"Si quitamos las FAANGs, la evolución de Wall Street sería similar a la de Europa"

  • Mariano Arenillas, responsable de DWS para España y Portugal, destaca también que deberíamos esperar rentabilidades de entre un 4% y un 7% en 2020.
Mariano Arenillas, DWS
Mariano Arenillas, DWS

El próximo curso será de mucha exigencia tanto para los inversores como para los gestores de activos financieros debido, previsiblemente, a la falta de grandes oportunidades de inversión y, por ende, de grandes rentabilidades. En renta fija, la entrada en negativo de muchos productos de deuda pública ha provocado que los inversores hayan dado un salto a la bolsa buscando rentabilidades ya agotadas si se es un inversor más conservador y ha provocado que los precios en renta variable estén caros en muchos casos. 

Para abordar este escenario del próximo curso, Mariano Arenillas, responsable de la gestora DWS para España y Portugal, coincide en esta visión aunque no comparte el término de activos caros sino "exigentes o ajustados". La firma alemana gestiona alrededor de 15.000 millones de euros en nuestro país y es la tercera firma extranjera con más peso en España tras BlackRock y Amundi. 

Arenillas destaca que, de cara al próximo curso, "las bolsas se moverán por los resultados empresariales y podemos esperar rentabilidades de entre un 4% y un 7%". No obstante, el experto señala que las mejores oportunidades podrían estar en Estados Unidos "por su corte tecnológico ya que si quitáramos las FAANGs [Facebook, Amazon, etc.] la evolución de la bolsa americana sería similar a la europea". Potencial algo más alto que sí habrá en emergentes, en torno al 10%, debido a que los beneficios crecerán algo más allí al ayudar la depreciación del dólar que esperan en la gestora, ya que el cruce euro-dólar podría irse a los 1,15 dólares. 

Estas rentabilidades tan reducidas vienen motivadas por la marcha de la renta fija este curso. El potencial casi agotado en muchas emisiones "ha provocado que el inversor asuma más riesgo y opte por compañías con dividendos altos y sostenibles que ha provocado que los precios sean exigentes o ajustados". No obstante, esa rentabilidad de entre un 4% y un 7% no debe verse como reducida, ya que "compensa porque no hay alternativa" y ante la perspectiva de tipos bajos durante un tiempo prolongado "es mejor no esperar. Con el dinero apartado pierdes una potencial rentabilidad". De ahí que la gestora recomiende una 'estrategia Barbell', que consiste en tener una gran exposición a monetarios y un porcentaje de un 10%-20% en renta variable para que los inversores conservadores no asuman más riesgo del que quieren soportar. 

Esta tendencia de los inversores hacia compañías de calidad ha tenido sus consecuencias en el mercado. Por un lado, ha provocado que el diferencial entre las compañías 'growth' y value' esté en máximos y, por otro lado, suponga un quebradero de cabeza para los gestores que siguen la segunda filosofía. Los inversores se refugian en compañías de calidad con pagos altos de dividendos, a modo cupón que me daría un bono, y también el auge de la gestión pasiva o indexada supone otro varapalo para estos gestores activos. 

Si bien la firma registraba hace pocos meses en nuestro país el DWS US Growth, uno de sus fondos estrella que sigue la filosofía 'growth' en pleno declive del value, y tiene la firma alemana una gran apuesta en la gestión pasiva, ya que supone cerca de un tercio (4.500 millones de euros de los 15.000 que gestiona en nuestro país), también ve positivo este escenario para los gestores valor. ¿El motivo? "La gestión pasiva replica índices y deja muchas compañías sin seguimiento que son las que protagonizan las mayores historias bursátiles", destaca.

Esas grandes historias bursátiles podrían estar en los fondos temáticos, una rama por la que apuesta DWS. Productos que inviertan en sectores como la digitalización, la robotización, envejecimiento o el auge de la clase media "podrían ser las áreas que más crecimiento den en los próximos años". De hecho, modelos de hace años se ha comprobado que ahora no funcionan y avisa de que compañías como las FAANGs, de moda actualmente, tienen unos ciclos de vida cada vez más cortos por lo que es probable que aparezcan otras que protagonicen su éxito. 

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