El mejor año de su historia

Beneficios récord, bajas valoraciones: la gran paradoja de las grandes petroleras

Las grandes compañías del sector de hidrocarburos completan un ejercicio histórico de precios altos, ampliación de márgenes y consumo sostenido con una recesión suave entre la demanda.

La gran paradoja de las grandes petroleras: beneficios récord y bajas valoraciones.
La gran paradoja de las grandes petroleras: beneficios récord y bajas valoraciones.
DPA vía Europa Press

Las grandes petroleras nunca han sido más rentables que hasta ahora, pero casi nunca en la historia han representado una porción menor del conjunto de la bolsa. Eso basta para que los ejecutivos del sector se sientan poco valorados. “Estamos muy infravalorados”, afirma Bernard Looney, consejero delegado de la petrolera británica BP. Y quizá no le falte razón.

Las cinco mayores petroleras acaban de registrar los mejores beneficios de su historia: 180.000 millones de dólares netos en 2022, más que el producto interior bruto de la mitad de los países del mundo. En condiciones normales, ese tipo de rendimiento les dejaría sentados sobre montones de liquidez y con valoraciones exorbitantes en los mercados.

En cambio, se han visto recompensadas con unas valoraciones por los suelos, sobre todo en Europa. Las grandes petroleras europeas -BP, Shell y TotalEnergies- cotizan entre cinco y siete veces sus beneficios previstos para 2023. Frente a las 11 veces de Exxon Mobil y Chevron. El año pasado, la energía era el único lugar seguro donde esconderse de una economía inflacionista y un mercado en caída libre. Este año, incluso con una inflación persistente, las acciones petroleras son una apuesta más arriesgada.

El problema a corto plazo es que no se espera que los precios del petróleo vuelvan a alcanzar sus máximos de 2022 este año, y el gas natural ya ha caído por debajo de los niveles previos a la guerra de Ucrania. Por tanto, los beneficios se están desacelerando. 

El problema a más largo plazo es que las empresas energéticas del futuro -lo que serán las actuales una vez que se centren más en las energías renovables- no cuentan con una gran base de inversores. Sin una afluencia de nuevos inversores, es poco probable que los valores alcancen las valoraciones más altas que necesitan para repetir los buenos resultados del pasado ejercicio.

Las empresas afirman que pueden invertir de forma rentable en energías limpias y combustibles fósiles al mismo tiempo, pero muchos inversores no les creen. “Esto es especialmente cierto en el caso de las grandes petroleras europeas, que se han comprometido en mayor medida a apostar por la ecología. Hasta que estas compañías no muestren los beneficios que dicen que pueden obtener de la energía limpia, es probable que se enfrenten a fuertes descuentos de valoración y coticen a menos de 10 veces sus beneficios previstos”, comenta Morgan Stanley en un informe.

El ejemplo de BP

La semana pasada, BP presentó uno de los argumentos más detallados a favor de un doble mandato: extraer crudo en la actualidad y crear nuevas actividades en el sector de los biocombustibles, otras energías renovables y cargadores de vehículos eléctricos que despegarán en unos años. Además de aumentar su dividendo, la empresa afirma que invertirá 1.000 millones de dólares más al año tanto en combustibles fósiles como en negocios de transición energética hasta 2030, lo que se traducirá en una mayor producción de petróleo y más energías renovables

En lugar de reducir la producción un 40% de aquí a 2030, la recortará un 25%. A los inversores les gustó lo que oyeron. Las acciones de BP subieron un 14% desde la presentación de la empresa el martes hasta el cierre de la sesión del pasado jueves. Y los analistas elevaron sus expectativas a medio plazo, subiendo las estimaciones de beneficios para 2025 en un 17%.

Pero las ganancias de las acciones no significan necesariamente que los inversores ajenos a la base tradicional de BP crean en su historia. En opinión de algunos gestores de fondos energéticos, la subida se debió probablemente al entusiasmo. A estos inversores les gustó el aumento de la retribución de BP y su afirmación de que “seguiremos perforando pozos de petróleo y gas, y obtendremos muy buenos beneficios”, según Rob Thummel, gestor de carteras de la gestora TortoiseEcofin. Aun así, incluso después del repunte, las acciones cotizan a sólo seis veces los beneficios previstos para 2023.

Es improbable que las petroleras se vean recompensadas con valoraciones más altas por las inversiones ecológicas de la forma en que lo han hecho en los últimos años las empresas de servicios públicos centradas en las renovables, como NextEra Energy. “Creo en la ‘prima verde’ y no creo que estas empresas lo consigan pronto”, comenta Michael Cerasoli, gestor de carteras de Eagle Global Advisors.

BP espera que su cambio de estrategia impulse considerablemente los resultados; ha elevado su previsión de beneficios para 2025 en un 25%, en parte basándose en la hipótesis de un petróleo más caro. Elevó su previsión del precio del petróleo de 60 a 70 dólares hasta 2030 porque espera que la producción de Rusia disminuya con el tiempo, y porque la producción de esquisto de Estados Unidos está creciendo lentamente y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) está cada vez más dispuesta a intervenir cuando bajen los precios.

Mostrar comentarios