Máximos históricos

La 'línea roja' de la bolsa japonesa para seguir generando altas rentabilidades

Desde principios de abril, la rentabilidad del mercado japonés ha sido inferior al esperado porque los inversores son cada vez más conscientes de los aspectos negativos de la depreciación del yen.

La Bolsa de Tokio sube a nuevos máximos de 33 años.
La Bolsa de Tokio sube a nuevos máximos de 33 años.
DPA vía Europa Press

Más allá de Wall Street otros mercados este año están despegando de manera importante por múltiples factores. Japón se ha convertido, por ejemplo, en una de las regiones preferidas de las firmas de análisis. Muestra de ello es que el Nikkei 225, índice de referencia de la bolsa nipona, sigue merodeando la zona de máximos históricos y despunta más de un 16% desde principios de año. ¿Cuál es el potencial que puede haber a partir de este punto?

Como contexto, cabe decir que el Banco de Japón tomó por fin la esperada decisión de dejar atrás los tipos negativos. Aunque la reacción de los mercados a este movimiento largamente anticipado fue positiva, todavía quedan algunos cabos sueltos: si es un movimiento hacia la normalización, si afecta a la sostenibilidad de la deuda o las consecuencias para los inversores globales.

John Butler, experto macroeconómico de Wellington Management, comenta que la posible inestabilidad de los bonos del Estado japoneses y una mayor debilidad del yen podrían poner en peligro la consideración de Japón como ancla del mercado global y suscitar dudas sobre la sostenibilidad de la deuda.

“Una posible solución para que el país pueda dejar atrás su experimento político de una década sería convencer a las entidades de crédito nacionales para que vuelvan a invertir en deuda pública japonesa”, explica. 

"Sin embargo, esta medida provocaría un descenso de la demanda japonesa de activos globales y eliminaría un factor clave que ha contribuido a mantener bajos y estables los rendimientos globales y las primas de riesgo", añade al respecto.

Los datos del Banco de Pagos Internacionales (Bank of International Settlements) indican que Australia y los países de la zona euro, en especial Francia, podrían ser los más afectados por esta inversión de los flujos de capital, que coincide con el debilitamiento de la demanda de otras economías con superávit elevado, entre las que destaca Alemania.

Para JP Morgan la depreciación del yen es vital para observar un potencial más allá de la bolsa japonesa, aunque esa devaluación progresiva tiene un límite para no pasarse de rosca: los 157 dólares por yen. “A partir de ese nivel en adelante, la perspectiva entonces sí sería negativa”, asegura el banco de inversión.

Desde principios de abril, la rentabilidad del mercado japonés ha sido inferior al esperado porque los inversores son cada vez más conscientes de los aspectos negativos de la depreciación del yen. 

"Creemos que la presión al alza sobre los tipos de interés en yenes y los salarios reales aumentará en torno a 157 yenes/dólar, lo que será negativo para las acciones si se excede esa cifra, aunque impulsará la rentabilidad de las compañías del sector financiero”, apunta JP Morgan en su informe.

Hasta la fecha, el 20% de las empresas han anunciado sus resultados del primer trimestre, con unas ventas que han crecido un 3% interanual, unos beneficios recurrentes de más del 5,5% y unos beneficios netos del 12,4%.

Las reacciones de los precios de las acciones a los anuncios de beneficios tuvieron un sesgo algo negativo, en medio de un deterioro de la confianza del mercado debido a la alta probabilidad de que los tipos de interés de Estados Unidos se mantengan altos durante mucho tiempo y al riesgo geopolítico.

“Creo que, con el paso del tiempo, el reajuste de la economía japonesa brindará nuevas oportunidades a los gestores activos, tanto en lo que respecta a clases de activos como a valores”, ahonda Butler sobre las posibilidades a largo plazo que puede haber en el mercado japonés con el contexto actual.

“De momento, me inclino por que los inversores se centren en las señales que indiquen que el Banco de Japón podría actuar más rápido de lo que esperan la mayoría de los observadores, lo que conllevaría posibles alteraciones en los mercados”, resalta el experto macroeconómico de Wellington Management.

Asia se calienta más allá de Japón

Pero al margen de Japón, otros mercados como el de China están empezando a beber de los vientos de la recuperación. De hecho, el CSI 300 ha remontado más de un 8% en los mercados y muchos analistas hablan de “posible suelo”. 

Según JP Morgan, el repunte del beneficio por acción de las compañías ayuda a confirmar que China se encuentra en “una fase temprana de recuperación”, mientras que la mayoría de los mercados asiáticos se hallan en una fase tardía.

“En los mercados emergentes, el contexto de crecimiento mundial sugiere una ampliación más allá de Estados Unidos, aunque el esquema de la inflación sigue siendo dominante a corto plazo”, dice la entidad financiera norteamericana. “Pensamos que lo peor en este sentido podría ya haberse visto”, concluye.

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