Barbacoa de invierno para principiantes: consejos para ser el rey de las brasas

  • No se trata de una comida de domingo cualquiera, es un evento social al que normalmente acuden amigos y familiares.
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Es recomendable sacar la carne de la nevera al menos una hora antes de prepararla para que esté a temperatura ambiente.

Hacer unas buenas brasas es más complicado de lo que parece. No se trata de una comida de domingo cualquiera, es un evento social al que normalmente acuden amigos y familiares, y en el que hay que demostrar a golpe de pinzas que nos hemos ganado el delantal mayor del reino.

Cualquier momento es bueno para encender una barbacoa, ya sea al aire libre o dentro de casa, en una parrilla o aprovechando chimenea, llueva, truene o haga sol. Pero preparar una carne en su punto tiene su aquel. Si después de dos horas ahumándote junto al fuego sólo has conseguido una chuleta abrasada, un chorizo medio crudo y las risas de tus colegas a tus espaldas, te damos las claves para coronarte como nuevo rey de las brasas invernales.

1. Calcula la carne justa para el número de invitados. Que no sobre, y sobre todo que no falte. A estas comidas en grupo se a va a pasarlo bien, a socializar, a reír, a beber… y a comer mucho. Calcula 350 gramos de carne por persona o encarga packs de barbacoa. Si tienes un carnicero de confianza háblalo directamente con él, será quien mejor te asesore para acertar. Nota importante para: saca la carne de la nevera al menos una hora antes de prepararla para que esté a temperatura ambiente.

2. Diferencia entre barbacoa y parrilla y hazte con lo que de verdad necesitas. La diferencia es sencilla: la barbacoa tiene tapa y la parrilla no. Para hacer carne a la brasa en una terraza o ático, la barbacoa es la mejor opción, pues las brasas se apagan bajo la tapa y es más seguro. Pero si vives en un jardín o dispones de un espacio abierto, opta por la parrilla. Es cómodo y barato.

Barbacoa
Es importante distinguir entre parrilla y barbacoa.

3. Elige bien el combustible para hacer las brasas. Este es el tema más importante, pues de él dependerá que triunfemos el día en cuestión. La leña permite dominar mejor el fuego y da mejor sabor a la carne. El carbón vegetal es rápido y efectivo, da un poco más de trabajo por la limpieza y el encendido, pero el aroma ahumado que aporta a las comidas es insuperable. Si eres muy novato y un poquito torpe, siempre puedes ayudarte con pastillas de encendido para barbacoas. Eso sí, que no te vea hacerlo el listo de tu vecino.

4. El arte de prender el fuego. Lo importante aquí es que te posea la energía de aquellos hombres de la prehistoria que hacían fuego con dos piedras. Si ellos podían, tú también… porque además tienes mechero. El fuego ha de respirar, por lo que no debes echar todo el carbón o la madera de golpe, ahogarás la combustión y montarás una humareda poco atractiva para tus invitados. El protocolo es el siguiente: empieza utilizando ramas finas y una vez estén bien encendidas ve incorporando el carbón vegetal o la leña poco a poco. Puedes utilizar un portabrasas o un encendedor eléctrico para acelerar el proceso. Recuerda que las brasas estarán a punto cuando haya desaparecido la llama casi por completo y el calor se haya repartido por toda la superficie.

Parrilla
Es importante sacar la carne una hora antes de la nevera.

5. Frente a la parrilla. ¿Te acordaste de sacar la carne de nevera una hora antes? Si es así, vamos con la sal. Lo más recomendable es usar sal gorda, pero no la eches hasta que la carne lleve unos minutos en el fuego. Comienza por la tanda de chorizos, pancetas, longanizas y morcillas, continúa por los pinchos morunos y, mientras os coméis todo esto como entrante, ve colocando en la parrilla las piezas más grandes de carne, como los chuletones. Sobre todo, no esperéis a que esté todo listo para empezar, porque no hay nada menos propio de un rey de las barbacoas que servir la comida fría. Atrévete a preparar alguna salsa casera para acompañar la carne o un aliño para que esta se cocine más jugosa. Y prueba a asar berenjenas, pimientos, calabacines y cebollas en las brasas. Quedan exquisitas y conquistarás a vegetarianos y a los paladares más healthy.

6. Básicos a tener en cuenta. En la barbacoa no hay tiempos preestablecidos. Asar a la brasa no se pueden seguir al pie de la letra recetas, medidas, cantidades, tiempos y temperaturas. Todo puede variar en función de la calidad del carbón o la leña, el viento y la distancia entre las brasas y la carne. El secreto para domar la barbacoa es poner en alerta todos los sentidos y aprender a confiar en lo que ves, lo que sientes, hueles y saboreas. Esto es lo que realmente engancha a los fanáticos de la parrilla. La paciencia también es fundamental. Da tiempo a los alimentos a que se cocinen bien por dentro y se separaren de forma natural de las rejillas sin pegarse. Y bajo ninguna circunstancia introduzcas cuchillos o tenedores a los alimentos mientras están en la parrilla, soltarán antes de tiempo los jugos que dan sabor y suavidad a la carne. Importante: ¡Dadle de beber al cocinero!

7. Apaga y vámonos. Todo buen profesional de la barbacoa se asegura de que las brasas están bien apagadas antes de cerrar el chiringuito. Si tu barbacoa no tiene tapa, retira la leña que no haya sido consumida y espera a que las brasas se apaguen solas. Evita echar agua. Después, no te olvides de limpiar la barbacoa, porque aunque parezca que no lo necesita, en la próxima que hagas los alimentos podrían coger mal sabor.

*Plus para maestros parrilleros: Aprovecha las brasas para hacer un postre. Sí, se pueden hacer postres en la barbacoa, como las típicas brochetas de Marshmallows que toman los boy scouts en las pelis americanas, o su versión sana, brochetas de frutas asadas vuelta y vuelta en las brasas. Si te decides por frutas enteras, como manzanas o melocotones, ponlas en papel de aluminio sobre la parrilla y déjalas unos minutitos. Una vez asadas puedes acompañarlas con helado o chocolate. También puedes hacer mazorcas caramelizadas con miel, o la estrella de las barbacoas dulces: plátano con Nutella. Coge los plátanos y, sin quitarles la piel, haz un corte de arriba hasta abajo. Aplasta con cuidado la carne con un tenedor y echa por encima un poco de Nutella. Envuelve con papel de aluminio y déjalos sobre la parrilla 5 minutos. Cuando estén hechos, se comerán con cucharilla.

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