Transformación digital

Sandbox financiero: la revolución de las fintech pone en jaque 175.000 empleos

La regulación que entra en vigor esta semana allana el camino a nuevas figuras como la de los 'roboadvisors', al tiempo que acelera el fin del gestor físico.

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Sandbox financiero: la revolución de las fintech pone en jaque 175.000 empleos.
EUROPA PRESS

Ni en el banco de toda la vida, ni en el asesor que lleva nuestra cartera de inversiones, ni siquiera las entidades de crédito precisan ya de empleados físicos para ofrecer servicio. La gran mayoría de las operaciones del sector financiero -por no decir todas- se pueden realizar telemáticamente o, al menos, en remoto. Por eso era tan importante que el 'sandbox' fuese por fin una realidad en España. La Ley 7/2020 de Transformación Digital del Sistema Financiero que entra en vigor esta semana introduce la creación de un entorno de pruebas para la innovación tecnológica en el sector allana el camino a nuevas figuras como la de los 'roboadvisors', al tiempo que acelera el fin del gestor físico. En juego, 175.000 empleos.

Tal y como explica KPMG, estos entornos de pruebas constituyen una oportunidad para probar nuevos productos o servicios con clientes reales, sin incumplir la normativa vigente. En este sentido, la finalidad de esta ley es supervisar el proceso innovador para eliminar obstáculos y preservar, al mismo tiempo, la seguridad jurídica y la protección al inversor creando para ello un entorno de pruebas conocido como 'sandbox'. ¿Y por qué era necesaria su creación? Porque, en un entorno cada vez más digital, el desarrollo de nuevos productos y servicios a menudo se ve frenado en un sector fuertemente regulado como es el financiero. 

Con la aprobación de este entorno de pruebas, desde el sector se entiende que se impulsará la digitalización sin poner en riesgo el sistema, situándose España como uno de los centros de la innovación financiera a nivel europeo. Para su puesta en marcha, la normativa prevé el establecimiento en tres meses de una comisión encargada de coordinar los proyectos que quieran entrar en este entorno de pruebas. Cada seis meses se podrán presentar ante la Secretaría General del Tesoro y Política Financiera las solicitudes de acceso, que se valorarán caso por caso. 

Los proyectos seleccionados no estarán sujetos a la legislación financiera, pero sí deberán cumplir un estricto protocolo recogido en la normativa. Estos protocolos de pruebas fijarán detalles como el número de usuarios y operaciones, importe, duración, seguimiento por parte de autoridades y confidencialidad. En definitiva, se introducen una serie de medidas para garantizar la seguridad de los participantes en este entorno de pruebas.

El hecho de que el desarrollo de las pruebas se realice en el marco de un protocolo de pruebas suscrito entre el promotor de la iniciativa y la autoridad supervisora tiene beneficios para ambas partes. Por una parte, constituye una oportunidad para probar con clientes reales innovaciones financieras con base tecnológica, descartando o confirmando su viabilidad sin los costes de cumplimiento regulatorio y, en su caso, licencia que de otra forma resultarían necesarios. Por otra, constituye un instrumento supervisor que permite a las autoridades conocer mejor los desarrollos y potenciales implicaciones de la transformación digital, explica KPMG.

La banca ha perdido un 36% del empleo desde 2008

Hasta aquí, todo parecen ventajas. Quizás, la gran preocupación tiene que ver precisamente con el empleo. Este 2020, el sector financiero es uno de los pocos que prevé un aumento generalizado de sueldos. ¿Por una mayor rentabilidad en sus operaciones? No, sino porque la mayor parte de la creación de empleos tiene que ver con perfiles digitales altamente cualificados y con grandes sueldos que 'engordan' la media, mientras que los puestos analógicos o tradicionales siguen destruyéndose año tras año: desde el inicio de la crisis de 2008, el sector ha perdido más de 100.000 empleos, más de un tercio del total, según los datos del Banco de España.

En esta línea, actualmente hay alrededor de 175.000 empleados entre banca, entidades de crédito y fondos de inversión en España. Una cifra que podría verse afectada seriamente en 2021, ya que los planes de reducción de empleo de cara al año que viene en el sector suman aproximadamente 15.000 puestos de trabajo (casi el 10% del total). Y todo ello sin tener en cuenta el efecto acelerador que tendrá un entorno como el 'sandbox' en la transformación digital del sector en los próximos meses que, en el mejor de los casos, solo servirá para potenciar nuevas figuras como las de los 'roboadvisors', asesores de inversiones robóticos que prometen ser la próxima mina de oro de las entidades.

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