El Bitcoin está aunando una serie de emociones contrapuestas en las últimas fechas. Su correlación con la bolsa es cada vez mayor y, en especial, con el sector tecnológico. Cuando el índice tecnológico Nasdaq remonta, también los suele hacer el conjunto del ecosistema cripto. De hecho, la criptomoneda de referencia parece haber encontrado cierta contención entre los 28.000 y los 30.000 dólares, aunque muchos expertos apuntan a que aun es demasiado pronto para decir que los activos digitales han alcanzado su suelo, después del colapso que sufrieron la semana pasada que borró del mapa 400.000 millones de dólares en valor de mercado.
La referencia ahora del precio del Bitcoin se sitúa sobre esa barrera psicológica de los 30.000 dólares. El sector cripto de mayor capitalización cotiza cerca de los niveles más bajos desde finales del 2020 después de una caída, iniciada por el desbordamiento de la bolsa y alimentada por el colapso de Terra Luna, una stablecoin diseñada para no ser volátil, que eliminó un 25% de la capitalización de mercado de la semana pasada.
Si bien el Bitcoin está firmemente en niveles mucho más altos desde las profundidades de las operaciones de la semana pasada, que lo vieron tocar la zona de los 26.000 dólares, continúa cambiando de manos a menos de la mitad de su máximo histórico cerca de los 69.000 dólares, alcanzado hace poco más de seis meses.
"Pequeñas cantidades de compras por inmersión tentativamente dieron un impulso al Bitcoin, pero gran parte del mundo minorista e institucional todavía tiene heridas de gran calado por el reciente colapso", asegura Edward Moya, analista del bróker Oanda. "La confianza es débil en el criptoentorno y hasta que las preocupaciones de las stablecoins disminuyan, Bitcoin está luchando literalmente por su vida", añade.
Es una tendencia que se ha trasladado a otros criptoactivos de referencia como Ether, la segunda divisa digital más grande del mundo, que ha perdido hasta un tercio de su valor en las últimas dos semanas, cayendo sobre los 1.900 dólares. Además, las criptomonedas más pequeñas, o altcoins, como Solana y Cardano también sufrieron.
El colapso de Luna y las incertidumbres
Los beneficios de las criptomonedas se producen en medio de lo que parecen ser unos días en los que se habla del rebote de corto plazo tras la ola de ventas tan importantes que se ha observado en Wall Street. En especial, en S&P 500, Dow Jones y Nasdaq. Ahora ya se habla de que el dinero institucional puede entrar en movimiento.
Con este contexto, Bitcoin y sus homólogos deberían, en teoría, cotizar independientemente de los principales mercados, pero han demostrado estar en gran medida correlacionados con otros activos sensibles al riesgo, especialmente las acciones tecnológicas.
“Esto ha resultado ser doloroso, ya que el Nasdaq, con muchas acciones del sector, entró en un mercado bajista en las últimas semanas, con una pérdida del 26% en lo que va del año”, dicen los analistas de Jefferies en un reciente informe. La última caída de activos digitales también se vio acelerada, como no podía ser de otra manera, por el colapso de dos de los 10 tokens más grandes del planeta: la 'stablecoin' TerraUSD y el token asociado Luna.
TerraUSD, destinado a estar vinculado uno a uno con el dólar estadounidense, perdió esa paridad directa hace más de una semana y cotizaba alrededor de 9 centavos por dólar el lunes. Mientras, el token asociado llamado Luna ya ha perdido casi el 100% de su valor. El colapso de las dos criptos eliminó directamente unos 45.000 millones de dólares en valor de mercado y provocó caídas en Bitcoin y otras fichas.
“A medida que el régimen monetario que impulsó el repunte de las criptomonedas se desvanece, creemos que los inversores deberían evitar tratar de tocar fondo con estos activos altamente especulativos”, apunta en esta línea Mark Haefele, director de inversiones de UBS Global Wealth Management. Un análisis que hace pensar que aún quedan niveles más bajos por ver dentro de este espacio.
“Los inversores con una visión a largo plazo pueden considerar la exposición a oportunidades de tecnología de contabilidad digital a través de plataformas seleccionadas y empresas habilitadoras, pero con mucho cuidado por las turbulencias que puede haber dentro del corto plazo”, sentencia el experto.
