Valor refugio

El oro pierde interés para cubrirse ante la inflación: el bitcoin calienta motores

La situación económica actual hace que muchos se planteen si el metal dorado sigue erigiéndose como ese escudo defensor que representó años atrás. 

El oro, activo de referencia contra la inflación.
El oro, activo de referencia contra la inflación.
Pixabay

El oro es uno de esos activos a los que todo el mundo mira cuando se producen entornos de mayor inflación. Su carácter de valor refugio le ha brindado ese status de protector de las carteras cuando los precios han ido repuntando de manera acelerada. Una situación similar a la actual, como consecuencia del despegue de la demanda tras la pandemia del coronavirus y por los problemas de cubrirla como consecuencia de los cuellos de botella en las cadenas de suministro.

Este clima hace que muchos se planteen si el metal dorado sigue erigiéndose como ese escudo defensor ante una escalada de la inflación como la que se vive actualmente y el resultado empieza a ser distinto que años atrás.

Un último estudio elaborado por los economistas Claude B. Erb, Campbell R. Harvey, profesor de la Universidad de Duke, y Tadas E. Viskanta, gestor patrimonial Ritholtz desvela por qué el oro ya no puede ser una cobertura tan interesante como en el pasado ante escenarios inflacionarios.

Los autores describen que, actualmente, el precio real del oro ajustado a la inflación es casi tan alto como en enero de 1980 y agosto de 2011. “Desde 1975, se han producido períodos de altos precios reales del oro durante períodos de gran preocupación por la alta inflación futura de precios”, aseguran.

Cinco años después de los picos de precios reales de enero de 1980 y agosto de 2011, los precios nominales (reales) del oro cayeron 55% (67%) y 28% (33%), respectivamente. El alto precio real del oro en la actualidad sugiere que el oro es una costosa protección contra la inflación con un bajo rendimiento real prospectivo. “Sin embargo, la financiarización masiva pasiva" de la propiedad del oro por parte de los ETF puede introducir un período de ‘exuberancia irracional’”, concretan los expertos.

El estudio busca demostrar que, durante algunos períodos importantes de inflación como la de finales de los 70, el oro no fue una cobertura. Tampoco en otros períodos. Y ahora no está a precios adecuados.

“Si los altos precios del oro, debido a los altos niveles de preocupación por la inflación, no recompensaron los temores de una alta inflación en 1980 y 2011, ¿por qué debería hacerlo ahora? Los datos que proporcionan son convincentes y dan un buen equilibrio a la propagación del miedo a la inflación que es bastante fácil de racionalizar cuando el gobierno federal está tomando iniciativas tan extremas”, destacan a lo largo del estudio.

Sin embargo, el trabajo solo se centra en dos picos de volatilidad, lo cual no es representativo de todas las etapas en la que los precios han despegado a nivel generalizado en el planeta. “Es imprescindible antes de descartar definitivamente al oro como cobertura de inflación, ver algunos picos más anteriores y, de momento parece claro que debemos sospechar que no funciona bien en esta función”, afirma José Luis Cárpatos, director de inversiones Gloversia Eafi.

“El paper no es absolutamente concluyente, por haber estudiado solo dos picos de volatilidad, pero parece mostrar con muchas posibilidades que el oro no es a los precios actuales un buen refugio contra la inflación, aunque, en cualquier caso, hay que analizarlo por sí mismo y por otras variables, que pueden indicarnos más subidas a medio plazo”, añade.

El bitcoin le roba el puesto al oro

A todo esto, hay que añadirle el debate sobre si el bitcoin se va a convertir en una especie de oro digital con el que combatir la inflación. Los últimos datos apuntan hacia esa dirección. El lanzamiento de un ETF sobre oro tardó alrededor de 4 días en alcanzar los 1.000 millones de patrimonio. Sin embargo, el primer fondo cotizado sobre Bitcoin, logró captar esa misma cifra en escasas horas. El interés ha cambiado de bando.

El criptoactivo por excelencia ha estado rompiendo todos los esquema últimamente, superando los 65.000 dólares. En el último mes ha duplicado su cotización, mientras que el metal amarillo ha bajado un 7,3% en el mismo lapso de tiempo.

El Bitcoin ha experimentado grandes fluctuaciones en este ejercicio, pero eso no parece molestar a los inversores. Según una nota realizada por JPMorgan, “los inversores institucionales parecen estar volviendo al Bitcoin, tal vez viéndolo como una mejor cobertura contra la inflación frente al oro”.

La nota no sorprende a aquellos que han estado siguiendo las inversiones en Bitcoin en 2021. En abril, el exchange de criptomonedas, Coinbase, señaló en su informe del primer trimestre que de los 335.000 millones de dólares en operaciones que la compañía obtuvo durante ese periodo, 215.000 millones provenían de más de 8.000 inversores institucionales.

Parte de la motivación para que estos inversores de gran capital inviertan en Bitcoin y otras criptomonedas similares es su protección agregada contra la inflación. “El resurgimiento de las preocupaciones sobre la inflación entre los inversores ha renovado el interés en el uso de Bitcoin como cobertura de la inflación”, ahonda el informe.

Recientemente, algunos inversores conocidos le han dado a las criptomonedas su gesto de aprobación. Dawn Fitzpatrick, directora del hedge fund de George Soros, Soros Fund Management, reveló en que el vehículo que gestiona tiene exposición a algunos criptoactivos. La tendencia ya está clara.

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