Día clave en el parqué

Las bolsas mundiales se enfrentan al dato que puede frenar su 'rally' alcista

La publicación del IPC de enero en Estados Unidos será determinante para la evolución de los mercados financieros durante las próximas semanas, poniendo en riesgo las ganancias tras el buen arranque de año.

Wall Street
Las bolsas mundiales se enfrentan al dato que puede frenar su 'rally' alcista. 
Pixabay

Todos los inversores dirigen su mirada hacia Washington. Este martes a las 14:30 horas española el Departamento de Trabajo de Estados Unidos publicará el dato de inflación en ese país correspondiente al mes de enero. Las previsiones apuntan a una moderación de su crecimiento hasta el 6,2%. De confirmarse, supondría una caída mensual de tres décimas y un recorte de tres puntos con respecto al 9,1% que llegó a marcar en julio. Pero, ¿qué ocurriría si el IPC no ha bajado o, incluso, ha llegado a crecer durante los primeros 31 días de 2023? 

Este hipotético escenario representa uno de los principales temores de los dos grandes centrales del mundo de cara a este 2023. Si bien el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha admitido que los precios han comenzado un proceso de desinflación, la economía global tiene varios frentes abiertos entre los que se encuentra el curso de la guerra de Ucrania, las consecuencias derivadas de la crisis energética a raíz, precisamente, de este conflicto y la rápida puesta en escena de China tras la reapertura de fronteras. 

El gigante asiático representa un gran consumidor de materias primas, ante la que los analistas han alertado en reiteradas ocasiones de que su brusco retorno a la ‘nueva normalidad’ añade más presión sobre los precios del gas y el petróleo a nivel global. Teniendo en cuenta que tanto la Reserva Federal (Fed) como el Banco Central Europeo (BCE) no vislumbran una inflación cercana al deseado objetivo del 2% al menos hasta finales de 2024, el foco estará puesto en la velocidad en la que modera su escalada. 

“El mercado espera una caída que ponga de manifiesto que las subidas de tipos están afectando sobre la inflación”, precisa el analista de XTB, Joaquín Robles. Cabe recordar que la cifra del pasado mes de diciembre (publicada a mediados de enero), cuando se redujo seis décimas hasta el 6,5%, ha servido de empuje para los mercados bursátiles. El dato que se publique este martes representa una bomba de relojería para las bolsas, que puede condicionar la tendencia alcista que impera desde principios de año en los principales parqués mundiales.

En caso de que la cifra no cumpla las expectativas de los inversores, la evidencia apunta a que la volatilidad se instalará en los parqués, aunque Robles cree que se produciría una caída “sostenida” que no haría peligrar la revalorización acumulada durante las últimas seis semanas. El Nasdaq lidera el ‘acelerón’ desde comienzos de año con un avance superior al 14%, seguido del S&P 500, que registra un alza del 7,4%, mientras que Dow Jones se queda más rezagado y contabiliza una subida del 3%, dejando atrás su peor ejercicio desde el año 2008. En Europa es el FTSE MIB el que lidera las subidas con un alza del 15,7%, seguido del Ibex 35 (+11,9%), el CAC (+11,3%) y el Dax (+10,5%). En Londres (FTSE 100), la escalada se queda en el 6,5% a cierre de los mercados en el Viejo Continente este lunes. 

El mercado laboral se erige como una gran amenaza

La recuperación en las bolsas se ha sustentado bajo las expectativas de que la mayoría de firmas de banca de inversión, gestoras y fondos han trazado su hoja de ruta para este 2023 descontando el final de las subidas de tipos a partir del próximo verano, coincidiendo la mayoría de ellas en que el techo se situará en una horquilla de entre el 3-3,5% en la eurozona (3% actual) y del 4,5%-5% al otro lado del Atlántico (4,75% actual).

Al margen de la división entre los que piensan que los dos principales bancos centrales del mundo comenzarán a reducir esta tasa inmediatamente y los que consideran que habrá un periodo de pausa antes de que esto ocurra, la mayoría de estrategias se han elaborado teniendo en cuenta que el despliegue de los programas de política monetaria expansivos más rápidos de la historia se estarían acercando a su fin. 

Sin embargo, el mercado, Powell y Lagarde se han topado con la fortaleza del mercado laboral. En Estados Unidos el desempleo ha registrado su nivel más bajo desde 1969, en línea con la eurozona, región en la que también se encuentra en mínimos históricos, lo que da alas y motivos a ambos bancos centrales para intensificar el incremento de las tasas de interés. Precisamente, los últimos mensajes lanzados desde la capital estadounidense y Fráncfort de Meno van en esa dirección, abriendo la puerta a que los tipos superen los máximos de quince años en los que están instalados en el momento actual. 

Por el momento, la evolución del PIB sí que apunta a un enfriamiento en la primera potencia económica mundial, después de que haya crecido un 2,8% durante 2022, casi la mitad de la cifra registrada durante el ejercicio anterior. El freno se acentúa especialmente en el último trimestre, cuando apenas creció un modesto 0,7%, danto síntomas de desaceleración. La clave ahora está en el crecimiento que los bancos centrales están dispuestos a sacrificar para doblegar la curva de la inflación.  

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