El mayor coste de los proyectos de las renovables prolonga su declive en bolsa

Las compañías de energía renovable no logran despejar su horizonte y se mantienen como los 'farolillos rojos' de la Bolsa española. Tras su desplome en bolsa después de registrar máximos históricos a principios de año, ahora prolongan este declive por la ralentización en la ejecución de sus proyectos como consecuencia de los mayores costes que asumen. Entre otros, el alza de las materias primas y el colapso logístico hace que la recuperación de sus ventas se retrase aún más, con la fecha sin determinar ante el escenario inflacionista actual.

Este lunes Solarpack anunció la caída de su beneficio semestral casi al 100% "principalmente a la menor actividad constructiva para terceros registrada durante 2021". La compañía destaca que los resultados "están está en línea con las guías y con lo que preveían a principios de año para este ejercicio". Bajo su opinión, el hecho de que 2021 haya sido así tiene más que ver con los tiempos de sus proyectos en desarrollo que con una menor demanda. Aún así, Solarpack reconoce que los mayores costes (fundamentalmente por módulos) les han afectado, por ejemplo en los proyectos en construcción en Chile. La situación supone un lastre para su repunte en bolsa, donde registra una caída anual del 8%.

Su desplome es menor que otras compañías 'verdes' porque se encuentra inmerso en una la operación pública de adquisición (OPA) que emitió el fondo sueco EQT sobre la española el pasado mes de junio. La oferta le hizo recuperar parte de las pérdidas tras registrar sus máximos históricos al inicio del año, algunos analistas señalaron que se produjo el estallido de la burbuja renovable, y desde entonces apenas registra movimientos, cotizando próximo a los 26,5 euros por acción de la oferta.

No obstante, otras compañías del sector lideran las caídas anuales en la Bolsa española. El valor más bajista del sector renovable es Soltec, que desde el inicio del año se deja más del 55% de su valor. Solo la semana pasada perdió un 12% después de informar sobre las previsiones para el ejercicio 2021 motivadas por "las fuertes alteraciones que se están produciendo a nivel global tras la pandemia, afectando de forma coyuntural a las condiciones de la logística internacional, el coste y la disponibilidad de los recursos de personal, así como, a la producción de componentes electrónicos".

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Las mismas circunstancias presionan al resto del sector. De hecho, la semana pasada JP Morgan ya avisó de un menor crecimiento en las ventas de Siemens Gamesa por "retrasos en los pedidos" ante los mayores costes. El informe le hizo desplomarse en bolsa más de un 8% en solo un día y ya ocupa el segundo valor más bajista del Ibex. Por delante solo se sitúa Solaria, que pierde el 34,5% respecto al mes de enero, cuando enlazaba máximos históricos. La compañía fotovoltaica también se vio lastrada en la última semana por las perspectivas de los analistas de Goldman Sachs. Además, a estos valores se suma Grenergy, que produce energía sobre todo fotovoltaica, tras perder casi el 15% de su valor desde enero.  

En nueve meses el escenario ha cambiado para el sector, según destacan los analistas. Las compañías tienen dificultades para llevar a cabo sus proyectos ante el mayor coste de estos, que, a su vez, provoca una menor demanda. El alza de costes viene motivado por diversos motivos. Por un lado, el aumento de los precios de las materias primas, que registran un 'rally' inédito con récords. Materiales como el acero o el cobre se necesitan para la construcción de instalaciones o la producción de energía. 

Pero a ello también se suma el desafío logístico actual por el colapso marítimo. El repunte de la demanda ha provocado un desequilibrio con la oferta de contenedores, que no dan a basto para llevar toda la mercancía, por lo que el transporte de esta cada vez es más caro. Esta situación también supone cuellos de botella en muchas industrias, en especial la de las 'chips'. Los semiconductores son igualmente necesarios para la producción de energía renovable. Aún así, la compañía fundada por la familia Galíndez destaca que la tecnología solar fotovoltaica "sigue siendo la más competitiva para instalación de nueva potencia".

La tendencia bajista no cesa incluso ante el avance hacia la descarbonización y el aumento disparado del coste de la luz. De hecho, el banco de inversión Citi destacaba el potencial alcista de Solaria al beneficiarse de la factura de la luz con mayores ingresos y por las nuevas subastas impulsadas. Sin embargo, la incertidumbre parece imponerse y los inversores prefieren distanciarse. Solo se salva Acciona Energía, la filial de renovables del grupo con el mismo nombre que desde que debutó continúa al alza.