Ya había sido el primero de los bancos centrales europeos en subir los tipos de interés y la decisión, que ha adoptado hoy, pone fin a cinco años de tasas negativas. El movimiento del Riskbank (Banco de Suecia) ha supuesto un alza de un cuartillo de punto en el precio del dinero que queda fijado en el 0% en el país nórdico. Es una decisión importante a nivel global, puesto que el organismo fue la primera entidad en 2015 que colocó las tasas en terreno negativo. Suecia, que cuenta con su propia moneda (la corona sueca) no pertenece a la eurozona.
En su comunicado, la entidad explica que la inflación ha estado cerca del objetivo del 2% desde principios de 2017, y considera que "las condiciones son buenas para que la inflación permanezca cerca de ese objetivo en el futuro". Además, espera que su tasa de referencia se mantenga a cero "en los próximos años". La decisión no ha sido adoptada por unanimidad, puesto que dos miembros de su Consejo de Gobierno han votado en contra.
Al igual que sucede con otras economías, la sueca "ha entrado en una fase de menor crecimiento", reconoce el banco central que, pese a ello, destaca cómo la desaceleración se produce tras varios años de alto crecimiento y fuerte avance del mercado laboral, lo que interpreta como que la economía de su país está transitando desde "un ciclo más fuerte de lo normal a una situación más normal".
En el Riskbank consideran que la coyuntura desde la reunión de política monetaria celebrada en octubre se ha mantenido como esperaban, por lo que sus perspectivas económicas y las de inflación tampoco se modifican. Así, el banco sueco mantiene desde junio y lo hará hasta diciembre del año próximo su programa de compra de bonos soberanos por valor de 45.000 millones de coronas suecas (casi 4.300 millones de euros). Ahora confía en que "la economía se equilibre en los próximos años y considera que hay buenas condiciones para que la inflación se mantenga cerca del objetivo en el futuro", añade la entidad.
La entidad recuerda que si las perspectivas económicas y las de inflación cambiaran, la política monetaria podría necesitar un reajuste. "Unas perspectivas mejores justificarían una tasa de interés más alta", añade. Si, por el contrario, la economía se desarrollase más débilmente de lo previsto podría haber nuevos recortes de tasas y la política monetaria sería "más expansiva".
El Riskbank advierte de que los hogares suecos están muy endeudados y, por lo tanto, son "sensibles a los cambios en las condiciones económicas". Para reducir los riesgos vinculados a ese endeudamiento y abordar los problemas estructurales en el mercado inmobiliario sueco hace falta en su opinión "una política de vivienda e impuestos y una política macroprudencial adecuada".
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