Bloqueo en la cumbre

Sánchez apura los contactos con sus 'aliados' para evitar un pacto dañino

Desde la delegación española se admite que han surgido muchas dificultades en el fondo y en la forma como para alcanzar un acuerdo este fin de semana.

Angela Merkel junto a otros líderes europeos en la cumbre
Angela Merkel junto a otros líderes europeos en la cumbre
EFE

Lo ha advertido la canciller alemana Ángela Merkel antes de entrar a las reuniones de este domingo y lo han corroborado fuentes de la delegación española a última hora de la mañana: la falta de acuerdo entre las pretensiones de los países del norte y los intereses del sur, entre los que está España, mantienen todavía las posturas muy alejadas y apuntan a que será complicado cerrar un acuerdo en el encuentro de este fin de semana.

En esa tesitura, el presidente español, Pedro Sánchez, ha intensificado sus rondas de contactos con los líderes de los países más afines con la postura española a lo largo de la mañana -Merkel, Macron, Costa y Conthe-, así como con los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión, para contrastar sus posiciones de nuevo y evitar un acuerdo en el que el recorte de fondos y las condiciones de control sobre las reformas pendientes en España supongan una carga demasiado pesada para el Ejecutivo. 

A falta de que se reúna el pleno de la cumbre, fuentes cercanas al Gobierno español han asegurado que las dificultades para el acuerdo persisten. Sánchez ha tenido ocasión de hablar con el presidente del Consejo, Charles Michel, para conocer las bases sobre las que se podría debatir un pacto, entre las que lo más importante para España es el nivel de recorte de las transferencias directas que los países del  norte, los llamados frugales (Austria, Holanda, Suecia, Dinamarca y Finlandia), quieren aplicar a esa partida. 

La primera opción de Michel ya recortó la partida prevista para esas ayudas directas a fondo perdido en 50.000 millones (quedó en 450.000 millones de euros), que aumentarían la parte que se otorgaría en créditos (que pasaría de 250.000 a 300.000 millones), pero a última hora del sábado ya se contaba con que habría que ajustar aún más a la baja esa cantidad y, con ello, la aportación de los frugales al Presupuesto de la UE.

Desde la delegación española ya se admitía la posibilidad de establecer un sistema de control sobre los planes de reforma que presenten los Estados miembros y de cuya aprobación dependen la concesión de las ayudas, por medio de su aprobación en el Ecofin, a cambio de que Holanda y su grupo se olvidasen de la opción de establecer vetos, obligando a que todo se tenga que aprobar por unanimidad. 

"En estos momentos, no se trata ya de valorar una u otra negociación, sino de dilucidar si es realmente posible llegar a un acuerdo.", aseguran gubernamentales españolas, que advierten que las cosas están ya muy clara en todos los negociadores como para darles más vueltas. En esa situación, lo que hará el pleno de este domingo será certificar que es imposible un acuerdo en estos momento, o plantear que hay una base sobre la que avanzar más adelante, pero desde la delegación española se da por descontado, como hizo Merkel al inicio del día, que todo puede pasar a otra cita, aunque sea este mismo mes. 

"El pacto es muy difícil -explica un técnico español en la cumbre-, gobernanza y tamaño del fondo, composición entre créditos y ayudas, estado de derecho en algunos socios... complicado para sacarlo en un fin de semana", señalan. "Al fin y al cabo las negociaiciones suben o bajan cifras, pero los grandes obstáculos son los mismos", remantan.

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