Banco Sabadell ya ha solicitado el 'divorcio' de la alianza inmobiliaria que mantenía con Cerberus, aunque todavía está pendiente de atar los términos. La entidad ha clasificado como activo no corriente en venta su participación del 20% del capital de la entidad bautizada con el nombre Promontoria Challenger. Ahora, los equipos deben sentarse para negociar los términos de salida una vez se realice la revisión del valor de los activos, sobre todo después de que esta participación le haya arrojado un agujero de 46,9 millones de euros al resultado consolidado del ejercicio 2021.
Se da la circunstancia de que el 100% de Promontoria Challenger ha perdido más de 180,6 millones de euros a cierre de 2021, lo que supone un engrosamiento de los 'números rojos' en cerca de 41 millones de euros (+29%) frente a los 139,8 millones de euros registrados en 2020. Banco Sabadell ha invertido en ella 225,2 millones de euros y ahora le ha reportado por su posición del 20% unas pérdidas de 46,9 millones de euros al resultado consolidado, según consta en el informe financiero anual remitido a la Comisión Nacional del Mercado Valores (CNMV).
Esta decisión la toma ahora con el objetivo de dejar a un lado el negocio relacionado con el sector inmobiliario y continuar centrándose en su Plan Estratégico con el que pretende mejorar su rentabilidad. Tras la gran crisis financiera de 2008, los balances de los bancos se vieron salpicados por un gran número de activos problemáticos. Fue unos años después cuando empezaron a desaguarlos para poder crecer de una forma más saneada. Los grandes fondos internacionales han tenido aquí un papel fundamental, pues se han lanzado a la compra de carteras con altos descuentos, permitiendo a las entidades aliviar las presiones pudiendo poner el foco en el negocio más tradicional.
La entidad capitaneada por César González-Bueno traspasó gran parte de su exposición inmobiliaria en el ejercicio 2019 a esta sociedad, que aglutinó en su momento varias carteras de activos tóxicos con un valor bruto contable conjunto de aproximadamente 6.414 millones de euros. Cerberus controla el 80% de la misma y Banco Sabadell el porcentaje restante. Esta operación permitió al banco dar de baja estos activos y sanear de golpe una parte importante de su balance, con una aportación incluso positiva en términos de capital.
Banco Sabadell todavía está pendiente de percibir 633 millones de euros de Cerberus en concepto de cobro diferido por la venta
El precio de las operaciones ascendió a unos a 3.430 millones de euros, aunque la aplicación de determinadas cláusulas contractuales le exigió al Sabadell el reconocimiento de provisiones adicionales por 52 millones de euros netos de impuestos en la cuenta de pérdidas y ganancias consolidada del ejercicio 2019. En relación con esta desinversión, el grupo todavía tiene una cuenta a percibir por importe de 633 millones de euros con Cerberus en concepto de cobro diferido por la venta. Durante el año pasado, solamente recibió 8 millones de euros del total pendiente.
Tras realizar esta limpieza y proseguir en la retirada de NPL (créditos fallidos), los activos adjudicados brutos de Banco Sabadell ascendieron a 1.362 millones de euros a cierre del pasado mes de diciembre, con un valor en libros de 1.232 millones de euros. La mayoría son activos procedentes de financiaciones destinadas a la construcción y promoción inmobiliaria, sobre todo viviendas terminadas, así como activos derivados de financiaciones hipotecarias a hogares para adquisición de una casa.
A raíz de las ventas de carteras de activos problemáticos realizadas en los últimos años y de la continua evacuación orgánica de activos problemáticos, el perfil de riesgo de Banco Sabadell ha ido experimentando una mejora de manera continua. Al cierre del año 2021, contaba con una ratio de activos problemáticos netos sobre total de activos del 1,4% y una ratio de morosidad del 3,7%, acercándose de manera paulatina a la media del resto de la industria.
Además de la alianza con Cerberus, Banco Sabadell se ha deshecho de otros negocios relacionados con el suelo que ha considerado poco estratégicos. El banco inició a principios de 2019 un proceso competitivo de venta del 100% de Solvia Desarrollos Inmobiliarios (SDIn) junto con un perímetro de suelos y promociones urbanísticas gestionado. En el verano de ese año transmitió la totalidad de la entidad participada a una controlada por Oaktree Capital Management.
Y este proceso tiene visos de continuar. A pesar de que las entidades se han venido preparando con la venta de más de 155.921 millones de euros en activos inmobiliarios en el periodo comprendido entre 2015 a 2021, la crisis del coronavirus podría elevar la ratio de morosidad a lo largo de este 2022 en toda la banca. Todavía existe una rémora en forma de préstamos fallidos superior a los 80.000 millones de euros de forma agregada, según el Observatorio Assets Under Management elaborado por Axis Corporate.
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