Organic Basics nació en 2015 con una misión como compañía: crear ropa interior sostenible. Sus fundadores, cuatro jóvenes daneses, estaban hartos de comprar calzoncillos, bragas y calcetines que no duraban más que unos meses, y no respetaban lo que consideraban unos mínimos estándares éticos y ecológicos.
Empezaron entonces a investigar como crear ropa interior y camisetas más duraderas y respetuosas con el medioambiente. Diseñaron unos calzoncillos de algodón, que se fabrican en Turquía sin fertilizantes químicos, pesticidas, insecticidas y con condiciones laborales dignas. Pero, poco después de lanzar su primer producto, descubrieron que dos tercios del impacto ambiental de la ropa no es generada por la ropa en sí, sino por su limpieza: si lavamos los calzoncillos después de usarlos solo un día es imposible que sean sostenibles.
“Nuestro negocio es la moda sostenible”, explica a 'Business Insider' Mads Fibiger, CEO y fundador de la compañía. “La forma tradicional de comprar, vestir, lavar y tirar una ropa interior demasiado cara es un terrible desperdicio de recursos. Y es extremadamente perjudicial para el medio ambiente”.
Organic Basic buscó una forma de fabricar la ropa interior para que se tenga que lavar menos. Y la encontró, en un material bien conocido: la plata. Este metal es una antibacteriano y termodinámico natural que, aplicado en pequeñas cantidades a los tejidos de algodón, elimina las bacterias que causan malos olores en la tela.
La tecnología, bautizada como SilverTech, permite llevar las prendas por más tiempo y lavarlas menos. ¿Cuánto menos? Según la compañía los calzoncillos pueden utilizarse sin pasar por la lavadora durante semanas.
Un 'crowdfunding' muy exitoso
La compañía lanzó su primera colección de productos en 2017, tras protagonizar el 'crowdfunding' de moda más exitoso de la historia de Escandinavia. Ahora Organic Basics está de vuelta con una nueva generación de ropa interior, con una nueva versión de Silvertech.
Los calzoncillos, bragas, calcetines y camisetas están fabricados con materiales 100% reciclados y un tratamiento con plata mejorado.
“Utilizamos nylon reciclado mecánicamente que es extremadamente sostenible como opción textil”, explica Fibiger. “La materia prima está hecha de nylon reciclado mecánicamente desarrollado en Italia a partir de fibras de residuos industriales, hilos de fábricas de hilatura y residuos de fábricas de tejidos. Y usamos una tecnología de tejido sin costuras que hace que la prenda sea cómoda de usar incluso durante largos períodos de tiempo”.
Los calzoncillos no son nada baratos: uno solo cuesta 38 euros. La compañía sigue vendiendo, no obstante, calzoncillos de algodón ecológico, sin plata, que cuestan 20 euros.
Parece un precio demasiado elevado, pero puede que el tiempo de la razón a este tipo de compañías. Un estudio de 2015 realizado por Nielsen muestra que el 66 % de los consumidores globales están dispuestos a pagar más por una marca sostenible, y entre los 'millennials' ese número es aún mayor: el 73 %.
El cambio cultural al que anima la compañía es, no obstante, arriesgado: ¿estamos preparados para llevar el mismo calzoncillo más de una semana por muy sostenible que sea?
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