Un sistema parlamentario es mejor para la economía que uno presidencialista

  • Un nuevo estudio de la Universidad de York muestra como el control parlamentario juega un importante papel en la promoción del desarrollo económico.
Pedro Sánchez comparece en el Congreso para informar de la situación en Cataluña
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Oscar del Pozo - Europa Press

En estos días en los que el parlamento español bloquea la aprobación de unos nuevos presupuestos o el británico mantiene en vilo la posibilidad de alcanzar un acuerdo en torno al Brexit, podríamos pensar que este tipo de controles democráticos, cuando se enquistan, entorpecen la adopción de medidas económicas necesarias.

Pero, aunque estos frenazos a la necesaria actividad ejecutiva puedan parecer perniciosos para el correcto funcionamiento de la economía, son en realidad beneficiosos.

Un nuevo estudio de la Universidad de York muestra como el control parlamentario juega un importante papel en la promoción del desarrollo económico en los países a largo plazo y, de hecho, permite obtener mejores resultados que los que se logran en los sistemas presidencialistas.

Los investigadores han analizado los datos macroeconómicos de 119 países en un periodo comprendido entre 1950 y 2015 para llegar a la conclusión de que, aislando otras variables que influyen en el rendimiento económico como la geografía, el legado colonial o la longevidad de cada democracia, los regímenes parlamentarios son siempre mejores para la economía que los presidencialistas.

En concreto, el crecimiento anual es de hasta 1,2 puntos porcentuales más alto, la inflación es menos volátil y 6 puntos porcentuales más baja, y la desigualdad de ingresos es hasta un 20% menor en los países gobernados por sistemas parlamentarios.

“Cuando clasificamos a los países de acuerdo con el crecimiento y la desigualdad de ingresos, encontramos que el 91% de los que mejor se desempeñan, con un crecimiento superior al promedio y una desigualdad de ingresos inferior al promedio, son regímenes parlamentarios”, explican los autores del estudio, Gulcin Ozkan y Richard McManus en 'The Conversation'.

El presidente estadounidense Donald J. Trump (c) pronuncia su segundo discurso sobre el Estado de la Unión este martes, en el Capitolio en Washington
El presidente estadounidense,  Donald J. Trump. / EFE

Las bondades de una mayor separación de poderes

“Actualmente se reconoce ampliamente que la calidad de las instituciones de un país, los órganos legales y administrativos que sustentan a la sociedad, desempeñan un papel clave en el desarrollo económico”, explican los autores del estudio. “Nuestros hallazgos refuerzan la importancia del papel que estos desempeñan en los resultados económicos”.

Los sistemas parlamentarios cuentan con una libertad de prensa más extensa, un estado de derecho más fuerte, mayores restricciones del poder ejecutivo y, por lo tanto, mayores controles y balances.

¿Cómo se explica entonces que la primera economía del mundo sea un sistema presidencialista? Los autores apuntan que, precisamente, las características que hacen que el Estados Unidos funcione mejor que otros sistemas presidencialistas el entramado de controles que establece la constitución para garantizar la separación de poderes, unos mecanismos que, aun así, suelen funcionar mejor en los sistemas parlamentarios.

El palacio de Westminster / Mike Gimelfarb
El palacio de Westminster. / Mike Gimelfarb

Los investigadores identifican dos razones principales por las que los sistemas parlamentarios facilitan un mejor funcionamiento de la economía:

1. Una mayor separación del poder combinada con una mayor deliberación pública, que es la base de los sistemas parlamentarios, permite una representación más amplia y una participación más amplia en la toma de decisiones.

2. Los sistemas parlamentarios ofrecen una estabilidad mucho mayor entre gobiernos. En contraste, las transiciones entre los líderes en los regímenes presidenciales son generalmente más difíciles debido a la naturaleza individualista del poder ejecutivo.

“Por lo tanto, puede ser frustrante observar debates prolongados y deliberaciones extensas, como ha sido el caso en el Reino Unido sobre el Brexit, pero es importante recordar que estos controles y equilibrios son justo lo que se necesita para la estabilidad democrática y económica”, concluyen los investigadores.

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