Elevada dependencia exterior

Salamanca (uranio) y Álava (gas), los dos enigmas energéticos para España

Los potenciales yacimientos están paralizados con el rechazo político y normativo, pese a que la crisis energética actual obliga a una mayor independencia en el suministro de los recursos.

Empleados de Berkeley en la explotación de Retortillo (Salamanca).
Empleados de Berkeley en la explotación de Retortillo (Salamanca).
EFE

El concejo vitoriano de Subijana de Álava y el municipio salmantino de Retortillo albergan dos posibles yacimientos de materias de primas de gran relevancia para la escena energética española actual. El gas natural del primero y el uranio del segundo ayudarían a la autonomía energética de España y darían potencial de cara al exterior en plena crisis europea por su elevada dependencia del suministro de otros países, especialmente Rusia. Sin embargo, el rechazo político y normativo que han generado en los últimos los materiales más contaminantes dejan en un limbo su capacidad para explotarlos. 

A pocos kilómetros de Vitoria, la capital alavesa, se encuentra el pozo de Armentia-2, que, a falta de su exploración, se estima que podría ser un importante yacimiento de gas natural para España. En 2011, el entonces Lehendakari Patxi López anunció su existencia y se calculo que contenía hasta 180.000 millones de metros cúbicos de gas. Según datos de Enagás, el consumo total de gas en 2021 en España alcanzó los 378,5 TWh (Teravatio/hora) en 2021, es decir, solo con la extracción del yacimiento de Subijana, España se podría abastecer de gas durante algo más de 5 años. Además, su valor se dispara ante los elevados precios del gas natural en los últimos meses. Casi 186.000 millones de euros bajo el suelo vasco según el último precio del Mibgas (97,76 euros/MWh).

Pese a este potencial, el Gobierno del País Vasco dio 'carpetazo' a su posible exploración y, por tanto, explotación hace cerca de un año. El yacimiento de gas sólo podría ser aprovechado con técnicas de fractura hidráulica, el polémico fracking que la la Ley contra el Cambio Climático del Gobierno de coalición veta. La normativa prohibió todos los proyectos de extracción de combustibles fósiles en España, aunque permitía la búsqueda de gas a las compañías que habían sido autorizadas, entre ellas Shesha, la sociedad pública de hidrocarburos de Euskadi y quien ostenta la propiedad. "Sin posibilidad de explotación carece de sentido", explicó entonces el Ejecutivo vasco, que también mencionó los acuerdos de París (COP-21) sobre Emergencia Climática.. 

El escenario energético ha cambiado por completo en los últimos y países europeos están dispuestos a recurrir de nuevo a energía fósiles -aunque de manera temporal en su camino a las renovables-. De hecho, la Unión Europea ya aceptó incluir como energías verdes al gas y a la energía nuclear. Aún así, desde el Gobierno del País Vasco insisten en que la extracción de gas del suelo de Subijana es un tema cerrado.

A casi 450 kilómetros del concejo vitoriano se encuentra otro de los puntos estratégicos a nivel energético para España: Retortillo. El municipio salmantino cuenta con una mina de uranio, material utilizado como combustible para plantas de energía nuclear. El proyecto está en manos del grupo australiano Berkeley Energía y, según recoge su página web, los resultados del estudio de viabilidad definitivo muestran que, tras los diez primeros años, el proyecto es capaz de producir una media de 4,4 millones de libras de uranio al año. Sin embargo, también cuenta con el rechazo regulatorio y social. 

Tras la aprobación de la Ley de Cambio Climático, la compañía insistió en que la regulación no afectaba a sus trabajos. No obstante, el Gobierno denegó en diciembre la autorización de la construcción de la planta de concentrado de uranio. Meses antes y tras varios años de tramitación, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitió un informe desfavorable justificado ante la escasa "fiabilidad" y en las "elevadas incertidumbres" de los análisis de seguridad de la instalación radiactiva en los aspectos geotécnicos e hidrogeológicos. Además, recientemente recibió otro varapalo judicial tras declarar el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) nula la autorización de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para verter aguas residuales sobre los cauces del río Yeltes y a los arroyos Caganchas, Santidad y Valdemanzano.

Aún así, su batalla legal todavía continúa y las nuevas necesidades energéticas podrían cambiar el futuro de la mina de Retortillo. La guerra en Ucrania y la escasez de producción propia por falta de recursos han vuelto a despertar el interés por la nuclear. Berkeley Energía España, filial del grupo australiano y cuyo único activo es la mina de Retortillo, cotiza en la Bolsa de Madrid y el precio de sus acciones se ha disparado solo esta semana casi un 65%. Se trata de un valor altamente especulativo y la propia compañía reconoció que la subida no respondía a ninguna información concreta

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