Crecimiento vs valor

Por qué el inversor impaciente tiene que aprender de la burbuja de las puntocom

El último mercado bajista, que se extiende desde 2021, ha dejado una rastro de rebajas en valoraciones que puede hacer pensar en que los valores más castigados tendrá una segunda oportunidad.

Gráfico burbuja puntocom
Crecimiento (growth) vs valor (value), el pulso de la velocidad o la paciencia.
Nerea de Bilbao (Infografía)

Benjamin Graham fue uno de los precursores el 'value investing'. El estilo de inversión caracterizado por invertir en valores excesivamente castigados por el mercado y con gran potencial de revalorización por delante por esa penalización. Siempre señaló que una inversión exitosa requiere “paciencia para esperar oportunidades que pueden estar espaciadas con años de diferencia”. No obstante, añadía, una vez que surgen esos momentos, también exige la disciplina para apegarse a ellos a medida que se desarrollan con el tiempo. Y ese es un punto que los inversores de hoy podrían recordar.

Después de esperar 15 arduos años para que el valor comenzara a superar el crecimiento, algo que comenzó a producirse a principios de 2021, algunos inversores ya están dando la espalda al incipiente repunte. A medida que los tipos de interés se han normalizado, se escuchan conversaciones en las que las personas se preguntan en voz alta si se han perdido rebote.

Los datos de los flujos de fondos respaldan esta tendencia lejos del valor para los minoristas. En noviembre, el fondo cotizado en bolsa con las mayores entradas netas fue Invesco QQQ Trust, que posee las acciones de mayor crecimiento en el Nasdaq, casi la mitad de las cuales son tecnológicas.

Por el contrario, el ETF con las mayores salidas individuales en noviembre fue el ETF Vanguard Value, aunque el mes de diciembre mostró un poco de reversión de estos flujos. En definitiva, son tendencias sorprendentes teniendo en cuenta que el QQQ bajó más del 30% durante el último año que finalizó el 31 de diciembre de 2022, mientras que el ETF Vanguard Value solo descendió aproximadamente un 2% durante el mismo período.

Lo mismo sucedió poco después del estallido de la burbuja de las puntocom en el 2000, cuando el valor de las empresas de pequeña capitalización comenzó a eclipsar el crecimiento de las grandes capitalizadas. Apenas un año después del naufragio tecnológico, algunos inversores que llegaron tarde al ciclo de valor asumieron que habían perdido su ventana y optaron por apostar por acciones de gran crecimiento, que asumieron erróneamente que eran gangas solo porque el precio de sus títulos había caído.

Esa resultó ser una apuesta perdedora. Aquellos que invirtieron en acciones de compañías que se encontrraban en el índice de Tecnologías de la información de Standard & Poor's 500 perdieron un año después del año 2000 un 29% acumulativamente durante los siguientes cinco años. Por el contrario, aquellos que mantuvieron la paciencia y continuaron invirtiendo en valor de pequeña capitalización ganaron un 89%, según el Russell 2000 Value Index desde principios del 2001 hasta el 2005.

“Para los inversores de hoy que se preguntan si es demasiado tarde para aceptar el valor, esa experiencia debería ofrecer una pista importante”, comenta Atlantic Capital en una nota reciente. “El crecimiento y el valor tienden a turnarse para liderar el mercado, pero los ciclos suelen durar años, no días”, añade.

También se destaca un punto importante: la inversión en valor y “comprar en las caídas” no son lo mismo. El hecho de que los títulos de crecimiento populares que alguna vez fueron los favoritos del mercado hayan bajado considerablemente desde su punto máximo no significa que sean baratos. O lo suficientemente baratos como para que merezca la pena comprarlos. Es posible que tengan más espacio para caer.

Un repaso al pasado

Mirando hacia atrás en el año 2000, los inversores que compraron acciones de crecimiento que parecía que habían capitulado en las caídas no pensaban como verdaderos cazadores de gangas. Como señaló Graham, el inversor inteligente se centra en los fundamentales y siempre es consciente de incorporar un margen de seguridad a su estrategia.

A finales del 2000, el valor de pequeña y mediana capitalización aún tenía un precio más atractivo que el crecimiento de la gran capitalización, incluso después de las grandes pérdidas de la tecnología. Por ejemplo, la rentabilidad de los beneficios del sector de Tecnología de la Información del S&P 500, que mide los beneficios por acción generados por una inversión dividida por el precio por acción, fue del 3,1%. Eso estuvo muy por debajo del rendimiento de beneficios del 7,4% para el índice Russell 2000 Value.

“Quizás si el rendimiento de las ganancias de la tecnología hubiera sido más alto que el tipo de interés pagado por activos ‘libres de riesgo’ como las letras del Tesoro, podrían haber tenido algún atractivo, pero ese no fue el caso”, aseguran desde Atlantic Capital. “El rendimiento de las ganancias Tech en diciembre de 2000 fue 2 puntos porcentuales más bajo que lo que pagaban las letras del Tesoro; es decir, su prima de riesgo de mercado era negativa”, ahondan.

¿Por qué alguien apostaría por una inversión que lo expone a mayores riesgos de mercado cuando podría ganar más con efectivo sin riesgo? Este es un punto importante para considerar ahora que salimos de un período prolongado de tipos anormalmente bajas.

Los inversores impacientes que están pensando en comprar acciones de crecimiento a precios de derribo deben comprender que la situación refleja la era de la burbuja de las puntocom. La prima de riesgo de mercado para las acciones tecnológicas vuelve a ser negativa

Mientras tanto, con rentabilidades de los beneficios del 10,5% y el 7,4%, respectivamente, las acciones de los índices Russell 2000 Value y Russell Midcap Value parecen mucho más atractivas que las tecnológicas de gran capitalización, incluso después de la caída de 2022.

“Esto enfatiza por qué los inversores deben evitar actuar por instinto y, en cambio, centrarse en los fundamentales, especialmente en un momento en que los riesgos del mercado están en aumento”, terminan estos expertos.

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