Una conversación lo cambió todo

Así es como Steve Jobs convenció a Tim Cook para que se fuera a trabajar a Apple

El empresario estadounidense estaba de empleado en Compaq cuando decidió reunirse con el fundador de la tecnológica, tras haber rechazado anteriormente el encuentro. 

Tim Cook y Steve Jovs
Tim Cook y Steve Jovs
EP / Flickr

Tim Cook es uno de los empresarios estadounidenses más conocidos a nivel mundial. Aunque actualmente la mayoría de las personas lo relaciona con Apple, el ingeniero e informático no estuvo siempre ligado a la compañía tecnológica.  Durante un tiempo Cook tuvo reticencias para entrar a trabajar a la multinacional. El propio Steve Jobs tuvo que reunirse en varias ocasiones con el empresario para tratar de convencerlo.  

Por aquel entonces, el actual director ejecutivo de Apple estaba trabajando para IBM, la empresa dedicada a la fabricación y a la comercialización hardware y software para ordenadores. En esta compañía estuvo más de 12 años como empleado, pero antes de llegar a Apple, Cook pasó por Intelligent Electronics y Compaq.

Después de varias peticiones, el empresario decidió reunirse con Jobs para conocer qué tenía que ofrecerle. En su primer encuentro, el que fuera CEO de la compañía explicó su estrategia y visión para Apple. En palabras de Cook, conversaron sobre un producto que revolucionaría el mundo de la computación, un aparato que sería diferente a cualquier otro ordenador del mercado (hablaban del iMac G3). "Me contó un poco sobre el diseño, lo suficiente como para que realmente me interesara", explicó al periodista Charlie Rose

Un privilegio en la vida

Las ganas por vivir el "privilegio" que suponía esta oportunidad fueron superiores a las dudas que trataban de disuadirlo de aceptar el trabajo. Sin embargo, esta no fue una decisión fácil para el empresario, ya que su entorno más próximo le aconsejaba que se quedara donde estaba: "Cualquier consideración puramente racional de costos y beneficios se alineó a favor de Compaq". 

Cook aseguraba que siempre se ha había caracterizado por no seguir a la manada, aunque tuviera dudas sobre su camino. Haciendo un análisis sobre la situación actual de Apple, el ingeniero vio cómo podría ayudar a la compañía para sacar todo su posible potencial. "Mi instinto me decía, adelante. Y escuché mi instinto", señaló el empresario

Y es que, las circunstancias del momento en el que se unió no eran las mejores. La empresa estaba al borde de la quiebra, las vacantes de trabajo se acumulaban y la moral de los empleados estaba bajo mínimos. Cook era sabedor de esta realidad y de que tendría que poner orden a ese desastre. Así pues, se puso manos a la obra cuando en marzo de 1998, aceptó la oferta de Jobs y se convirtió en vicepresidente sénior de operaciones mundiales, con un salario base de 400.000 dólares (unos 380.000 euros) y un bono por firmar de otros 500.000 dólares.

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