Por qué Netflix, HBO y todo el streaming tiene (casi) el mismo precio en España

Plataformas en streaming
Plataformas en streaming
Comcast

Este mes ha aterrizado en España Apple TV+, el último de la larga lista de servicios de streaming que operan en nuestro país... Hasta que se produzca la llegada de Disney Plus, la plataforma de Mickey Mouse y compañía que acaba de estrenarse en EEUU y cuya llegada a Europa se espera para 2020. Ante la inmensa oferta de servicios de streaming que podemos contratar, surgen varias preguntas: ¿por qué se ha producido esta avalancha en los últimos años? ¿Y por qué Netflix, HBO y el resto de plataformas tienen prácticamente el mismo precio?

Las cuatro plataformas citadas se mueven en precios entre los 4,99 euros y los 7,99 euros al mes. Pero no son las únicas, ya que la oferta se ha vuelto enorme: Amazon Prime Video, Rakuten TV, Movistar+ Lite (el servicio de contenidos de streaming pensado para los no clientes de la compañía), Acorn TV, Mubi, Filmin... Todas ellas situadas en el mismo rango, a excepción de Amazon (36 euros al año, como extra por adquirir Amazon Premium) y Mubi (9,99 euros al mes). En cualquier caso, la primera conclusión es evidente: nadie quiere traspasar la frontera psicológica de los 10 euros mensuales.

Y esto nos lleva a la primera reflexión: siendo el streaming una industria novedosa, rompedora y creativa, ¿cómo es posible que todas las plataformas sigan el mismo esquema de fijación de precios? La respuesta es algo más compleja de lo que parece, pero responde tanto a una imitación de los ecosistemas de las oligarquías tecnológicas en estadios tempranos (pensemos, por ejemplo, en la liberalización de la telefonía móvil) como a las tendencias actuales, que tienden a ofrecer servicios globales a precios low-cost (pensemos, de nuevo, en la telefonía móvil y la guerra de precios para captar clientes del rival).

La consecuencia lógica es una concentración de los precios de los servicios de streaming en una franja determinada (entre los 5 y los 8 euros) que permite pensar en audiencias masivas más que en ofrecer contenidos premium. La segunda consecuencia tiene que ver con la fragmentación de los contenidos: a día de hoy, no existe un solo servicio de streaming capaz de ofrecer todo lo que desea el cliente, por lo que éste se ve obligado a contratar diversas plataformas. Por ejemplo, si a un cliente le apasionan las series y el deporte al mismo tiempo, es posible que pueda decidir entre Netflix y HBO, pero necesariamente tendrá que contratar otro servicio para acceder al deporte, como DAZN o Movistar+ Lite.

¿Mayor competencia, más calidad?

Teóricamente, la ventaja de la competencia intensificada es una mayor calidad de la programación. El problema es que la mayoría de las plataformas opta por una parrilla consistente en contenidos de terceros compartidos, más contenidos exclusivos (por ejemplo, la Champions League, que solo se puede ver en DAZN) y producciones propias. Y este modelo arroja más sombras que luces: en 2018, Netflix se gastó en torno a 13.000 millones de dólares en producciones propias, pero sus resultados fueron más que discretos, ya que la mayoría de ellas ni siquiera llegaron al aprobado por los usuarios de la web especializada 'Filmaffinity'.

Y este es otro de los problemas de las plataformas de streaming. Tal y como explica Rafi Mohammed, autor de éxito y experto en 'pricing', en este artículo de 'Harvard Business Review', "los servicios de streaming están violando la regla número uno de los precios: satisfacer las necesidades de los clientes. Los espectadores quieren ver sus programas favoritos y minimizar el pago de programas en los que no están interesados. Por lo tanto, si bien disfruto viendo Succession, una serie con alta nota de HBO, no hay suficiente contenido adicional que 'deba ver' para justificar que siga pagando" el paquete completo de HBO.

Por eso, su conclusión es que los planes de acceso ilimitado a contenidos podrían estar condenados a la extinción. Como alternativa, "se pueden ofrecer un puñado de planes basados en volumen: bajo, medio y alto", en opinión de Mohammed. O un sistema de pago por contenido visualizado al estilo de lo que ofrecen plataformas de películas. Pero, en cualquier caso, todo parece indicar que el futuro pasa por la inclusión de las plataformas de streaming dentro de proveedores de servicios de televisión clásicos, como el caso de la inclusión de Netflix en Movistar+ o el de HBO y Amazon Prime Video dentro de Vodafone.

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