Obama sigue decidido a actuar en inmigración pese a mayor presión republicana

  • El presidente de EE.UU., Barack Obama, se mostró hoy firme en su decisión de actuar sobre inmigración, sin el Congreso, con unas medidas ejecutivas que podría anunciar la próxima semana, mientras la presión republicana en contra crece y amenaza con provocar otro cierre del Gobierno como el de 2013.

Miriam Burgués

Washington, 14 nov.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, se mostró hoy firme en su decisión de actuar sobre inmigración, sin el Congreso, con unas medidas ejecutivas que podría anunciar la próxima semana, mientras la presión republicana en contra crece y amenaza con provocar otro cierre del Gobierno como el de 2013.

Desde Rangún y al lado de la líder opositora birmana Aung San Suu Kyi, Obama recordó que hace varios meses ya advirtió al líder republicano John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, de que, si el Congreso no actuaba, él usaría "toda la autoridad legal" que posee para tratar de que el sistema migratorio "funcione mejor".

"Y eso va a suceder, va a suceder antes de que finalice el año", enfatizó el presidente, que regresará a EE.UU. el domingo tras una gira por China, Birmania y Australia.

Poco después, desde Washington, el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, insistió en las palabras de Obama al remarcar que "esperar no es una opción" y que la esperanza del Gobierno es que "el Congreso seguirá su ejemplo y hará lo correcto" aprobando una reforma migratoria.

Tras aplazar su acción unilateral en inmigración hasta después de las elecciones legislativas de noviembre, con lo que decepcionó a la comunidad hispana, Obama sí parece estar dispuesto ahora a una confrontación directa con los republicanos con unas medidas que, por otro lado, pueden energizar a las bases del Partido Demócrata.

Mientras, para los republicanos, que tendrán el control de ambas cámaras del Congreso a partir de enero, está en juego demostrar su compromiso con los hispanos, que serán clave en las elecciones presidenciales de 2016, sin perder de vista a sus votantes más conservadores, que se oponen a una "amnistía" migratoria.

En los últimos dos días, han aparecido las primeras filtraciones en la prensa sobre el plan ejecutivo de Obama, que evitaría la deportación de entre 4,5 y 5 millones de indocumentados, según la cadena Fox y The New York Times.

Una "pieza clave" del plan de Obama, de acuerdo con The New York Times, es permitir que muchos padres de niños que son ciudadanos estadounidenses o residentes legales obtengan permisos de trabajo y eviten así la amenaza de la deportación.

Por su parte, la cadena Fox reveló que el plan contiene 10 propuestas para aumentar la seguridad fronteriza, mejorar el pago a los funcionarios de inmigración y expandir la Acción Diferida, una medida ejecutiva de 2012 que ha evitado la deportación de más de 580.000 jóvenes que llegaron indocumentados a EE.UU. cuando eran niños.

Obama podría anunciar su plan tan pronto como la próxima semana, aunque el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, señaló este jueves que el presidente todavía no ha tomado una decisión sobre cuándo lo hará ni sobre el contenido exacto de las medidas ejecutivas.

Fuentes de la Casa Blanca consultadas por Efe insisten en lo mismo, ya que Obama está pendiente de recibir las "recomendaciones finales" de su secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson.

Otro escenario posible es que, como ha pedido el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, Obama anuncie su plan después del 11 de diciembre, cuando el Congreso debe votar un paquete presupuestario para financiar al Gobierno hasta septiembre de 2015.

Un grupo de republicanos liderado por los senadores Ted Cruz, Mike Lee y Jeff Sessions amenaza con bloquear la aprobación de esos fondos para detener la "amnistía ilegal" que, según ellos, Obama pretende llevar a cabo con sus medidas migratorias.

Ese bloqueo podría conducir a una nueva parálisis de las actividades del Gobierno como la ocurrida en octubre de 2013, que se prolongó durante más de dos semanas y causó unas pérdidas de 1.500 millones de dólares diarios a la economía estadounidense.

Boehner declaró este jueves que Obama está "jugando con fuego" y que cualquier acción unilateral que adopte eliminará la posibilidad de aprobar una reforma migratoria en el Congreso, además de "poner en peligro" el consenso bipartidista en otros asuntos.

Entre esos asuntos está la confirmación en el Senado de la fiscal afroamericana Loretta Lynch, nominada por Obama para suceder a Eric Holder al frente del departamento de Justicia.

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