El pulso que el Gobierno de Italia y la Comisión Europea han venido manteniendo a cuenta de los presupuestos transalpinos se encamina hacia la traca final. El mercado da por buenas las informaciones que apuntan a que las partes están muy cerca de cerrar un acuerdo sobre el nivel de déficit en el que el país podrá incurrir el año que viene. En las últimas horas ha sido el ministro de Economía, Giovanni Tria, quien se ha mostrado dispuesto a realizar "recortes y correcciones" para rebajar el agujero en sus cuentas, tal y como les reclama Bruselas, y evitar así las sanciones económicas.
Tria reclamaba únicamente voluntad política a las autoridades comunitarias para poder llegar a un acuerdo. En esa idea de que ambas partes renuncien a sus posturas de máximos se han venido moviendo las negociaciones más recientes. Los analistas consultados inciden en que la situación se está volviendo insostenible para el país, que ve día a día cómo se elevan los intereses de su deuda.
La prima italiana ha sufrido al colocarse por encima de los 300 puntos básicos, pero podría hacerlo más a partir de enero, cuando está previsto que el Banco Central Europeo (BCE) deje de adquirir deuda del país. Con las aguas algo menos revueltas, el diferencial con el Bund alemán quedó fijado el martes en 290 puntos básicos, con su bono de referencia escalando hasta el 3,13%, porque los inversores siguen mostrando cierto recelo y optan por la estabilidad de la deuda alemana.
Llegados a este punto, Roma aceptaría reconducir las cifras plasmadas en sus cuentas, que incluyen un déficit del 2,4% del producto interior bruto (PIB) y una deuda del 130% del PIB para lograr un crecimiento del 1,5%. Es un movimiento que los partidos que gobiernan el país -el antisistema Movimiento Cinco Estrellas y la ultraderechista Liga-han tratado de evitar a toda costa, puesto que les pondría en una situación incómoda de cara a poder abordar sus promesas electorales.
Mientras, Bruselas también podría ceder en su intención de que el agujero fiscal italiano se acerque lo máximo posible al 1,95% que inicialmente se había fijado como tope para no sancionar al país. Los expertos aseguran que también las autoridades comunitarias son conscientes de hasta qué punto el hecho de que se alargue el tira y afloja con el ejecutivo de Conte tampoco beneficia a los Veintisiete.
El Mib, índice de referencia italiano, que llegó a estar entre los más alcistas a lo largo de la última sesión, cerró con un avance del 0,98% al borde de los 18.600 puntos. Al mismo tiempo, el euro, al que no solo afectan los vaivenes italianos, sino también el estancamiento del Brexit y la nueva ronda de conversaciones entre EEUU y China ha fijado su cambio frente al dólar en 1,1319 unidades, ligeramente a la baja.
El Consejo Europeo del jueves, que será clave para la Unión, coincidirá con la última reunión del año del Banco Central Europeo, del que se espera además alguna clave sobre la política monetaria que fijará de cara al próximo año, y que tanto afectará a países con elevado endeudamiento como lo es Italia, pero también España.
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