Cautela al alargar la duración

La inversión en deuda a largo plazo se abre paso tras la pausa de tipos del BCE y la Fed

El interés de la deuda de larga duración sigue a la baja y deja atrás la tensión de mediados de octubre en mitad de la moderación del tono de los bancos centrales, la caída de la inflación y el escaso impacto de la guerra de Israel.  

Panel de la Bolsa con índices
La inversión en deuda a largo plazo se abre paso tras la pausa de tipos del BCE y la Fed. 
EUROPA PRESS

La deuda pública en tramos de corta duración se ha convertido en una de las apuestas estrella de los gestores este 2023. La progresiva normalización de los tipos de interés y la incertidumbre sobre el techo del endurecimiento monetario ha llevado a los inversores a 'cubrirse las espaldas' de esta manera en aras de evitar un nuevo golpe tras el batacazo de la renta fija el año pasado. Ahora que el Banco Central Europeo (BCE) ha decretado una pausa después de ejecutar diez aumentos consecutivos, hasta situar la tasa de referencia del dinero en el 4,5%, su nivel más alto desde 2001, y la mayoría de analistas da por finalizadas las subidas, la duda está en si es el momento adecuado para alargar los plazos. 

En mitad de la desescalada que están experimentando los bonos desde el pico de mediados de octubre, en plena incertidumbre sobre la guerra entre Israel y Hamás, lo cierto es que los analistas abogan por la prudencia. "Lo importante es gestionar los tiempos en la normalización de la renta fija", señala Víctor Alvargonzález, fundador y CEO de la firma independiente Nextep Finance. El experto destaca que si bien en un contexto en el que la pausa de los tipos de interés se da por hecha y "debe mirarse a plazos un poco más largos", este proceso debe ser gradual con el objetivo de blindar la inversión de "cualquier sorpresa" que puedan dar los datos macroeconómicos. 

"Todavía puede haber algún susto, por lo que recomiendo un aumento de duración gradual y diversificado", subraya. Bajo la incógnita de cuándo y qué banco central entre los principales a nivel mundial será el primero en comenzar a reducir tipos, la rentabilidad de la deuda de algunas economías han comenzado a replegarse esta semana, provocando una subida de precio, ya que se mueven de forma inversa. Un comportamiento considerado normal en el marco de las estadísticas de las últimas cuatro décadas. Desde 1984, el precio de los bonos siempre ha mejorado cuando los bancos centrales llegaban a la pausa, según asegura el director de inversiones de Finacess Value, David Ardura.

En este sentido, destaca el interés del bono español a diez años que marca su nivel más bajo desde principios de septiembre al caer al 3,6%, con un retroceso de 325 puntos básicos si se tiene en cuenta el pico del 4% que marcó en octubre, máximos de casi una década. Sigue la estela de otras referencias en renta fija como el 'bund' alemán, que también acumula siete sesiones consecutivas a la baja, evolución que coincide con el momento en el que el BCE anunció la ansiada pausa, así como del bono americano, que se repliega desde la barrera del 5% que cruzó hace unos días y llega este viernes al 5%. En una proporción similar, estos descensos también se dan en la deuda a dos años, con una caída media de 300 puntos en los tres casos. 

Después de varios meses de castigo, la renta fija toma oxígeno con el citado bono americano liderando la batuta. "Todo parece indicar que la apuesta de los inversores es diferente, dando por hecho que, a partir de ahora, los tipos sólo pueden bajar", apuntan desde Link Securities, al tiempo que instan a la cautela. Así, con la TIR de los bonos ha aflojado el paso influenciada también por el deterioro de la actividad económica y por la inflación, que se ha moderado al 2,9% en octubre, cerca del objetivo del BCE, los vientos de cola se imponen en la renta fija con una "rapida recuperación", aunque todavía sea pronto para cantar victoria. En un escenario central, el horizonte que se baraja para el inicio del recorte de los tipos de interés es mediados de 2024, como pronto. 

Frente a las señales que invitan a actuar con precaución, casa de análisis como UBS consideran que el momento que atraviesa la renta fija supone un "punto de entrada idóneo". "Ahora que las subidas de tipos quedan cada vez más atrás, los inversores deberían mirar hacia el futuro, hacia la fase posterior al ciclo de subidas y, por lo tanto, diversificar la exposición más allá de la curva, donde las posibles ganancias de capital son mayores en caso de bajada de los tipos de interés", argumenta Jaime Raga, jefe de relación con clientes de UBS Iberia, al tiempo que señala que el mercado están ante "una oportunidad de oro". 

A este respecto, el experto defiende que históricamente los tipos a largo plazo han registrado una caída brusca después de concluir el ciclo de subidas de tipos, sobre todo, en los tramos más largos, en los que "la duración representa un factor determinante para las plusvalías". "Mientras los bancos centrales se paran a reflexionar, la propuesta de valor de la renta fija parece convincente. Las TIR más altas de la última década ofrecen un atractivo punto de entrada, mientras que la perspectiva de tipos más bajos implica que podrían producirse importantes ganancias de capital", agrega. 

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