Finanzas personales

¿Cómo me afecta la inflación a mí y a mis ahorros y cómo puedo protegerme?

La inflación afecta siempre porque conllevan una disminución del poder adquisitivo del dinero. Es decir, provoca que el dinero pierda valor, ya que, si los precios suben mucho, mañana podremos comprar menos productos que hoy con la misma cantidad de dinero.

Fruta y verdura supermercado comida precios
¿Cómo me afecta la inflación a mí y a mis ahorros y cómo puedo protegerme?
Europa Press

La inflación es una de las palabras más repetidas en los últimos meses en España. Se trata del proceso de aumento de precios en un país, que tiene carácter sostenido -se mantiene a lo largo de un periodo de tiempo- y generalizado -afecta a un número significativo de bienes y servicios-. En concreto, el IPC español que calcula el INE tiene en cuenta cerca de 210.000 precios.

En el mes de julio, la inflación se aceleró al 2,3%, 4 décimas más que en junio. Con este repunte, la inflación deja atrás dos meses consecutivos de moderación, mayo (3,2 %) y junio (1,9 %), aunque se encuentra lejos de las tasas de dos dígitos registradas en el verano de 2022, en parte por el efecto de comparar con un periodo en el que los precios ya estaban subiendo.

Estas cifras nos afectan a todos ya que conllevan una disminución del poder adquisitivo del dinero. Es decir, el incremento del nivel general de precios provoca que el dinero pierda valor, ya que, si los precios aumentan mucho, mañana podremos comprar menos productos que hoy con la misma cantidad de dinero.

En busca de rentabilidad

Para evitar perder poder adquisitivo, el objetivo de los ahorradores debe ser lograr una rentabilidad superior a la inflación. Es decir, siempre que haya inflación mantener el dinero inamovible –debajo del colchón como se dice habitualmente- conlleva una pérdida y supone un error para las finanzas personales.

Los depósitos son un producto de ahorro a los que se suele recurrir para rentabilizar los ahorros. Se trata de un producto de ahorro en el que el cliente entrega una cuantía concreta a una entidad financiera durante un tiempo estipulado entre ambas partes y al vencimiento pactado, la entidad devuelve el dinero al cliente junto con la rentabilidad pactada.

Sin embargo, con la política de los tipos de interés al 0% que mantuvo durante años el Banco Central Europeo (BCE), las rentabilidades de los depósitos bancarios también han sido mínimas. Tras las subidas iniciadas hace un año, también han ido incrementándose la remuneración ofrecida por los bancos a sus clientes con ahorros. A la hora de elegir qué depósito contratar, entre otros factores, hay que comparar la rentabilidad con el porcentaje de inflación.

Una alternativa si la rentabilidad ofrecida por los bancos es insuficiente es la inversión en bolsa. En concreto, los ahorradores pueden depositar su dinero en empresas a las que financian a través de diferentes instrumentos financieros y a cambio obtienen una rentabilidad gracias a las plusvalías obtenidas por la evolución en el mercado del producto contratado.

Por ejemplo, se puede invertir a través de acciones, el producto de inversión más popular. En ese caso, además, se podrá ganar dinero a través de los dividendos que en ocasiones las empresas deciden repartir entre los accionistas. En concreto, los dividendos es la parte del beneficio social que se reparte entre los accionistas.

No obstante, a la hora de invertir en bolsa hay que tener en cuenta los riesgos que esta operación conlleva. La CNMV advierte que "el principal riesgo de la renta variable es la incertidumbre sobre sus rendimientos". Es decir, el valor de las acciones puede subir o bajar con respecto a su valor de adquisición y es posible no conseguir la rentabilidad esperada e incluso perder la totalidad de la inversión.

Mostrar comentarios