El fiasco en las elecciones y la batalla con Montero, claves para relevar a Echenique

Fotografía de Alberto Rodríguez, de Unidos Podemos
Fotografía de Alberto Rodríguez, de Unidos Podemos
EFE

El relevo de Pablo Echenique como secretario de Organización de Podemos, uno de los puestos que más quebraderos de cabeza ha dado a Pablo Iglesias, se produce después de un cúmulo de desencuentros. La formación lo ha vendido de puertas para afuera como un ascenso para el dirigente de origen argentino, pero los morados no atraviesan por su mejor momento y la decisión ha sido interpretada por los críticos como una maniobra del secretario general para mantener su poder. Lo cierto es que la gestión de Echenique venía tiempo provocando controversias internas y las dos citas electorales han sido la puntilla para él.

Echenique deja el cargo de secretario de Organización, lo que supone una victoria para el 'tándem' que conforman Irene Montero y Juanma del Olmo. La relación no era del todo fluida y eso se notó no solo en la campaña, sino incluso antes. El poder interno de ambos ha ido creciendo tras el adiós de Íñigo Errejón, concentrándose algunos de los cometidos del ahora líder de Más Madrid en la secretaría de Comunicación que dirige Del Olmo. Montero, por su parte, llegó a ser propuesta por Iglesias como su vicepresidenta y es la dirigente que centra las miradas para relevar al secretario general en un futuro Vistalegre III.

Internamente también se acusaba a Echenique de actuar con 'mano de hierro' en determinados territorios. No había el debate que se necesitaba y, en ocasiones, se imponían desde Princesa (sede de Podemos) las decisiones. Basta comprobar los enfrentamientos en público que han mantenido exdirigentes de Podemos contra la actual cúpula del partido. El caso más reciente es el de Cantabria, donde la exsecretaria general de los morados, Rosana Alonso, ha afirmado que el partido se ha convertido "en un club de fans" de Iglesias

Tampoco ha habido una gestión como se deseaba a la hora de negociar con algunas candidaturas a las municipales o en el momento de integrar a Izquierda Unida en el proyecto. Por ejemplo, en Madrid, hay que recordar que Podemos apoyó a última hora la candidatura de Carlos Sánchez Mato, que no ha llegado a conseguir representación.

El adiós de Echenique de la secretaría de Organización se produce después de dos descensos electorales, especialmente acusado el segundo. El 28-A Podemos y sus confluencias perdieron 20 diputados. Y el 26-M se dejaron 75 diputados autonómicos, siendo los grandes derrotados de la noche electoral. Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León... Ningún territorio se libró. En Aragón, de donde viene Echenique, pasaron de 14 a 5 representantes. Faltó, en definitiva, movilización a todos los niveles.

Iglesias ha colocado a Echenique al frente del equipo negociador que decidirá los pactos. Pero, ¿qué pactos? De momento no existe negociación alguna con el PSOE y todo podría irse al traste si el equipo de Pedro Sánchez mira hacia otras formaciones para lograr la investidura. Iglesias sigue exigiendo formar parte de un Gobierno de coalición junto a los socialistas para poder cerrar la investidura, pero los números siguen sin dar a día de hoy.

El propio Pablo Iglesias hizo autocrítica el mismo 27 de mayo: "Sin paños calientes, los resultados son malos". El líder de Podemos realizó un evidente enmienda a la totalidad a la gestión interna y puso en el foco a Echenique. Su salida, por tanto, se venía gestando desde hace unos días, a pesar de las bromas entre ambos en forma de tuits que han protagonizado este mismo miércoles.

El sustituto de Echenique es un 'pata negra' de Podemos, muy cercano a Iglesias y a Montero. Especialista en temas de Empleo, Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife, 1981) está llamado a ser uno de los principales representantes en el área económica del nuevo grupo parlamentario confederal. Durante la campaña tomó un papel muy activo, según destacan internamente, al aceptar recorrerse varias provincias para protagonizar diferentes mítines. A partir de ahora tendrá la misión de unificar a los territorios y pacificar determinados sectores de un partido en estado de ebullición.

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