Según Deutsche Bank

Seis megaciudades que revolucionarán el mercado mundial de materias primas

El crecimiento de la urbanización en países emergentes y la estructura demográfica más joven sitúa nuevos focos de demanda de energía y materias primas al tiempo que seguirá impulsando a las regiones mineras. 

Vista aérea de la ciudad estadounidense de Chicago.
Vista aérea de la ciudad estadounidense de Chicago.
DPA vía Europa Press

Las tendencias estructurales de largo plazo se gestan en el presente. Una de ellas tiene relación directa con los cambios demográficos y cómo estos van a cambiar por completo el juego en el binomio de oferta y demanda de las materias primas

En este sentido, los expertos del banco alemán Deutsche Bank han elaborado un informe de cómo las seis nuevas megaciudades en el mundo de aquí a 2030 la demanda de energía y materias primas se disparará por el enorme crecimiento de la demografía en muchos países en desarrollo.

Estas seis megaciudades son Chicago (EEUU), Bogotá (Colombia), Luanda (Angola), Dar es Salaam (Tanzania) Bagdad (Irak) y Chennai (India). Así, el principal motor del crecimiento de la demanda de materias primas será la creciente urbanización en los mercados emergentes. 

"A ello contribuirá el creciente número de jóvenes con estudios en busca de oportunidades”, comentan los expertos de Deutsche Bank. De hecho, la demanda de infraestructuras de las regiones menos desarrolladas durante el resto de la década podría rivalizar con la demanda conjunta de las regiones desarrolladas durante las últimas siete décadas.

“Esto significa una demanda masiva de materiales relacionados con la construcción, como el mineral de hierro, el cobre, el níquel, etc. Varios países exportadores/productores se beneficiarán de esta tendencia", explica la entidad bancaria. Al mismo tiempo, esto no quiere decir que los precios del litio, el cobalto y los metales de tierras raras vayan a dispararse. 

“En nuestra opinión, la rápida evolución de la tecnología de las baterías y de los productos de alta tecnología asociados aumenta la productividad e incentiva la oferta”, dicen desde el banco. Mientras tanto, algunas tecnologías alternativas se están poniendo en marcha.

La urbanización en emergentes

La población más joven de los mercados emergentes será el catalizador de la demanda de materias primas durante el resto de esta década. Esto se producirá probablemente gracias al enorme crecimiento de las áreas urbanas en los mercados emergentes, que a su vez generará demanda de infraestructuras e ingeniería.

Hay que tener en cuenta que, en algunas regiones del mundo, los jóvenes constituyen un segmento amplio y en rápido crecimiento de la población. El África subsahariana es una de ellas, donde el número de personas en edad de trabajar (25-64) crece más rápidamente que en cualquier otro grupo de edad.

Hasta la década pasada, vivían más personas en zonas rurales que urbanas. Hoy, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. Según las previsiones de Deutsche Bank, los niveles de urbanización aumentarán y en 2030 aparecerán nuevas megaciudades en los mercados emergentes, ya que los más jóvenes se trasladarán a lugares con más oportunidades y la clase media crecerá de forma exponencial en esas regiones.

En África, Luanda y Dar es Salaam superarán la barrera de los 10 millones de habitantes, según las estimaciones. El crecimiento de las regiones menos desarrolladas catalizará una demanda de materias primas sin precedentes. 

Según esta hoja de ruta, en sólo ocho años más de 500 millones de personas vivirán en países “menos desarrollados”. Se trata de un crecimiento demográfico increíble, teniendo en cuenta que en las últimas siete décadas se ha añadido un número menor en las regiones “más desarrolladas”.

“El elevado crecimiento demográfico en los países menos desarrollados se traduce en una enorme demanda de materias primas relacionadas con la construcción, como el hierro, el cobre y el níquel… Esto podría compararse con el aumento de la demanda de materias primas durante el gran crecimiento económico chino”, apunta.

Comenzó en 2001, cuando China fue aceptada en la Organización Mundial del Comercio. Entre diciembre de ese año y finales de 2019, el S&P GSCI, el índice de referencia para las materias primas, aumentó alrededor de un 150%. 

El mayor salto se produjo justo antes de la crisis financiera. El selectivo consiguió entonces su punto más alto al aumentar más de un 300% con respecto a los niveles de 2001. Antes de esa fecha y desde su creación, el S&P GSCI sólo había aumentado aproximadamente un 60%. Fue un antes y un después.

“A medida que se construyan más ciudades, habrá una gran demanda de energía. Aunque es probable que el uso de energías renovables aumente en los ME, la disponibilidad de suministros energéticos más baratos será clave para el crecimiento económico y, por tanto, la demanda de petróleo y gas será probablemente fuerte”, añaden los expertos del banco alemán.

Impulso a los países mineros

Por supuesto, algunos países en los que las energías renovables son más baratas debido al clima o a la disponibilidad de recursos naturales encontrarán incentivos en lo verde. 

Desde la entidad alemana son neutrales en cuanto al litio, el cobalto y los elementos de tierras raras, aunque ve una mayor demanda, cree que los avances tecnológicos impulsarán la eficiencia en el uso de estas materias primas y, por tanto, mantendrán un tope en los precios. 

“También esperamos que se produzcan nuevos suministros de estas materias primas en el mundo desarrollado, a medida que los países busquen formas de compensar cualquier déficit. Además, se están desarrollando algunas tecnologías alternativas”, explica.

“Los principales exportadores de materias primas, incluidos varios mercados emergentes, Australia y Canadá, saldrán beneficiados… Como hemos podido constatar, Chile y Filipinas fueron el año pasado los principales exportadores de minerales de cobre y níquel, respectivamente por lo que, en última instancia, son regiones que debemos tener en cuenta”, concluye.

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