Seis claves para mantener el buen humor de vacaciones a la vuelta al trabajo

  • Durante los primeros quince días de vuelta al trabajo es normal manifestar fatiga, cansancio o dificultad de concentración.
La vuelta al trabajo puede afrontarse con humor. / Pexels
La vuelta al trabajo puede afrontarse con humor. / Pexels

Bandejas de correo a rebosar, reuniones para organizar el nuevo curso, atascos… Aunque sigue haciendo el calor, el verano psicológico ha terminado: se acabaron las vacaciones. Y la vuelta a la rutina no siempre es sencilla.

De un tiempo a esta parte se ha hablado mucho del “síndrome postvacacional”, una falsa patología, que no existe como tal; pero sí es cierto que no todas las personas logran reengancharse a la rutina de la misma forma.

Durante los primeros quince días de vuelta al trabajo es normal manifestar fatiga, cansancio, sueño, falta de apetito o dificultad de concentración, pero hay recursos que nos pueden ayudar a que la transición sea más llevadera y, sobre todo, a afrontar el nuevo curso con mayor energía.

Hay muchas formas de tener una vuelta al trabajo llevadera e, incluso, disfrutable. Estos son nuestros consejos:

1. Disfruta la vuelta a la normalidad

Aunque nos encanta estar de vacaciones, lo cierto es que solemos tener un descontrol de hábitos –tanto horarios como alimenticios– que puede hacer que, incluso, estemos más cansados físicamente. Quizás no te apetece volver a trabajar, pero puedes disfrutar de la vuelta a la calma: las cenas en familia, las lecturas en la cama antes de acostarte o las cervezas en tu bar de confianza.

2. Reevalúa tus rutinas

Como apunta Paula Cocozza en The Guardian, la vuelta de vacaciones es el momento perfecto para hacer cambios en nuestras rutinas: “La plasticidad en tu cerebro –su capacidad para cambiar y adaptarse a las experiencias– se verá estimulada por la combinación de experiencias novedosas y actividad física, y estará lista para la idea de un cambio positivo”.

Ya sea tratar de llevar una alimentación saludable, plantearse ver menos la tele o practicar deporte, este es el momento ideal para introducir un nuevo hábito, también en lo que al aspecto laboral se refiere –¿no llevas años queriendo reorganizar tu base de datos o la forma en que gestionas tus correos?–

3. Piensa en la próxima escapada

No a todo el mundo le gusta por igual su trabajo, pero en muchas ocasiones lo que más pesa del regreso de las vacaciones no es tanto volver a la oficina sino pensar que vas a estar encerrado en ella durante meses. Pero, afortunadamente, existen los fines de semana, todavía hace buen tiempo y podemos escaparnos de la ciudad, para seguir yendo al pueblo, a la montaña o la playa. Pensar que en unos días volverás a abandonar el asfalto hace que la vuelta a la rutina sea más llevadera.

Disfruta de la vuelta a las rutinas familiares. / Pixabay
Disfruta de la vuelta a las rutinas familiares. / Pixabay

4. Haz algo nuevo

La vuelta de vacaciones no solo es un buen momento para introducir nuevos hábitos, sino también para aprender nuevas habilidades: ya sea apuntarse a un curso de idiomas, la práctica de un deporte o de un instrumento. Hay un aspecto puramente logístico, ya que septiembre es el mes en el que suelen arrancar todas las actividades, pero, además, según Cocozza, las nuevas interacciones sociales que realices alimentarán la plasticidad de las vacaciones.

5. Replantea tu camino al trabajo

Si trabajas en una gran ciudad, una de las cosas que más pereza da de la vuelta al trabajo no es el trabajo en sí, sino el desplazamiento a este. Volver a pasar dos horas del día metido en el metro o el coche no es plato de buen gusto. ¿Por qué no plantearse una nueva forma de ir al trabajo? Si la distancia es asumible, ir andando o en bicicleta al trabajo es un hábito saludable que puedes tratar de incorporar en este inicio de curso.

6. Si la vuelta al trabajo es un drama, piensa en cambiar de trabajo

Es normal sentir ciertas emociones negativas al volver a la rutina, pero si estas persisten pasados 15 días deberías plantearte que tu problema puede ser más serio. El síndrome postvacacional puede indicar, en realidad, que no te gusta tu trabajo, tus rutinas, tus compañeros o la ciudad en la que vives. La buena noticia es que, aunque no sea sencillo, todo ello se puede cambiar. Septiembre también es un buen mes para buscar trabajo ¿por qué no intentar también un cambio en este sentido?

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