Cerca del 5% de los españoles lo son

10 señales para saber si eres un adicto al trabajo y cómo evitar que afecte a tu salud

Más de la mitad de los españoles con estrés desarrolla una enfermedad física o problemas psíquicos o emocionales
Más de la mitad de los españoles con estrés desarrolla una enfermedad física o problemas psíquicos o emocionales
EUROPA PRESS

La adicción al trabajo ha dejado de ser un mito y ni siquiera se puede considerar ya un problema residual: la tasa de 'workaholics' en España ronda el 5%, aunque podría haber más casos de los que pensamos, ya que hace más de un lustro que no se realiza ningún estudio al respecto en nuestro país. En la mayoría de los casos, el miedo a perder el trabajo, el elevado ritmo de vida actual o los problemas en la vida privada suelen ser los que terminan provocando que una persona se vuelque casi exclusivamente en su actividad laboral. Y, normalmente, esto conlleva la desatención de otros aspectos de su vida. Por eso, ante la duda, conviene saber si eres un adicto al trabajo.

¿Cómo hacerlo? El mayor problema es que, a diferencia de otras adicciones, la adicción al trabajo no se ve de forma tan negativa, ya que trabajar en exceso suele parecer positivo a corto plazo en términos de productividad. Sin embargo, desde hace más de 15 años la psicología viene advirtiendo que este tipo de adicción genera conflictos entre los trabajadores y dentro de una empresa. Por eso, desde Infojobs explican que lo primero pasa por identificar el problema: estas 10 señales te indicarán si eres un adicto al trabajo.

1- Buscas mil excusas para no descansar

Siempre tienes algo más importante que hacer antes que descansar o pasar tiempo con tu familia o amigos. 15 días de vacaciones te parecen una eternidad y te cuesta encontrar un fin de semana libre para poder desconectar. Si este es tu caso, lo más probable es que padezcas un caso claro de adicción al trabajo. Tal vez creas que no es para tanto, pero aislarte de todos (incluso de ti mismo fuera del trabajo) es una de las formas más evidentes de sociopatía que existen.

2- Estás conectado las 24 horas del día

Estás siempre disponible, cualquier día a cualquier hora. Tienes siempre el teléfono cerca y procuras tener siempre conexión 3G (o 4G) y los mails actualizados. La conexión a internet es tan importante como el aire que respiras. Para remediarlo, hay fórmulas que permiten dejar atado todo en la oficina y poder irse tranquilo de vacaciones.

3- Eres egocéntrico

Primero tú y después tú. Tus obligaciones siempre están por encima de cualquier compromiso familiar o con tus amigos. El egocentrismo aplicado al trabajo no solo puede traerte problemas con tus compañeros, sino que también es un síntoma inequívoco de que puedes padecer una adicción al trabajo motivada por el mero hecho de destacar sobre los demás.

4 - Crees que nadie va a hacer el trabajo tan bien como tú

En esta línea, no sabes delegar tareas y acabas sobrecargándote de trabajo, lo que te lleva a alimentarte mal o incluso suprimir comidas. Soportas grandes niveles de ansiedad y estrés y tu mente no para nunca. Por suerte, aprender a delegar es más sencillo de lo que creemos: no implica perder el control de tu área de trabajo y siempre puede ser una forma de dar más responsabilidades a tus subordinados.

5- Eres el primero en llegar a la oficina (y el último en irse)

Llegas a la oficina cuando aún no se ha hecho de día y te vas cuando ya no queda nadie. Puedes trabajar más de 12 horas al día y sentir que aún te falta tiempo. Si es tu caso, el problema es que este estrés puede convertirse en tu estado emocional natural, lo cual puede tener serias consecuencias para tu salud

6- ¿Vida social? No tengo tiempo para estas cosas

Evitas salir con tus amigos o con tu pareja. Si no estás en la oficina prefieres estar en casa, así puedes seguir con el trabajo que te ha quedado pendiente. El aislamiento social es una de las peores prácticas de los adictos al trabajo y, en un momento dado, puede derivar en depresión: si uno no es capaz de conciliar su vida profesional y personal, una mala racha en el trabajo (o un despido) pueden terminar hundiendo psicológicamente a una persona.

7- Tienes a tu pareja un poco descuidada

Te gusta estar solo y a veces hasta te llevas el trabajo a la cama (revisando emails desde la Tablet, leyendo unos informes antes de acostarte etc.). Tu pareja tiene paciencia, pero todo tiene un límite. De hecho, aunque suene un poco arcaico, tener una relación sana de pareja no solo ayuda a tu bienestar psicológico, sino que estadísticamente hace que ambas partes tengan más patrimonio que por separado.

8- Tienes complejo de Rey Midas

"Si no fuera por mí, esto no habría salido bien". Crees que conviertes en oro todo lo que tocas y que el fracaso es por la falta de dedicación o talento de los demás. La quejumbre en el trabajo suele reflejar más frustración personal que verdadero talento, pero lo que evidencia más que nada es que eres un auténtico adicto al trabajo.

9- No tienes muchos amigos en el trabajo

Nadie se toma el trabajo tan en serio como tú. Tus compañeros no te inspiran confianza y más que amigos, tienes aliados. Si esa es tu percepción del clima laboral, lo cierto es que tienes todas las papeletas para ser un adicto al trabajo.

10- No sabes decir que "no"

Tienes tres mandamientos sagrados: "No digas no a tu jefe", "no digas no sé" y "nunca digas no puedo". No saber establecer límites a tu trabajo puede parecerte positivo a corto plazo; el problema es que, tarde o temprano, la empresa para la que trabajas te exigirá más de lo que puedas realizar física o mentalmente.

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