De emerger como un fenómeno financiero a encontrarse al borde del precipicio. Las criptomonedas viven su ‘annus horribilis’ en el catorce aniversario desde la creación del bitcóin. La quiebra de FTX, que amenaza con arrastrar a Binance, ha puesto sobre la mesa las debilidades de estas monedas digitales, poniendo de relieve la letra pequeña de invertir en un sistema ajeno a la regulación. Detrás de este ‘cripto-invierno’ se encuentran millones de inversores que en su día fueron atraídos hacia este producto con la promesa de suculentas revalorizaciones. Sin embargo, la realidad es otra.
Un informe elaborado por JPMorgan arroja que la vasta mayoría de inversores han perdido dinero por el camino. De una muestra de cinco millones de clientes que realizaron transferencias de efectivo de entidades bancarias a cuentas de criptomonedas se extrae que más de la mitad lo hicieron cuando el valor de los criptoactivos estaba por encima de los 40.000 dólares. En el momento actual, el bitcóin se encuentra en los 18.000 dólares, mientras que el Ethereum -otra de las ‘criptos’- de referencia se mueve en el entorno de los 1.300 dólares. En ambos casos la pérdida supera el 70% desde máximos de 2021.
La razón, según arroja el documento ‘Dinámica y demografía del uso de criptoactivos en los hogares estadounidenses’, descansa en el hecho de que el número de inversores nuevos crece cuando se registran picos en el precio, de ahí las pérdidas que contabilizan. Si se analiza una muestra que va de 2015 a 2022, la cantidad de ‘criptousuarios’ que realizaron sus primeras transacciones se concentra en un conjunto de días que abarca menos de cinco meses en ese periodo temporal. Y todos coinciden con un repunte del precio mensual superior al 25%.
Hombre, ‘millennial’ y asiático es el perfil predominante
La pandemia ha sido un tiempo de gancho para aquellos que sentían curiosidad en este mercado. Si antes de 2020 la cifra de población asentada en EEUU que alguna vez ha invertido en ‘criptomonedas’ ascendía al 3%, en junio de 2022 alcanzaba el 13%, lo que en la práctica supone unos 43 millones de personas. “La tendencia en los flujos sigue la dinámica de los ahorros de las familias, que alcanzaron máximos históricos a principios de la pandemia, pero ahora han comenzado a revertirse”, señalan en la investigación. Pese a ello, el flujo de salidas de los clientes minoristas han sido más recurrente en los últimos años que las entradas.
Una media de 620 dólares en cartera
El perfil predominante se corresponde con un hombre, ‘millennial’ y asiático. De hecho, tan solo un 4% de los ‘boomers’ y un 11% de la ‘generación X’ ha destinado dinero en ellas. Llama la atención que ellos, además de estar más interesados en criptomonedas, emplean una cantidad mayor. La mediana de las transferencias brutas de los varones alcanza los 1.000 dólares, frente a los 400 dólares de las mujeres.
Si bien en todos los grupos raciales analizados se observa que la participación en criptomonedas aumenta a medida que la renta es más elevada, dado que tienen mayor capacidad para absorber los riesgos, las participaciones en cartera a título individual son relativamente pequeñas. El promedio movilizado entre 2015 y la primera parte de 2022 asciende a 620 dólares con una tenencia media que apenas llega a una semana de salario. De esto también se deduce la probabilidad de que el nivel de ingresos del prototipo de usuario sea bajo.
Dentro de esta estadística, el 15% ha transferido a su ‘criptomonedero’ más de un mes de nómina. Esto les hace más vulnerables de cara al hundimiento de su valor en el último año. “A pesar de la exposición relativamente modesta, un pequeño subconjunto de la población puede estar en riesgo financiero ante futuras caídas”, precisan desde la firma estadounidense. Otra de las diferencias significativas es que las personas con niveles educativos más bajos adquirieron activos criptográficos cuando su precio estaba más alto.
Bruselas impulsa una cruzada contra las 'criptos'
El auge y caída de Sam Bankman-Fried como fundador de la citada FTX, que se encuentra detenido en Bahamas, ha provocado que organismos e instituciones a nivel mundial intensifiquen sus advertencias sobre este producto. La Comisión Europea ya estudia la opción de exigir a los proveedores de criptoactivos, entre las que se encuentran las aplicaciones de compraventa, la obligatoriedad de notificar los movimientos de personas residentes dentro de la UE en aras de agilizar la lucha contra el fraude o la evasión fiscal.
En España, la compañía Mundo Crypto ha despedido al 8% de la plantilla, unos 12 empleados, procedente del área de marketing. Su consejero delegado, Mani Thawani, ha admitido que el grupo ha tenido que elevar provisiones y ajustar costes en el marco del actual contexto económico, que contrasta con sus planes de renovar el equipo con hasta 35 trabajadores que se redistribuirán en diferentes secciones y, de momento, no planea cerrar oficinas.
El grupo lleva en el punto de mira de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) desde hace un tiempo, que la incluyó en su lista gris. El punto más álgido de la tensión se produjo este verano con la organización de un evento en Madrid. El regulador ya había advertido de que la empresa no contaba con autorización para prestar servicios de inversión o captar fondos, ante lo que defendieron que prestaban servicios educativos. La sombra del 'criptocrash' cada vez es más alargada.
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