSOE no descarte a Ciudadanos
Pablo Iglesias traslada a Pedro Sánchez que no negociará hasta que el PSOE no descarte a Ciudadanos

Casi al mismo tiempo que Pedro Sánchez ha comenzado sus entrevistas con los líderes de los diferentes partidos para formar el próximo Gobierno español el CIS ha hecho pública una encuesta absolutamente perniciosa y tendenciosa. El trabajo de campo se hizo entre el 2 y el 11 de Enero. Antes del día 2, -en plenas Navidades-, se pronunciaron los comentaristas y analistas, pero siempre desde una superficialidad ajena a cualquier rigor. El silencio de los líderes políticos obedeció entonces a una mezcla de miedo escénico y de incertidumbre aunque una aritmética tan enrevesada que no permitía juntar mayorías lógicas de ninguna manera. Las especulaciones previas al día decisivo -20 de diciembre- dejaron mudos a los que se habían comportado como vocingleros antes del 20D. Volvió a ganar el PP a pesar de la corrupción y el descaro esgrimido durante su periodo de gobierno, en el que la mayoría absoluta fue un cuchillo que abrió heridas en los colectivos más humildes y numerosos, es decir, en las clases medias e inferiores. El horizonte oscuro, casi negro, que tantos auguraban para el PSOE, no pasó de sombrío. Y los grupos emergentes quedaron a verlas venir, a la espera de lo que las dos formaciones de la denostada "casta" decidieran hacer.Pero hoy, pasados ya cuarenta y seis días, el panorama ha cambiado. El Rey se ha reunido dos veces con cada uno de los líderes. Rajoy ha renunciado a formar gobierno dos veces. Pablo Iglesias, envalentonado y obtuso, se ha permitido incluso presentar públicamente a la mitad del "gobierno próximo", con él mismo a la cabeza (Vicepresidencia). Albert Rivera ha preferido el papel de mediador en todos los pasajes y conflictos. Y Pedro Sánchez se ha obstinado en hacer un Gobierno para el que se ha impuesto unos límites muy exigentes consigo mismo. Descartado sin remisión el PP, igualmente ha dejado fuera de todos los primeros contactos a BILDU, a DL y a ERC, con lo cual ha renunciado a 19 de los posibles apoyos, por considerarlos de carácter y objetivo secesionista. Con estas premisas Pedro Sánchez (y el PSOE) necesita que le voten afirmativamente Ciudadanos y todas las fuerzas minoritarias. El empeño parece imposible de conseguir pero, si alcanza el éxito, habrá de ser adjudicado al esfuerzo hecho por el líder socialista que ya en la noche electoral mostró su interés por llegar a configurar un Gobierno de cambio y de izquierdas.Y bien, el CIS nos ha sorprendido con la publicación de una encuesta en que los preguntados, inmersos aún en la resaca del champán navideño, no conocían nada de lo ocurrido durante el último mes, por lo que la valoración (aprobación o desaprobación) del uso que los partidos y líderes han hecho de los votos recibidos ha brillado por su ausencia. Ha obrado mal el CIS publicando la encuesta tan tarde, o bien interpretándola con tan escaso rigor. La perversión es mayor porque se sirve de los resultados del 20D, que no tuvieron mucho que ver con las previsiones anteriores al 20D. Es preciso hacer algunas matizaciones a la vista de las fluctuaciones que se producen en la encuesta publicada, en la que el PP sube una décima y Podemos sube 1,2 puntos. Mientras tanto, Ciudadanos desciende seis décimas y el PSOE baja 1,5 puntos. Es decir, que leída la encuesta con sencillez alguien podría concluir que el rechazo de Rajoy a la conformación de un gobierno ha sido premiado, como también lo ha sido la altanería de Podemos y Pablo Iglesias que no ha dudado en tildar de hipócrita a Pedro Sánchez sólo por intentar cumplir con su difícil deber de una de las maneras posibles.El CIS ha puesto alas a Pablo Iglesias, pero él debería haber sido honrado, debería haber renunciado a usar los resultados en su provecho de forma tan artera y taimada. Mientras tanto Pedro Sánchez se ha empeñado en la ardua tarea de hacer un Gobierno, y así evitar unas nuevas Elecciones que, según dicen bastantes expertos, no serían buenas para España. Si convenimos en que es atinada la afirmación, habremos de aceptar que Pedro Sánchez está poniendo toda la carne en el asador mientras Rajoy he eludido su responsabilidad. Y hay que aceptar también que si Pablo Iglesias hace imposible el acuerdo con el PSOE por imponer unas condiciones desaforadas, -como lo es el referendo catalán, por ejemplo-, el sondeo hecho público por el CIS habrá hecho un flaco servicio a la democracia. No hay que despreciar el hecho de que lo que Podemos persigue vorazmente para Pablo Iglesias no es la vicepresidencia sino la presidencia. A nadie deberá extrañar que la vicepresidencia de Pablo, si llega a consumarse, se convertirá en un instrumento mortífero para asaltar la Presidencia y conquistar el Cielo.

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