El petróleo coge carrerilla ante el temor a más ataques a infraestructuras saudíes

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Europa Press

Nuevas presiones alcistas para el precio del petróleo. El ataque a dos instalaciones de la estatal saudí Aramco, la mayor petrolera del mundo, hace unos días ha marcado un antes y un después en el mercado de materias primas. La firma va a tardar más tiempo del previsto en restablecer su producción y esto, sumado al temor a que se produzcan más boicots, ha añadido más tensión y se traduce en subidas superiores al 1% para el barril.

El de Brent para entrega en noviembre, referencia en el caso de Europa, se aprecia hasta los 65,06 dólares; mientras que el de crudo ligero West Texas avanza hasta los 58,76 dólares. Su precio ha mostrado bastante fortaleza esta madrugada en los mercados asiáticos, tal y como explica Juan J. Fernández-Figares, responsable de análisis de Link Securities. 

El riesgo de que se produzcan nuevos ataques a infraestructuras petroleras saudíes, según ha advertido este fin de semana una facción de los rebeldes yemeníes Hutíes a diplomáticos occidentales; los rumores de que Saudi Aramco va a tardar más tiempo del anticipado oficialmente en recuperar la producción plena de las instalaciones que fueron atacadas, son la causa de este movimiento. 

Desde Bank Degroof Petercam enumeran varias alternativas que deberían compensar a corto plazo la reducción de la producción. Entre ellas estarían, hacer uso de las propias reservas de Arabia Saudí u otros países, como EEUU, y la supresión de las restricciones de producción de la OPEP+, que incluye también a países como Rusia.

En este contexto, los expertos de la banca privada belga sitúan el breakeven del precio del crudo a largo plazo en torno a 70 dólares por barril y, advierten además de que, más allá de los efectos en el mercado, el ataque a las instalaciones de Aramco podrían traer otro tipo de consecuencias “utilizándose como pretexto para el estallido de un conflicto militar”.

Las presiones sobre el precio del crudo tienen otro tipo de consecuencias. En el caso de Estados Unidos, han permitido a la Reserva Federal justificar su última rebaja de tipos en un momento en que la primera economía del mundo apenas registra síntomas de desgaste y como apunta Mati Greenspan, analista senior de eToro, Powell puede ahora "decir con confianza que las tensiones globales geopolíticas están creando vientos en contra”. 

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