¿Miedo al fantasma de Vox? Apenas seis menciones y el libro de Abascal de regalo

  • La formación de extrema derecha contraprogramó el debate al que no había sido invitada con un mitin multitudinario en Las Rozas.
Abascal: "Ese debate no es un debate, es casi un consenso"
Abascal: "Ese debate no es un debate, es casi un consenso"
Europa Press

“La política impacta cuando se ve, no cuando no se está presente, y no estar en un debate nunca es bueno para nadie”, aseguraba esta semana un politólogo experto a la hora de analizar la ausencia de Vox en los dos debates televisivos de los principales candidatos a las elecciones generales. La omnipresencia de la formación radical de derechas por lo llamativo y a veces estrambótico de sus mensajes hizo pensar que su no asistencia a los debates se iba a dejar notar tanto como si estuvieran presentes, pero sin el riesgo de cometer alguna equivocación o caer en las trampas inquisitoriales del resto de los políticos, sobre todo desde el ala izquierda.

Con los dos debates finalizados, el saldo de Vox fue de apenas media docena de menciones en cada ocasión, casi todas ellas a través de intentonas del presidente Sánchez para sacar a la luz la alianza de Ciudadanos y el PP con la extrema derecha en Andalucía, pero su intención no cuajó y el partido radical no ha conseguido ser el protagonista, más allá del mitín que había convocado antes del debate en Las Rozas y el libro de Abascal que Sánchez le regaló a Rivera. 

Mientras los candidatos de PSOE, PP, Cs y Unidas Podemos se peleaban ante más de cuatro millones de espectadores Antena 3 y La Sexta, el líder de Vox se daba un baño de multitudes en la plaza de toros de Las Rozas, uno de sus grandes feudos madrileños, sin permitir el acceso a las televisiones como represalia por haberle dejado fuera de los debates televisados, pero con una emisión en ‘streaming’ que aglutinaba a más de 16.000 personas, cuatro veces más de las que había en el coso escuchando sus mensajes en directo. De esta forma, antes del segundo debate, Vox  había conseguido al menos estar presente en los medios y ante las cámaras, sin entrar en la televisión, hasta el punto de que se llegó a cortar la emisión en directo, para abrirla justo en el momento del debate televisado.

Se esperaba el llamado 'efecto de la silla vacía', que si bien puede no ser bueno en la mayor parte de las ocasiones en un debate político, sí se puede aprovechar bien ahora en redes sociales y en emisiones en directo de actos alternativos, para hacer ruido sin estar presente. José Pablo Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia y doctor en Sociología coincide en reconocer que siempre es mejor estar presente en los debates, sobre todo porque en la pugna entre las formaciones de derechas. Es un hecho que la ausencia de  Vox beneficia sobre todo a Albert Rivera, que fue el más beligerante y se benefició de muchos de los votos indecisos, a pesar de que Casado se defendió mejor en el segundo debate que en el primero. En cualquier caso, el sociólogo advierte que no estar en el debate ni le va a dar ni le va a quitar votos a Vox, dado que es un voto muy emocional, pero si puede decantar que se pasen votos del PP a Cs.

“Tras las anteriores elecciones europeas, vivimos el momento Podemos; luego llegó el momento Ciudadanos, que tuvo su efecto hasta la moción de censura, que es cuando empezamos a vivir el momento Vox, que perdura hasta ahora y que ha llegado justo con las convocatorias electorales de abril y de mayo”, explica Ferrándiz. “Si las elecciones estuvieran más lejos, ese efecto se diluiría mucho en la derecha”, señala.

“Casado tiene razón: vamos a votar a Vox”

Vox está llamado a ser una de las piezas claves del reparto de escaños tras el 28-A, no solo por la fuerte irrupción que le otorgan todas las encuestas, con más de un 10% de los votos y unos 30 sillones en el Hemiciclo, sino por el impacto y el trasvase de votos que supone entre las tres fuerzas políticas que se ubican en la derecha española (PP, Cs y Vox). Es sobre todo preocupante en el caso del PP, después de que todas las encuestas apuntan a que más de un 20% de sus votantes puede pasarse a Vox o decantarse por Ciudadanos, después del azote que la corrupción ha dado a la formación popular en el periodo de Mariano Rajoy. Todo ello mientras el PSOE se refuerza en las encuestas y Podemos maneja bien los hilos de la última semana de campaña.

La renovación que ha protagonizado Pablo Casado en el PP es un hecho, pero fuentes cercanas al partido aseguran que lo más preocupante que se deja ver en los grupos de trabajo que se han formado para analizar la situación de las bases es que “todos piensan que Casado tiene razón en sus mensajes contra Sánchez, pero por eso mismo votan a Vox”. Ese fenómeno es lo que lanzó la voz de alarma en el partido y lo que hace que el partido radical de Abascal se deje notar, aunque no esté presente, en todos los actos en los que participe el PP de Casado. El debate de Atresmedia ha sido la prueba evidente de que ese proceso es cierto.

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