Sánchez y su semana más difícil: de la crisis de la fragata al 'win-win' con Iceta

Sánchez e Iglesias este lunes en La Moncloa
Sánchez e Iglesias este lunes en La Moncloa
Presidencia

Moncloa ya trabaja en el 'sudoku' de la investidura. Lo hace tras superar una semana de lo más movido, que arrancó con el anunciado veto a Miquel Iceta en el Parlament y que vivió otro momento de tensión con la crisis de la fragata Méndez Núñez. Han sido cinco días de tensión para un equipo presidencial que ahora va a centrar sus esfuerzos en el 26-M y, especialmente, en sumar unos apoyos que no tienen a día de hoy garantizados para que Sánchez pueda ser proclamado presidente del Gobierno a principios de junio.

El gabinete monclovita (en funciones) y la sala de máquinas del PSOE retomaron el lunes la agenda política tras despedir a Rubalcaba. El socialismo se reunificó, al menos por unas horas, para centrarse en el 'plan Iceta'. El presidente había diseñado la estrategia bajo la premisa "win-win", un término que emplea el núcleo duro del 'sanchismo'. Es decir, si conseguían sacar adelante la designación del líder del PSC como senador, victoria. Y si los independentistas vetaban la elección, también victoria.

No se improvisó nada del 'plan Iceta'. ¿Han salido ganando los independentistas con su veto a Iceta? En Moncloa concluyen que no y dicen que, bajo su punto de vista, la legislatura no se les complica. Han sido "dos tazas", resumen: una victoria sobre ERC y JxCAT, que han quedado retratados como quienes no quieren tender puentes y como socios no fiables; y, a la vez, un varapalo político a PP y Cs, que "no han estado a la altura", explican las fuentes del 'sanchismo' consultadas. "Win-win", en definitiva.

Efectivamente, todo estaba previsto por Sánchez y su equipo. Primero se dio el paso con Iceta para el Senado. Habla una fuente de máxima confianza del presidente en funciones: "Vimos que no había una presidente del Congreso catalán desde la Transición y del Senado desde la I República". A la vez, la elección de Meritxell Batet para la Cámara Baja se mantuvo en silencio. Solo había ruído: que si Margarita Robles iba a ser la elegida para el Congreso, que si Carmen Calvo, que si Narbona para el Senado. Todo fuegos de artificio. El nombre de Batet estaba sobre la mesa y formaba parte del 'plan Iceta'.

Una vez rechazado la designación de Iceta en el Parlament, y tras pasar de puntillas sobre la retirada de la fragata de la Armada del grupo de combate liderado por Estados Unidos en el Golfo, Sánchez dio el siguiente paso: filtrar los candidatos seguros para Congreso y Senado. Batet y Manuel Cruz. Dos catalanes. El círculo del plan se cerraba. Y aún le queda una bala de plata: llamar al líder del PSC a Madrid para responsabilidades mayores, quizá para conformar el futuro Consejo de Ministros.

Con el 'plan Iceta' cumplido, Moncloa cree que manda un mensaje doble a Cataluña. En primer lugar, a los votantes independentistas. "ERC ha quedado retratada" como una fuerza que quiere imponer sus posiciones, incluso retorciendo las normas. Y, por otro lado, se envía una declaración de intenciones al resto de los catalanes: "Hay esperanza y Cataluña tiene mucho que aportar al conjunto de España". 'Touché' proclamaban en Moncloa el pasado viernes.

Ahora en el equipo del presidente piensan en la investidura, elecciones municipales, autonómicas y europeas mediante. El primer mensaje de cara a lograr los apoyos en una votación en el Congreso se lanzó el mismo viernes desde la rueda de prensa posterior a la Ejecutiva en Ferraz: "Me gustaría más confiar en la abstención de Ciudadanos", dijo José Luis Abalos. "¿Por qué no puedo pedir que nos libre de esa dependencia [de los secesionistas]? No queremos depender de los independentistas. Y los que quieren que no dependamos, que contribuyan. Que lo hagan por España", afirmó.

Hay que recordar que, tal y como se contó en estas páginas, en el PSOE no quieren a dirigentes de Unidas Podemos ocupando puestos de responsabilidad en el futuro Gobierno. Aspiran a un Ejecutivo en solitario, monocolor, sin 'mochilas' de los que soñaron con el 'sorpasso' y ahora se encuentran lejos de los socialistas. Los socialistas ya están teniendo algún gesto con la formación de Pablo Iglesias, como demuestra el hecho de haberles cedido la vicepresidencia primera del Congreso.

Este martes, por cierto, hay marcado en la agenda de Sánchez otro hito importante. El líder de los socialistas regresa al Congreso como diputado dos años y medio después de haber dimitido, entre lágrimas, para no abstenerse en la investidura de Rajoy. Es el retorno de quien defendió el "no es no" y todas las miradas en el PSOE están puestas en ese momento. El presidente en funciones recogió esta semana su acta por delegación, según indican fuentes de su equipo.

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