Salir al mercado sale caro

La deuda mete presión a las empresas del Ibex 35 con las refinanciaciones

Las refinanciaciones para 2023 y 2024 multiplican su coste después del oasis de financiación de 2020 a 2022 en el que las empresas han podido captar recursos al precio más bajo de la historia.

La deuda del Ibex se convierte en un lastre en 2023.
La deuda del Ibex se convierte en un lastre en 2023.
L. I.

La fiesta de la financiación registrada entre 2020 y mediados de 2022 ha llegado a su fin de la manera más abrupta tanto para hogares y empresas. Las compañías del Ibex 35 afrontan 2022 con un escenario de tipos de interés cada vez más altos que está disparando el coste de los préstamos bancarios desde el pasado verano pero también está encareciendo sobremanera el coste de las emisiones de bonos. 

Las refinanciaciones para 2023 y 2024 multiplicarán su coste después de una etapa en la que las empresas se han financiado a los precios más bajos de la historia gracias a las tasas del 0% y la política de estímulos del Banco Central Europeo (BCE). Al cierre de la actual temporada de resultados de 2022, a falta de las cuentas de Inditex, las 28 empresas no financieras del Ibex 35 han elevado su deuda financiera en un 10%, hasta 183.000 millones de euros, según los datos recopilados por 'La Información'.

Fuentes financieras explican a este diario que el panorama de los mercados es completamente distinto ahora y las restricciones en la financiación comienzan a verse de forma frecuente. Grifols es una de las empresas del Ibex 35 que más se está viendo presionada por su deuda financiera, después de que esta haya aumentado un 57% durante 2022, hasta 9.193 millones. Solaria (+51%, hasta 842 millones) y Cellnex (+41%, hasta 16.900 millones) le sigue en el ranking, según los informes de resultados de 2022.

Por volumen de deuda, la eléctrica Iberdrola encabeza la lista con 43.749 millones de euros, un 11% más, mientras que Telefónica incorpora 35.332 millones teniendo en cuenta arrendamientos e instrumentos de cobertura. Cellnex, Naturgy, Endesa e IAG superan los 10.000 millones, mientras que Grifols, Sacyr, Aena, Ferrovial y Acciona mantienen más de 5.000 millones.

La mayoría de ellas han optado en los últimos años por blindarse ante potenciales subidas de los tipos de interés con fórmulas de tipos fijos. "El mercado de bonos ha sufrido una fuerte volatilidad en 2022. Los costes de financiación se han incrementado significativamente debido a las sucesivas subidas de tipos y la menor liquidez del mercado", advertía en una presentación el banco galo Société Générale el mes pasado.

"El mayor hito del mercado español en este contexto es haber mantenido la accesibilidad al mercado, demostrando que los inversores por lo general se siente cómodos con el crédito español. El incremento de los costes en España ha estado en línea con otros mercados. La actividad de las empresas españolas fue una de las menores registradas en los últimos años debido a un exceso de liquidez acumulado en ejercicios anteriores", según el informe. 

En 2022, el 50% de las emisiones españolas de deuda se originaron Administraciones Públicas, el 39% en instituciones financieras y solo un 11% en empresas. El volumen de 2022 total fue de 69.000 millones de euros, un 17% menos que en 2022, cuando la cifra alcanzó los 83.000 millones.  La cifra cae por segundo año consecutivo y es un 35% inferior a los 107.000 millones contabilizados en 2020. Los volúmenes volverán a reducirse este año debido a su mayor coste y también a la menor liquidez del mercado.

La advertencia realizada por Ferrovial en el proyecto de mudanza de sede a Países Bajos se centra precisamente en las tensiones de financiación que prevé para la deuda en un contexto de tipos altos y contracción del balance de bonos de los bancos centrales. Durante los dos últimos años, BCE y Fed han copado las compras de deuda en el mercado, aplanando el interés que pagan los emisores a los inversores y, por tanto, sus costes. 

La situación del mercado ha dado un giro de 180 grados y las curvas de la deudas se elevan hasta niveles no vistos desde 2007, es decir, desde antes de la crisis subprime. La tesis de Ferrovial es que su capacidad de financiación se verá protegida bajo el amparo del pasaporte holandés y el acceso desde Euronext tanto a los mayores inversores europeos como de Wall Street. La compañía cita la estabilidad de la prima de riesgo como su razón clave.

Tensión en la deuda híbrida

El proyecto de fusión de Ferrovial con FISE para cotizar en Países Bajos ha situado a esta compañía en el punto de mira del Gobierno de Pedro Sánchez, pero también en el de los inversores. El gestor de infraestructuras ha anunciado que recomprará una serie de bonos híbridos perpetuos de 500 millones de euros como parte del proceso. Además, la compañía afronta el vencimiento en septiembre de bonos 'senior' por 500 millones más.

Caixabank, otro de los miembros del Ibex 35, ha emitido esta semana 750 millones de euros en deuda híbrida (CoCos) con un cupón del 8,25%, 500 puntos básicos por encima del 3,2% que pagó en 2021 por otra emisión similar y también más allá del coste de las otras tres series de CoCos, unos instrumentos de capital regulatorio que exige el BCE a los bancos para reforzar su solvencia. En 2017 emitió 1.000 millones al 6,7, en 2018 otros 1.250 millones al 5,25% y en 2020 también en torno ese último guarismo. Banco Sabadell salió al mercado el pasado enero a por 500 millones en CoCos al 9,2%,  400 puntos básicos por encima del que emitió en 2021.

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