¿Cuestión de dinero o de derechos laborales?

El órdago de Ibrahimovic al FIFA 21 que amenaza al mayor imperio del fútbol

El legendario delantero sueco ha abierto una causa contra el organismo por sus derechos de imagen a la que se acaban de sumar más de 300 jugadores de todo el mundo.

Zlatan Ibrahimovic, en un partido con el AC Milan.
El órdago de Ibrahimovic al FIFA 21 que amenaza al mayor imperio del fútbol.
EFE

Desde hace más de dos décadas, EA Sports lleva capitalizando su alianza con la FIFA a razón de videojuego al año. A veces, incluso más de uno, si contamos la saga de FIFA Street. El secreto de su éxito reside en dos factores: una jugabilidad que ha enganchado a gran parte de su público y, sobre todo, las licencias oficiales de equipos y futbolistas de todo el mundo, algo de lo que no puede presumir ni siquiera su gran rival, Konami, y su serie Pro Evolution Soccer, que históricamente ha tenido que recurrir incluso a nombres inventados, solo aptos para disléxicos: Roberto Larcos, Batustita, Juan Sebastián Revón... Hasta ahora, nadie se había atrevido a cuestionar la legitimidad de que un juego llamado FIFA incluyera los nombres reales y el aspecto de las grandes figuras del deporte rey... Por eso, a pocos les sorprende que el primero en hacerlo haya sido Zlatan Ibrahimovic

El legendario y controvertido delantero sueco acaba de iniciar una causa contra la FIFA, a la que se han unido más de 300 futbolistas de todo el globo, por la eterna cuestión de los derechos de imagen. En una cadena de tuits, Ibrahimovic cargó contra los creadores del videojuego por usar la suya, a pesar de ser algo que lleva sucediendo desde hace lustros. "¿Quién os ha dado permiso para usar mi nombre y mi cara? ¿FIFPro? No soy consciente de formar parte de la FIFpro, y si lo soy me han colocado ahí sin ningún conocimiento real a través de alguna forma sospechosa. Y lo que es seguro es que nunca he permitido a la FIFA o a FIFpro que haga dinero usándome a mí", señalaba el ariete en Twitter.

Se refiere a la Fédération Internationale des Associations de Footballeurs Professionnels, conocida como FIFPro, una macroorganización en la que se encuentran inscritas 40 asociaciones nacionales de futbolistas de todo el mundo, dando cobertura legal a más de 38.000 futbolistas profesionales. Al igual que la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en nuestro país, la misión de FIFPro es actuar como sindicato unificado de los profesionales del fútbol mundial y, teóricamente, velar por sus intereses físicos (lesiones, exigencia del calendario, etc.) y económicos (negociaciones de convenios colectivos, asesoramiento para gestionar los ingresos acumulados durante su carrera).

El problema es que, en el caso de los derechos de imagen, FIFPro (dependiente directamente de la FIFA) negocia colectivamente los derechos de todos los jugadores de las asociaciones a las que representa. Esto significa que, por ejemplo, si decide vender íntegramente los nombres de los clubes, sus escudos, sus camisetas, los nombres de los jugadores y su apariencia física, actualmente no tiene que pedir permiso a cada una de las asociaciones, ni a los clubes, ni siquiera a cada jugador individualmente; lo hace como un todo, vendiendo un paquete completo, que es precisamente el principal reclamo de franquicias de videojuegos deportivos como los FIFA de EA Sports o, por poner otro ejemplo, los NBA 2K.

En la práctica, esto supone que la FIFA controla indirectamente los derechos de imagen colectivos en ciertos supuestos: además de los videojuegos, el máximo organismo del fútbol utiliza a sus grandes estrellas para promover distintos actos publicitarios o, incluso, en campañas de concienciación contra el racismo o la desigualdad salarial entre hombres y mujeres. En estos casos, parece comprensible no solo que ningún jugador del mundo se oponga a mostrar su imagen, sino que se negocie colectivamente, pero ¿qué ocurre cuando hablamos de un lucro evidente, como en el caso de los videojuegos de EA Sports?

FIFPro se defiende de las críticas de Ibrahimovic y de los más de 300 futbolistas que se le han unido, arguyendo que todos sus ingresos se reparten equitativamente. "Las asociaciones deciden cómo usar de mejor manera las ganancias generadas, ya sea distribuyendo los fondos directamente entre jugadores o prestando servicios como asesoramiento legal, planificación de segunda carrera [tras el fútbol] o de apoyo mental y psíquico. FIFPro está contactando a los jugadores y sus representantes que recientemente han expresado preocupaciones para que podamos responder sus dudas", señalaban desde el organismo esta misma semana.

En esta partida se incluyen, evidentemente, los ingresos derivados de la venta de los derechos de imagen a EA Sports cada año, desde mediados de los años 90. Sin embargo, lo que no está muy claro es que los jugadores (o los clubes) no puedan también vender por separado su imagen a otros productos rivales. Por ejemplo, como Pro Evolution Soccer no ha llegado nunca al mismo acuerdo con FIFpro, Konami siempre ha tenido que negociar por separado con clubes o jugadores para poder usar su imagen. Una desventaja competitiva, teniendo en cuenta que EA Sports rentabiliza cada temporada toda su inversión negociando solo con un actor colectivo, en lugar de individualmente.

De ahí la queja de Ibrahimovic, que evidencia un problema aún mayor: ¿existe monopolio en el fútbol? ¿Es la FIFA un organismo tan grande que nadie se atreve a dar el paso de reclamar más ingresos si su imagen vende más? A tenor del rumbo que está tomando el órdago del delantero sueco, parece que por primera vez se está poniendo en tela de juicio el poder del imperio FIFA sobre los derechos de imagen: espoleados por ilustres agentes como Mino Raiola (que trabaja con el sueco), más de 300 jugadores de talla mundial secundan la idea de que los ingresos derivados de los videojuegos de EA Sports (que jamás se han hecho públicos) no se negocien colectivamente. De hecho, una de las propuestas que barajan es que la FIFA diese libertad para crear alternativas a FIFPro, al que ya sucede a nivel nacional. Por ejemplo, cabe recordar que la AFE no es la única asociación de futbolistas en España. 

Ingresos FIFA 2014-2019
Ingresos FIFA 2014-2019
Nerea de Bilbao (Infografía)

En este sentido, a la FIFA no le queda más remedio que sentarse a negociar: por un lado, por la notoriedad del jugador que ha alzado la voz; en segundo, porque su sociedad con EA Sports se ha convertido en una fuente de ingresos casi indispensable cada año. No hay que olvidar que la compañía de videojuegos factura cada año cerca de 1.000 millones de dólares solo por la saga FIFA, mientras que el organismo mundial no superó los 800 millones en el último curso. Y, por supuesto, el tiempo no ayuda. Este jueves se estrena en la nueva generación (PS5 y Xbox Series) el FIFA 21.

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