Sánchez e Iglesias hacen tándem con la vista puesta en un Gobierno de coalición

Sánchez e Iglesias hacen tándem con la vista puesta en un Gobierno de coalición
Sánchez e Iglesias hacen tándem con la vista puesta en un Gobierno de coalición
EFE

Del 'sorpasso' que no fue en 2015 y 2016, al tándem para conformar un futuro Gobierno. Así salen del segundo debate electoral Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Los líderes de PSOE y Unidas Podemos evolucionan y enfilan así un posible pacto de Gobierno tras la cita con las urnas del domingo. Es la única opción que le queda a los socialistas, más si cabe después de que su líder dejara claro desde el segundo a quién no va a mirar para negociar: "No entra en mis planes pactar con un partido que ha impuesto un cordón sanitario al PSOE", dijo Sánchez nada más empezar el debate en referencia a Ciudadanos.

La entente que vislumbraron Sánchez e Iglesias debería alarmar este miércoles a las grandes empresas. No por el PSOE, sino porque Iglesias puso en su punto de mira a bancos, eléctricas, constructoras... Y a los poderosos del Ibex 35: "Villar Mir y Florentino Pérez se parecen más a lo que es un enemigo de España", llegó a decir el dirigente morado.

Iglesias alabó en más de una ocasión alguna de las "buenas ideas" de Sánchez. "Todo el mundo sabe que el PSOE cuando gobierna necesita quien le vigile para que cumpla", llegó a aventurar ante una posible coalición. Unidas Podemos tiene claro que si la suma da (aunque sea con los independentistas) entrarán en el Consejo de Ministros para ejercer esa labor de vigilancia, de 'watchdog', para ser, en definitiva, el 'Pepito Grillo' de Sánchez. Pero para eso tienen que llegar a los 176 diputados.

Aunque el sanchismo pretenda centrarse, eliminando de su programa la derogación total de la reforma laboral, la publicación de los 30.000 amnistiados fiscales o la revisión del Concordato con El Vaticano, Iglesias no está moderado. Su objetivo es claro: un impuesto a la banca, una tasa a las grandes fortunas o un recargo de Sociedades. Un torpedo, en definitiva, a la línea de flotación del Ibex.

Las cartas de Iglesias, si Sánchez quiere apoyarse en él, están sobre la mesa. Las sacó en su minuto de oro: entidades financieras, eléctricas, medios de comunicación, "poderes económicos y sus brazos mediáticos". Eso pondría en un compromiso a un presidente que, en estos diez meses de gobierno, ha abierto las puertas de La Moncloa a los grandes empresarios para mantener una relación de tú a tú inédita en los últimos años.

Y Sánchez rompió los puentes con Cs

 El equipo de Sánchez le había dibujado la estrategia: escorar a Rivera; cuanto más "ultra" parezca, mejor; alejarle del centro y llevarle cerca de Vox. Y así quedó evidenciado en varios momentos de los dos debates. El más significativo: cuando el socialista le regaló al líder naranja el libro de Santiago Abascal mientras Rivera le entregaba un ejemplar de su polémica tesis doctoral. El PSOE, además, tenía preparado un 'relator' para intentar ablandar a Cs, pero parece que no va a poder usarlo. Josep Borrell era el tapado, una estrategia que ahora queda en el aire. 

Sánchez se esmeró en atacar a Ciudadanos. Lo avisaban desde su equipo de colaboradores ya desde por la mañana: "El voto huérfano de centro izquierda es nuestro objetivo; el de izquierdas [el arrebatado a Unidas Podemos] ya está más que recuperado". Por eso el candidato del PSOE trató con guante de seda a Iglesias. Quién les ha visto y quién les ve.

Lo que pueda pasar el domingo sigue siendo una incógnita, a pesar de los debates. Quedan cuatro días para que se abran los colegios y ahora se abre un periodo en el que los diferentes equipos se limitarán a analizar las encuestas y a echar el resto. Todo ello mientras miran de reojo a Vox, que este martes ha llenado la plaza de toros de Las Rozas, y que cerrará su campaña en Colón, su plaza fetiche. Todo por decidir.

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