Supera los 40 billones de dólares

Por qué la temática de biodiversidad será el gran trampolín para el ánimo inversor

Los expertos subrayan el crítico papel que desempeña la naturaleza para lograr sociedades saludables, resilientes y empresas prósperas, al tiempo que urgen a un cambio de enfoque en la economía.

Por qué la temática de biodiversidad será el gran trampolín para el ánimo inversor
Por qué la temática de biodiversidad será el gran trampolín para el ánimo inversor
UAM vía Europa Press

La importancia de la biodiversidad es fácil de comprender, pero no tan fácil de medir. Algunos lo han intentado y sus conclusiones resultan, cuando menos, sorprendentes. El Foro Económico Mundial y Swiss Re estiman que el valor de la biodiversidad supera los 40 billones de dólares, es decir, aproximadamente el doble del PIB de Estados Unidos y más de la mitad del PIB mundial.

“Si este cálculo se acerca algo a la realidad, es evidente que dañar nuestro capital natural va en contra de toda lógica y resulta muy caro a la larga”, comentan desde Vontobel. En esta misma línea, el estudio de Dasgupta apunta al coste oculto que representa la liquidación de activos del capital natural como obstáculo para la creación de valor a largo plazo.

Según estudios recientes, reducir la pérdida de biodiversidad actúa como un potente amplificador en todos los órdenes de la agenda de ODS de la ONU, sumando tanto lo que se gana como lo que se pierde. Por el contrario, la actual degradación de la biodiversidad y los ecosistemas está frenando el avance para la consecución del 80% de los ODS relacionados con el agua, el suelo, la vida marina, la salud y la pobreza.

Para dar una idea de su valor económico potencial, el Foro Económico Mundial informó en 2020 de que la generación de valor de 44 billones de dólares -más de la mitad del PIB total mundial- depende moderada o altamente de la naturaleza y, en consecuencia, está expuesta a riesgos materiales derivados de su pérdida.

“En nuestra opinión, nos encontramos justo al principio de una nueva e importante tendencia de inversión a largo plazo que debe explorarse y definirse mejor”, asegura el equipo de Inversión, Investigación Macroeconómica y de Mercados y Soluciones ESG de Generali Insurance Asset Management.

El gran potencial

El impacto de reducir la pérdida de biodiversidad no es nada desdeñable. Por biodiversidad se entiende la totalidad de las formas de vida que intervienen en la evolución de un ecosistema, entre las cuales se crea un equilibrio y que promueven la existencia de vida. La biodiversidad contribuye a la formación de las fuentes naturales que permiten la supervivencia: alimento, agua limpia, sustancias medicinales y refugio.

Además de satisfacer las necesidades básicas humanas, preservar y restaurar los ecosistemas puede contribuir de manera muy significativa al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Y, al igual que en el caso del cambio climático, que ya ha atraído sobre sí el foco de atención de todo el mundo, los inversores y la sociedad en general pueden beneficiarse de soluciones que persigan la protección de la biodiversidad.

“La atención política podría llevar a las empresas a cambiar sus estrategias e impulsar el aumento del BPA para las empresas que destaquen en este ámbito”, dice Tedesco. Se ha visto antes: con los incentivos para el uso de energía limpia, por ejemplo, y cómo ha promovido el cambio de actitud entre los inversores.

Si es cierto que la historia se repite, las soluciones centradas en la biodiversidad podrían ser el destino de su dinero con una perspectiva a largo plazo. “Invirtiendo en empresas que dirigen sus esfuerzos a la solución de problemas y trabajan para conseguir mejoras significativas, reutilizando, reciclando y realizando una buena gestión de residuos y fin del ciclo de vida de sus productos, los inversores pueden reducir la pérdida de biodiversidad al tiempo que pueden beneficiarse de oportunidades de crecimiento a largo plazo y unos sólidos retornos”, analiza.

La conversación está pasando de la teoría a la acción. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad de 2022 (COP15), 188 países acordaron el objetivo de proteger el 30% de las zonas terrestres y el 30% de las zonas costeras y marinas de aquí a 2030, como parte del histórico Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal.

“El marco pretende aumentar sustancialmente la financiación de la biodiversidad y apalancar la financiación privada para impulsar el flujo de inversiones”, explican desde Generali Insurance Asset Managment. Incluye la movilización de 200.000 millones de dólares anuales en financiación nacional e internacional relacionada con la biodiversidad (pública y privada), aumentando los flujos financieros internacionales de los países desarrollados a los países en desarrollo hasta al menos 20.000 millones de dólares anuales en 2025 y 30.000 millones anuales en 2030.

Un ejemplo del impacto de la biodiversidad en la inversión sería, por ejemplo, las abejas. Son consideradas una parte esencial del sistema de alimentación, ya que el 35% de la producción mundial de alimentos depende de un proceso natural de polinización. La producción anual vegetal del mundo, por valor de entre 235.000 millones de dólares y 577.000 millones de dólares, está en peligro como consecuencia de la pérdida de polinizadores.

“Su importancia para conseguir el ODS 2 es más que evidente, y es tanta, que una reducción significativa de su número pondría en peligro la supervivencia de la especie humana. De igual modo, la salud y la calidad del suelo son fundamentales para la fertilidad de las áreas de cultivo y su productividad”, argumenta Tedesco. Y, sin embargo, la degradación del suelo ya ha reducido la productividad del 23% de las zonas terrestres mundiales.

Por su parte, los manglares son un agente natural de contención, gracias a su capacidad para capturar y almacenar dióxido de carbono, estabilizar las líneas costeras y actuar como protección contra tsunamis y la erosión de la costa. Sucede algo similar con los arrecifes de coral.

“El aumento de la pérdida de hábitats costeros y de la protección natural incrementa los riesgos de daños por inundaciones y huracanes a los que se exponen la vida y los bienes materiales de una población de entre 100 y 300 millones de personas que vive en zonas de costa con alto riesgo de inundación y, por ello, la protección de los manglares es una solución obvia”, añade la experta de Vontobel.

Así, el déficit de financiación de la biodiversidad es difícil de medir, pero según un estudio del Instituto Paulson, para que la COP15 tenga éxito, los flujos totales de inversión anual en conservación de la biodiversidad deben pasar de unos 140.000 millones de dólares a 700.000-800.000 millones, es decir, multiplicarse por cinco.

“Esto significa nuevas oportunidades de inversión responsable para las próximas décadas. Se espera que los gobiernos apoyen al sector privado una vez que la definición y el seguimiento de los riesgos y oportunidades de la biodiversidad sean más claros”, finalizan desde la gestora italiana.

Mostrar comentarios