Reunión de política monetaria

El BCE mantendrá la posición pese a la presión de la Fed que 'devalúa' al euro

El banco central sigue estudiando sus opciones aunque se queda sin tiempo para dar una respuesta a tiempo ante la espiral inflacionista que se está retroalimentando por el efecto divisa.

Christine Lagarde, BCE
Christine Lagarde, BCE
Agencia EFE | EFE

Más vale prevenir que curar. Bajo esa premisa, el Banco Central Europeo (BCE) se enfrenta a la reunión más difícil en años con amplias presiones para mover ficha contra la inflación. De hecho, el proceso de normalización monetaria ha comenzado ya este mes después de que se haya puesto fin al mecanismo de emergencia pandémica (PEPP) después de 1,85 billones de euros de compras de deuda en dos años. 

Sin embargo, los mercados exigen mayor velocidad en la restricción de su política porque está en riesgo la estabilidad de precios. En la antesala de la cita en Fráncfort, Canadá y Nueva Zelanda han dictado aumentos de tipos de interés de medio punto hasta el 1% y 1,5%, respectivamente. La Fed se prepara para un golpe similar el próximo 4 de mayo después de que el IPC en EEUU se haya acelerado hasta el 8,5% en marzo, su nivel más alto en 41 años.

Pese a todo, lo cierto es que casi nadie espera que el BCE siga los pasos de sus homólogos por los riesgos sobre el crecimiento económico, el impacto sobre el mercado laboral y las condiciones de financiación. Ni siquiera la guerra en Ucrania y sus efectos directos e inflacionarios en la cadena de suministro, la energía y la agricultura se han convertido en detonantes de una acción inmediata, según los expertos. Tampoco el dato de inflación en la zona euro -del 7,5% en marzo- parece que vaya a conseguir que la institución que preside Christine Lagarde se salga de su hoja de ruta. 

Pero, ¿y cuál es el camino marcado? Según lo apuntado en marzo, el banco central prevé retirar sus estímulos monetarios en junio para después plantearse una subida de tipos de interés que, como pronto, pueda llegar en verano. “No esperamos decisiones en la reunión del BCE de esta semana, pero sí un tono potencialmente más agresivo”, asegura Gilles Moëc, economista jefe en la gestora AXA Investment Managers, que recuerda la potencial influencia que pueden tener las elecciones francesas -todavía en curso- al retrasar un cambio inmediato que puede agitar al mercado. 

Mario Draghi solía bromear diciendo que siempre había unas elecciones en la eurozona y que el BCE no podía tener en cuenta estos acontecimientos políticos", recuerda este experto y apunta a un hecho: "Una gran proporción de los votantes franceses optó por soluciones radicales. Esto ilustra la profundidad de la demanda de protección económica de los gobiernos y sospechamos que esto va más allá de Francia. Es el BCE el que ha hecho posible esta protección durante los dos últimos años y es evidente que cada vez tiene menos ganas de desempeñar ese papel”.

Konstantin Veit, gestor de PIMCO, insiste en el rol agresivo que puede adoptar Lagarde en la reunión pero no pasará de las palabras a los hechos pese a que la inflación volvió a sorprender significativamente al alza en marzo. “Dado que el BCE está más preocupado por las perspectivas de inflación que por las de crecimiento, creemos que continuará el proceso de normalización de la política, con políticas fiscales específicas encargadas de apoyar la demanda privada, a menos que la situación económica se deteriore notablemente. Aunque el BCE tratará de lograr una normalización no disruptiva de la política monetaria, los riesgos para las perspectivas macroeconómicas y los retos de comunicación del banco central siguen siendo elevados”, advierten desde la mayor gestora europea de bonos.

La debilidad del euro, la señal de alerta temprana

Por su parte, Erick Muller e Ian Horn, de Muzinich & Co, coinciden en descartar cualquier tipo de movimiento preventivo ante la escalada de los precios de consumo y sus efectos de segunda ronda. “A estos datos puede seguirles otra lectura incómoda en abril, ya que es posible que parte del aumento de los precios del petróleo no se haya captado del todo en marzo. Esto apoya el giro del BCE que se vio en la reunión de enero y que desde entonces se ha ratificado. No esperamos ninguna decisión concreta sobre los tipos de interés ni otro cambio en el calendario del programa de compra de activos; seguimos esperando que termine en julio. Sin embargo, esperamos que la narrativa de la conferencia de prensa de esta semana muestre que una subida de tipos a principios del cuarto trimestre de 2022 es una opción real para el consejo, en caso de que la inflación no disminuya”.

"El hecho de que la Reserva Federal esté preparando a los mercados para una aceleración del endurecimiento de los tipos y para un inicio anticipado del cierre de su balance puede crear cierta presión sobre el BCE para que sea más explícito sobre esta "opcionalidad" de subir los tipos antes de que termine el año, aunque el BCE siempre ha evitado este tipo de comentarios", añaden estos expertos. El tipo de cambio del euro y el dólar se ha situado en los 1,08 unidades con lo que la moneda europea comienza a importar inflación adicional procedente de las materias primas, que se negocian en dólares. Puede ser la gran señal de peligro para un cambio de la política monetaria y, de hecho, el endurecimiento del discurso de Lagarde tiene que ver con la divisa. “Esto no es algo positivo cuando los precios de la energía y de los alimentos internacionales están subiendo”, concluyen en Muzinich & Co . 

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