Rajoy presenta al PP para unas nuevas elecciones como el garante de estabilidad

    • El presidente en funciones coloca a Sánchez en la encrucijada: o elige Europa o se deja llevar por los "experimentos".
El presidente en funciones, Mariano Rajoy.
El presidente en funciones, Mariano Rajoy.

La propuesta de Rajoy no se ha movido un ápice desde hace 45 días. Gobierno de coalición con PSOE y Ciudadanos, con él a la cabeza, es la única oferta del presidente en funciones. Sabe que es complicado, porque imposible no entra en el léxico político. Pero aún así, reitera, es la única salida para superar el actual empantanamiento político.

El equipo del presidente tiene la estrategia calculada: si el plan fracasa, como es previsible, no será porque no se haya intentado. Al menos, en el ofrecimiento. Porque conocido es que ni Sánchez ha dialogado con Rajoy, ni Rajoy con Sánchez, si es que en estas lides el orden de los factores sí altera el producto.

El líder popular ha escarbado en su comparecencia tras reunirse con el Rey en el mismo mensaje que insistió durante la campaña: el PP, o su traducción ahora, una coalición liderada por el PP es la única que puede garantizar la estabilidad, la recuperación económica, la seguridad, el crecimiento, y aún más allá, la pertenencia a Europa y al euro. Los dirigentes internacionales, vino a advertir Rajoy, sólo admiten esa fórmula, que de momento solo suscita la complicidad de Rivera.

Rajoy vuelve a apostar así por el continuismo que vertebra toda su táctica, desde que fue elegido líder y candidato de los populares. E, implícitamente, aboca al secretario general del PSOE a definir a donde quiere llevar a su partido: si a Europa o a Venezuela.

"Esa alianza heterogénea, contradictoria y experimental no puede ser una alianza de progreso, porque eso sería llevar demasiado lejos la licencia poética", llegó a decir Rajoy desde Moncloa.

El presidente en funciones insinuó también que si no había existido diálogo era porque Sánchez no había querido. "Es difícil tener acuerdos con el PSOE cuando se ha negado de forma sistemática, ya no al acuerdo, sino al diálogo. No puedo entenderlo", reprochó contrariado.

Horas antes, el líder socialista había lanzado ya su mensaje desde el Congreso. Disposición al diálogo con el PP, pero en corto. Nada de acuerdos de gobierno, solo pactos legislativos puntuales en el Ejecutivo "de progreso" que se empeña en explorar con Podemos y Ciudadanos.

Con estas posiciones de salida para las posibles negociaciones, cualquier diálogo se presenta complejo. Por eso, los mensajes de los líderes del bipartidismo ha sonado este martes a arranque de campaña. Al círculo de Rajoy, una nueva convocatoria electoral no le asusta tanto como al de Sánchez. Desde hace semanas, el PP maneja encuestas de las que salen reforzados: serían primeros, y con más votos. Ganados no solo de Ciudadanos, sino también de aquellos votantes, en su día populares, que el pasado 20-D optaron desencantados por no acudir a las urnas.

Rajoy ve también en unas nuevos comicios una forma de blindaje. El presidente en funciones tiene a su favor los tiempos. Aunque en Génova aumentan las voces que urgen a una renovación de liderazgos, no son ajenos a que unos nuevos comicios no dan el suficiente margen para ensayar otro candidato.

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