El Comité de Política Monetaria del Banco Central de Turquía (TSMB) ha anunciado este jueves su decisión de aumentar sus tipos de interés de referencia en 5009 puntos básicos (5 puntos porcentuales), elevándolos desde el 45 al 50 por ciento. Se trata de la primera reunión del nuevo gobernador turco Fatih Karahan, tras la polémica salida de la anterior gobernadora Hafize Gaye Erkan en febrero.
La medida de subida de tasas va acompañada de un ajuste en el marco operativo de la política monetaria, estableciendo las tasas de endeudamiento y préstamo a un día del banco central en 300 puntos básicos por debajo y por encima de la tasa de subasta de repos a una semana, respectivamente. El nuevo endurecimiento monetario se produce en un contexto marcado por el repunte de la inflación de servicios en febrero, que superó las expectativas al situarse en el 67% interanual.
"En respuesta al deterioro de las perspectivas de inflación, el Comité decidió aumentar la tasa de política. Se mantendrá una postura monetaria estricta hasta que se observe una disminución significativa y sostenida en la tendencia subyacente de la inflación mensual y las expectativas de inflación converjan al rango de pronóstico proyectado. La postura de la política monetaria se endurecerá en caso de que se prevea un deterioro significativo y persistente de la inflación", apunta en su declaración de política monetaria el organismo turco.
El TCMB también ha reafirmado su compromiso con políticas macroprudenciales para preservar la estabilidad macrofinanciera, endureciendo las condiciones financieras y reforzando la transmisión de la política monetaria con las medidas adoptadas en marzo. "Se ha asegurado que se mantendrá la liquidez del mercado y se utilizarán herramientas de esterilización según sea necesario", apunta.
De este modo, el banco central turco sigue su cruzada para evitar una hiperinflación con el objetivo de alcanzar la meta de inflación del 5% a medio plazo, cifra que está ahora mismo a años luz de la situación actual. El TCMB de Karahan se compromete a seguir de cerca los indicadores de inflación y la tendencia subyacente, utilizando "todas las herramientas disponibles para garantizar la estabilidad de precios", según el comunicado posterior a la reunión.
